A través de las redes sociales publican la venta de aires acondicionados, sillas, mesas, consolas, entre otros objetos.
Con melancolía y dolor, los propietarios de bares y restaurantes ubicados en el Centro Histórico de Valledupar, están vendiendo las partes que conformaban sus establecimientos comerciales, como una medida desesperada para conseguir recursos que les permitan solventar parte de sus deudas.
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A través de las redes sociales publican la venta de aires acondicionados, sillas, mesas, consolas, cabinas activas, micrófonos, cuadros de vinilos, lámparas, máquinas de escribir, entre otros objetos que adornaban los lugares donde propios y foráneos frecuentaban para disfrutar un buen plato, tomar una bebida o escuchar música.
Cabe recordar que estos lugares tuvieron que cerrar asfixiados por las deudas y por el desespero de percibir calles picadas, polvorín en el ambiente y cierre de tráfico, que impide el acceso a sus clientes. Ellos terminaron ‘quebrados’ ante los inconvenientes que tuvieron con obra de la Plaza Alfonso López, la instalación de las redes húmedas, la demora de las obras del Sistema Integrado de Transporte de Valledupar, SIVA, y la pandemia de la covid-19.
Carlos César Silva, copropietario de Tlon, manifestó: “Fuimos fuertemente afectados y nos tocó vender las partes del lugar. Fueron cinco años de trabajo, de aporte a la cultura; fuimos una apuesta por el arte, creo que está muriendo un espacio que dejó de ser de mi hermano y mío y que pasó a ser propiedad de los artistas de la ciudad. Era un bar del Centro Histórico, ahí estaba su esencia, su magia; en otro lugar no pega”.
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Añadió: “Por parte de la Alcaldía municipal, más específicamente del secretario de Hacienda y el coordinador de Cultura, recibimos solidaridad y apoyo, pero hay temas que a ellos se les salen de las manos como las restricciones de la pandemia y las demoras de las obras del SIVA. Ellos nos ayudaron a organizar un videoconcierto y otras actividades, pero no pudimos lastimosamente vencer las adversidades económicas”.
Por su parte, Akemys Martínez, de Carmela Restaurante, también vende parte de lo que tenía en su negocio en un intento por recaudar recursos para subsanar los servicios y arriendos que quedaron debiendo en los meses que estuvieron cerrados por las obras de esta zona de la ciudad. “No queríamos llegar a estos extremos, pero nos tocó. Ojalá que cuando arreglen el Centro Histórico otros microempresarios no sufran lo que nos tocó a nosotros”.
POR: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ/EL PILÓN
[email protected]
A través de las redes sociales publican la venta de aires acondicionados, sillas, mesas, consolas, entre otros objetos.
Con melancolía y dolor, los propietarios de bares y restaurantes ubicados en el Centro Histórico de Valledupar, están vendiendo las partes que conformaban sus establecimientos comerciales, como una medida desesperada para conseguir recursos que les permitan solventar parte de sus deudas.
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A través de las redes sociales publican la venta de aires acondicionados, sillas, mesas, consolas, cabinas activas, micrófonos, cuadros de vinilos, lámparas, máquinas de escribir, entre otros objetos que adornaban los lugares donde propios y foráneos frecuentaban para disfrutar un buen plato, tomar una bebida o escuchar música.
Cabe recordar que estos lugares tuvieron que cerrar asfixiados por las deudas y por el desespero de percibir calles picadas, polvorín en el ambiente y cierre de tráfico, que impide el acceso a sus clientes. Ellos terminaron ‘quebrados’ ante los inconvenientes que tuvieron con obra de la Plaza Alfonso López, la instalación de las redes húmedas, la demora de las obras del Sistema Integrado de Transporte de Valledupar, SIVA, y la pandemia de la covid-19.
Carlos César Silva, copropietario de Tlon, manifestó: “Fuimos fuertemente afectados y nos tocó vender las partes del lugar. Fueron cinco años de trabajo, de aporte a la cultura; fuimos una apuesta por el arte, creo que está muriendo un espacio que dejó de ser de mi hermano y mío y que pasó a ser propiedad de los artistas de la ciudad. Era un bar del Centro Histórico, ahí estaba su esencia, su magia; en otro lugar no pega”.
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Añadió: “Por parte de la Alcaldía municipal, más específicamente del secretario de Hacienda y el coordinador de Cultura, recibimos solidaridad y apoyo, pero hay temas que a ellos se les salen de las manos como las restricciones de la pandemia y las demoras de las obras del SIVA. Ellos nos ayudaron a organizar un videoconcierto y otras actividades, pero no pudimos lastimosamente vencer las adversidades económicas”.
Por su parte, Akemys Martínez, de Carmela Restaurante, también vende parte de lo que tenía en su negocio en un intento por recaudar recursos para subsanar los servicios y arriendos que quedaron debiendo en los meses que estuvieron cerrados por las obras de esta zona de la ciudad. “No queríamos llegar a estos extremos, pero nos tocó. Ojalá que cuando arreglen el Centro Histórico otros microempresarios no sufran lo que nos tocó a nosotros”.
POR: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ/EL PILÓN
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