En el repertorio de la música vallenata, en el que existen un número importante de temas dedicados a los dolores del alma, encontramos canciones en la que la inspiración de los autores fueron enfermedades que han hecho presencia en el Caribe colombiano.
En el repertorio de la música vallenata, en el que existen un número importante de temas dedicados a los dolores del alma, encontramos canciones en la que la inspiración de los autores fueron enfermedades que han hecho presencia en el Caribe colombiano. Uno de ellos es el juglar Emiliano Zuleta Baquero, quien tituló una de sus composiciones como La Enfermedad, en la que narra lo vivido tras sufrir lo que denominó una novedad furiosa, que se le manifestó con dos desmayos que le dieron una mañana en la que, según él, se levantó buenecito y sano.
Novedad que la estafeta que mandó donde Carmen Díaz en busca de medicina, provisión, una botella de ron, y una bestia de buen paso, llamó dolor.
Emiliano Zuleta Baquero también le cantó a la apendicitis, la menciona en Las Enfermeras, señalando que, estando tranquilo en El Piñal, fue víctima de un dolor. Es a Emiliano a quien el maestro Rafael Escalona le dedicó un paseo haciendo mención que al Valle (Valledupar) había llegado la noticia de que este se encontraba mal (de salud). Señalando, además, que le mortificaba que un muchacho tan joven se dejara sepultar (morir). Como La Enfermedad fue rotulado esta composición que hace parte del primer disco de 33 revoluciones por minutos, Mis Preferidas, grabado en 1971 por Los Hermanos Zuleta.
Fue el maestro Escalona, autor de El Mejoral, pastilla que creyó podría curarlo de un gran dolor, hasta que se dio cuenta de que era una pena de amor, quien le compuso un tema musical al virus que aquejaba a los habitantes de Villanueva, Urumita, El Valle, La Paz, El Molino, Sandiego, El Tupe y Manaure. Se trata del porro La Peste, grabado por Guillermo Buitrago y sus muchachos, en el que canta:
Oye, del 15 de octubre en adelante/ Había personas que ya no conocían y morían por la mitad del camino/ Y por ahí mismo tenían que regresarse/ A mí me dijo un hombre de La Jagua/ Oye Buitrago después te contaré/ Allá en La Jagua no se puede vivir/ Allá en La Jagua se mueren de la peste.
Lloran los pobres
Lloran los ricos
Lloran las madres con sus niñitos.
Por ahí pasaron tres villanueveros y me dijeron que el cura estaba mal.
La viruela también inspiró al juglar Luis Enrique Martínez, lo hizo después de un brote de esta infección vírica grave que se presentó en Fundación. La viruela, la viruela en esa tierra, no está dejando muchacha/ Y al que le da primero, de segundo no se escapa/ A la maldita viruela le tengo rabia (bis)/ A la maldita viruela yo le tengo odio (bis). Esta fue grabada en 1948, con el nombre de esta enfermedad, por Guillermo Buitrago.
Fue la autoría de este tema la que generó, la que quizá fue la primera piquería de la música vallenata llevada al acetado. Sucedió después de que Buitrago lo cantara en el programa que dirigía en Emisora Atlántico de Barranquilla, y luego de que uno de los animadores mencionara al jilguero de Ciénaga como su compositor. Luis Enrique, sabido de este hecho, compuso la canción Rana blanca en alusión al color de piel de Buitrago, quien le respondió con Vallenato alabancioso. Después, el Pollo Vallenato le contestó con Falto de escuela.
Este virus también le dio el nombre a un paseo de la autoría de Leandro Díaz, grabado en 2022 por Silvestre Dangong. En su canto recuerda como le huían al saberlo enfermo, que pasaban como brisa por la puerta de su casa. Además, le permitió entender que enfermo en una cama se sabe quién es el amigo o el familiar que te quiere. Que la vida se compone de miseria, eso en esta tierra y todo el mundo lo sabe. También que no hay más que Dios en el cielo y en la tierra, y en una cama una buena madre
Otra epidemia, la varicela, impulsó a Arturo Molina a componer una canción. Tema con este nombre que fue grabado en 1970 por el acordeonero barranquillero Alberto Pacheco, y que hace parte del larga duración: Éxitos vallenatos, producido por el sello Caliente.
En el cuartel hay una enfermedad
Que por mala la llaman la varicela
Es enemiga de la persona más buena
No la aguanto ni un momento
Siquiera que la tenga.
En la composición encontramos un relato con características escatológicas, al mencionar el compositor que tras darle esta enfermedad llegó hasta el cielo y san Pedro no le quiso abrir la puerta. Lo hizo porque lo vio joven, pero advirtiéndole que la próxima vez que volviera si la encontraría abierta. Entonces, rechazado por san Pedro, no encontraba como regresarse de las alturas, mientras se acordaba de sus amores: Valledupar y Patillal. Y echando mano de lo paródico, de lo humorístico, dice: Esa varicela que me vino a dar/ En el mes de febrero, tiempo de carnaval/ Gracias a san Pedro no me dejó entrar/ Para que yo volviera a mi Patillal.
El dengue también hace parte de los padecimientos a los que le han cantado. El primer registro sonoro en el que se menciona data de 1978, cuando el paseo El Dengue fue interpretado por Daniel Celedón y Norberto Romero. De este tema podemos indicar que su compositor, Rafael Manjarrez, cuenta que luego de enfermarse consultó a un médico quien le aseguró que nada se podía hacer porque a Colombia no había llegado remedio para combatirlo. Enfermedad que, según el autor, no la sanaba ni brujo, ni san Gregorio, quien, incluso, le mandó decir que no existía cura ni en el cielo, ni en la tierra.
Ese mismo año el Binomio de Oro, Rafael Orozco e Israel Romero, interpretó El dengue de tu amor, cuyo compositor es Alberto Murgas. En esta oportunidad el autor se queja de que su pareja sentimental le dijo que no lo quería, que lo olvidó. Situación que le achacó al maldito dengue, que llegó y me la trastornó. Al final de la trama, como si fuera una novela de amor, la pareja se reconcilia cuando ella se sintió mejor de salud.
Posteriormente, en 1979, el acordeonero Enrique Díaz grabó el chandé El dengue, que hace parte del disco de larga duración La Pensión. En él, además de indicar los síntomas con lo que inicia la enfermedad: fiebre y dolor de cabeza, le advierte a las mujeres que tengan cuidado con esta infección vírica porque tiene a la gente manca y es para hombres. Si usted no se ateza, se lo lleva el dengue. El que manda es el dengue.
Abogado, investigador cultural e histórico. Autor de los libros Municipio de Pedraza, aproximaciones históricas. La Tambora Viva, música de la Depresión Momposina. La música del bajo Magdalena, subregión río. Bandas de Viento, Fiestas, Porros y Orquestas del Bajo Magdalena. Magdalena Territorio de Paz. El río Magdalena y el Canal del Dique, Poblamiento y Desarrollo. Abel Antonio Villa, el padre del Acordeón. Mis ensayos y crónicas han sido publicados en los diarios El Heraldo y La Libertad de Barranquilla, El Informador y Hoy Diario del Magdalena de Santa Marta, y El Universal de Cartagena, Panorama Cultural, Latitud de El Heraldo. Además, ha colaborado con las revistas virtuales Contestarte,
Correo Cultural, La Plaza de Cartagena, La Lira, La Atarraya Cultural, Torcaza.
Álvaro Rojano Osorio. Correo electrónico: [email protected].
En el repertorio de la música vallenata, en el que existen un número importante de temas dedicados a los dolores del alma, encontramos canciones en la que la inspiración de los autores fueron enfermedades que han hecho presencia en el Caribe colombiano.
En el repertorio de la música vallenata, en el que existen un número importante de temas dedicados a los dolores del alma, encontramos canciones en la que la inspiración de los autores fueron enfermedades que han hecho presencia en el Caribe colombiano. Uno de ellos es el juglar Emiliano Zuleta Baquero, quien tituló una de sus composiciones como La Enfermedad, en la que narra lo vivido tras sufrir lo que denominó una novedad furiosa, que se le manifestó con dos desmayos que le dieron una mañana en la que, según él, se levantó buenecito y sano.
Novedad que la estafeta que mandó donde Carmen Díaz en busca de medicina, provisión, una botella de ron, y una bestia de buen paso, llamó dolor.
Emiliano Zuleta Baquero también le cantó a la apendicitis, la menciona en Las Enfermeras, señalando que, estando tranquilo en El Piñal, fue víctima de un dolor. Es a Emiliano a quien el maestro Rafael Escalona le dedicó un paseo haciendo mención que al Valle (Valledupar) había llegado la noticia de que este se encontraba mal (de salud). Señalando, además, que le mortificaba que un muchacho tan joven se dejara sepultar (morir). Como La Enfermedad fue rotulado esta composición que hace parte del primer disco de 33 revoluciones por minutos, Mis Preferidas, grabado en 1971 por Los Hermanos Zuleta.
Fue el maestro Escalona, autor de El Mejoral, pastilla que creyó podría curarlo de un gran dolor, hasta que se dio cuenta de que era una pena de amor, quien le compuso un tema musical al virus que aquejaba a los habitantes de Villanueva, Urumita, El Valle, La Paz, El Molino, Sandiego, El Tupe y Manaure. Se trata del porro La Peste, grabado por Guillermo Buitrago y sus muchachos, en el que canta:
Oye, del 15 de octubre en adelante/ Había personas que ya no conocían y morían por la mitad del camino/ Y por ahí mismo tenían que regresarse/ A mí me dijo un hombre de La Jagua/ Oye Buitrago después te contaré/ Allá en La Jagua no se puede vivir/ Allá en La Jagua se mueren de la peste.
Lloran los pobres
Lloran los ricos
Lloran las madres con sus niñitos.
Por ahí pasaron tres villanueveros y me dijeron que el cura estaba mal.
La viruela también inspiró al juglar Luis Enrique Martínez, lo hizo después de un brote de esta infección vírica grave que se presentó en Fundación. La viruela, la viruela en esa tierra, no está dejando muchacha/ Y al que le da primero, de segundo no se escapa/ A la maldita viruela le tengo rabia (bis)/ A la maldita viruela yo le tengo odio (bis). Esta fue grabada en 1948, con el nombre de esta enfermedad, por Guillermo Buitrago.
Fue la autoría de este tema la que generó, la que quizá fue la primera piquería de la música vallenata llevada al acetado. Sucedió después de que Buitrago lo cantara en el programa que dirigía en Emisora Atlántico de Barranquilla, y luego de que uno de los animadores mencionara al jilguero de Ciénaga como su compositor. Luis Enrique, sabido de este hecho, compuso la canción Rana blanca en alusión al color de piel de Buitrago, quien le respondió con Vallenato alabancioso. Después, el Pollo Vallenato le contestó con Falto de escuela.
Este virus también le dio el nombre a un paseo de la autoría de Leandro Díaz, grabado en 2022 por Silvestre Dangong. En su canto recuerda como le huían al saberlo enfermo, que pasaban como brisa por la puerta de su casa. Además, le permitió entender que enfermo en una cama se sabe quién es el amigo o el familiar que te quiere. Que la vida se compone de miseria, eso en esta tierra y todo el mundo lo sabe. También que no hay más que Dios en el cielo y en la tierra, y en una cama una buena madre
Otra epidemia, la varicela, impulsó a Arturo Molina a componer una canción. Tema con este nombre que fue grabado en 1970 por el acordeonero barranquillero Alberto Pacheco, y que hace parte del larga duración: Éxitos vallenatos, producido por el sello Caliente.
En el cuartel hay una enfermedad
Que por mala la llaman la varicela
Es enemiga de la persona más buena
No la aguanto ni un momento
Siquiera que la tenga.
En la composición encontramos un relato con características escatológicas, al mencionar el compositor que tras darle esta enfermedad llegó hasta el cielo y san Pedro no le quiso abrir la puerta. Lo hizo porque lo vio joven, pero advirtiéndole que la próxima vez que volviera si la encontraría abierta. Entonces, rechazado por san Pedro, no encontraba como regresarse de las alturas, mientras se acordaba de sus amores: Valledupar y Patillal. Y echando mano de lo paródico, de lo humorístico, dice: Esa varicela que me vino a dar/ En el mes de febrero, tiempo de carnaval/ Gracias a san Pedro no me dejó entrar/ Para que yo volviera a mi Patillal.
El dengue también hace parte de los padecimientos a los que le han cantado. El primer registro sonoro en el que se menciona data de 1978, cuando el paseo El Dengue fue interpretado por Daniel Celedón y Norberto Romero. De este tema podemos indicar que su compositor, Rafael Manjarrez, cuenta que luego de enfermarse consultó a un médico quien le aseguró que nada se podía hacer porque a Colombia no había llegado remedio para combatirlo. Enfermedad que, según el autor, no la sanaba ni brujo, ni san Gregorio, quien, incluso, le mandó decir que no existía cura ni en el cielo, ni en la tierra.
Ese mismo año el Binomio de Oro, Rafael Orozco e Israel Romero, interpretó El dengue de tu amor, cuyo compositor es Alberto Murgas. En esta oportunidad el autor se queja de que su pareja sentimental le dijo que no lo quería, que lo olvidó. Situación que le achacó al maldito dengue, que llegó y me la trastornó. Al final de la trama, como si fuera una novela de amor, la pareja se reconcilia cuando ella se sintió mejor de salud.
Posteriormente, en 1979, el acordeonero Enrique Díaz grabó el chandé El dengue, que hace parte del disco de larga duración La Pensión. En él, además de indicar los síntomas con lo que inicia la enfermedad: fiebre y dolor de cabeza, le advierte a las mujeres que tengan cuidado con esta infección vírica porque tiene a la gente manca y es para hombres. Si usted no se ateza, se lo lleva el dengue. El que manda es el dengue.
Abogado, investigador cultural e histórico. Autor de los libros Municipio de Pedraza, aproximaciones históricas. La Tambora Viva, música de la Depresión Momposina. La música del bajo Magdalena, subregión río. Bandas de Viento, Fiestas, Porros y Orquestas del Bajo Magdalena. Magdalena Territorio de Paz. El río Magdalena y el Canal del Dique, Poblamiento y Desarrollo. Abel Antonio Villa, el padre del Acordeón. Mis ensayos y crónicas han sido publicados en los diarios El Heraldo y La Libertad de Barranquilla, El Informador y Hoy Diario del Magdalena de Santa Marta, y El Universal de Cartagena, Panorama Cultural, Latitud de El Heraldo. Además, ha colaborado con las revistas virtuales Contestarte,
Correo Cultural, La Plaza de Cartagena, La Lira, La Atarraya Cultural, Torcaza.
Álvaro Rojano Osorio. Correo electrónico: [email protected].