EL TINAJERO
Por: José Atuesta Mindiola
El título de esta columna, corresponde al nombre de mi reciente libro de poemas, que ya está a la venta en la tienda ‘Compai Chipuco’ de la plaza ‘Alfonso López’, y que será presentando la próxima semana en el marco de un evento académico en la ciudad de Valledupar.
El escritor e investigador de la Universidad de Córdoba, José Luis Garcés, sobre el libro hace estos comentarios: “A partir del árbol, el poemario se extiende hacia otros lares. Tierra, agua, sol y vegetales diversos, arena sin sosiego, piedra vigilante, mar sin límites. Todo para reivindicar la vida, en todas sus gracias y lamentos. Es una voz con fe la de este poeta. Merodeando o entrando a lo barroco, estos poemas tienen la fuerza legítima de la pasión creativa. Atuesta se compromete con las expresiones esenciales del paisaje. Sabe que la tierra que pisa es su universo, y cantarla es su tarea estética. Y no elude la palabra vegetal o frutal. Usa las de su entorno y sale de victoria con cada una de ellas.
Todo y todos giramos en torno a los árboles. Y cuando el árbol habla, nos damos cuenta de cuánto ha penetrado por el río de la vida. No tiene dueño porque es de todos. Por allí transita el padre, quizá huyendo del verano. O el poeta, que buscando su “mazorca de agua” extravió su cauce. O quizá, asomado a una horqueta, el hombre de selva que observa un tigre (que no es el de Blake), acongojado por las astillas de su propia sombra. O el perro que logra la inmortalidad mineral mirando embelesado las garras del jaguar.
Hay poemas esenciales en esta obra de Atuesta. El lector sabrá buscarlos. En ella, toda la telúrica que nos es benévola, acecha. Desde el árbol sin dueño, o el árbol kogui (“ese guardián del aire”) que entiende que no vive para él solo, hasta la negra suculenta que mueve las caderas ataviadas con una pollera floral. O esa perla, en la cual el colibrí no agita las alas sino que mueve los colores. Les recomiendo entrar a ese sólido follaje. De prosa y verso es la textura de su cuerpo”.
El lingüista e investigador del departamento de Humanidades de la UPC, Luis Mendoza Villalba, también escribe sus reflexiones. He aquí algunos fragmentos: “Este libro, Metáforas de los árboles, es un nuevo acercamiento del lenguaje poético a José Atuesta Mindiola. Sí, soy consciente de estar diciendo algo que suena a locura. Pero ya es hora de dejar constancia de que la lectura de sus 37 poemas, las asociaciones que tal lectura provee, el saber qué se deriva de las metáforas que emplea, el conocimiento circular que su lenguaje poético suministra del mundo, llegan más allá de Mariangola, el pueblo natal del poeta. Su universalidad ha trascendido su propio yo, los hitos y tópicos del lenguaje lineal y también -para usar un término ‘atuestiano’- la liturgia sagrada de los vocablos con sabor a ayer.
Cuando el poeta habla de “los colores del sonido” y de que los avatares “ahogan de ceguera los diversos rostros de la luz”, está dibujando un mapa alternativo del mundo, bien distinto de ese mundo lineal que ha marcado nuestra cultura occidental ligado ferozmente a eso que llamamos progreso. Precisamente, los poemas de su libro son totalidades que permiten ver que todo está en todo y que es el lenguaje poético la fuerza que impone al poeta una nueva visión, el que sabe de polisemias y metáforas y personificaciones y metonimias y significados encabalgados en la historia caótica de una interrelación cognitiva entre los hombres y un mundo al cual todos pertenecen…
….En conclusión, la lectura de Metáforas de los árboles posibilita el surgimiento de una cosmovisión nueva a partir del todo; es decir, la metáfora del lenguaje poético ‘atuestiano’ surge, construye, modifica y reconstruye la realidad en medio del caos de presente y porvenir”.












