Inicia el 2025 cargado de proyectos que ojalá podamos llevar a feliz término. Proyectos muchos de los cuales tendrán que ver con nuestro trabajo, en especial para quienes no lo tienen, otros tendrán que ver con objetivos personales, bajar de peso, consolidar la relación de pareja, etc.
Hoy, hemos querido retomar esta columna haciendo el ejercicio de reconocer con humildad y sencillez de corazón, las veces en que incurrimos en involuntarios errores, en los cuales, nuestros acuciosos y amables lectores tuvieron a bien hacernos caer en cuenta.

Empecemos por la columna titulada Albricias, publicada el 20 de octubre/2024, allí expresamos que la tasa de interés, según el Banco Emisor, fue de 12.25% pues bien, Roberto Arévalo Carrascal nos aclara que el interés es del 9.75%, según el Banco de la República.

En la columna titulada: ‘No está el palo para cucharas’, publicada el 27 de octubre/2024 donde abordamos el proyecto de ley que busca eliminar los matrimonios y uniones maritales de hecho entre menores de 14 años, o cuando uno de los contrayentes tuviere esta edad, y dijimos que el autor de esta iniciativa es el senador Honorio Hernández Pinedo. Pues bien, Crispín Medina Romero, diligentemente nos hace caer en cuenta que el nombre del senador en cuestión es Honorio Henríquez Pinedo.

En la columna titulada: “¡Más muros, menos puentes!”. Publicada el 10 de noviembre de 2024 dijimos textualmente: “Javier Miley solicitará a Trump su respaldo en materia económica, a cambio de crudo y gas”. Pues bien, ofrecemos disculpas a nuestros lectores por haber escrito erradamente el apellido del presidente de Argentina, Javier Milei.

Asimismo, el ilustre periodista Edgardo Carreño Pavajeau y nuestro amigo Héctor Hernández González, nos corrigieron, el primero una nota de cierre de la autoría de Steve Jobs, y el segundo la expresión: “al paciente, le dieron de alta”, pues la forma correcta es: “al paciente le dieron el alta médica”.
Además de hacer las oportunas rectificaciones mencionadas, deseo agradecer a los citados lectores, el tomarse el tiempo para hacer dichas correcciones, y manifestar de nuestra parte el compromiso de ser más rigurosos al momento de redactar nuestras columnas de opinión, para evitar al máximo incurrir en errores. Es de humanos equivocarse, pero es un deber ético, hacer el ejercicio de corregir cuando “metemos la pata”.

Cita de cierre: “Cuanto más os preocupéis del bien común y no de vuestros intereses, tanto más llegaréis a conocer que sois vosotros mismos los que progresáis”. Autor: San Agustín.

Por: Dario Arregocés Baute./ [email protected].