La canción más popular del maestro Leandro Díaz Duarte, se conoció en la versión de Alfredo Gutiérrez, cuando este la grabó en 1971.
Por: Celso Guerra Gutierréz
La canción más popular del maestro Leandro Díaz Duarte, se conoció en la versión de Alfredo Gutiérrez, cuando este la grabó en 1971.
Rodrigo Oñate, amigo y compadre de Alfredo, se la escuchó a Leandro cuando el bardo, la interpretó en una parranda, acompañado por las guitarras sandieganas de, Juan Calderón, Antonio Ibrahim y Hugo Araújo; Oñate, quedó prendado por la belleza literaria de semejante canto, e inmediatamente, se la recomendó al intérprete.
Leandro Díaz, hizo este canto a orillas de las cristalinas aguas del río Tocaimo, ubicado en la población del mismo nombre, corregimiento de San Diego de Las Flores, quien junto al caserío de El Rincón, le dieron cariño y calor humano para que este gran juglar, compusiera en este entorno sus mejores canciones y desplegara todo su talento y lo irrigara por todo el planeta.
Matilde Lina Soto Negrete, verdadero nombre de la musa inspiradora de esta legendaria canción, es una agraciada dama oriunda del caserío del Plan, corregimiento de La Jagua en La Guajira, anclado en plena Serranía del Perijá, a la cual, Leandro conoció en una fiesta en Manaure, a donde Díaz, fue invitado por su acordeonero y compañero “Toño” Salas.
Matilde era cuñada de Toño Salas, además pariente de la “Vieja” Sara, Madre de Emiliano Zuleta Baquero.
En la fiesta de la virgen del Carmen, patrona de Manaure, que ambos disfrutaban de ese año 1970, escuchó Leandro, la voz dulce de la fémina que no reconoció y al indagarle a ella por su nombre, le respondió, que se llamaba Matilde Lina.
El juglar quedó enamorado de la dama a la que le ofreció una visita en su tierra, El Plan.
Allí llegó para un 11 de noviembre a cantarle y la serenateó con la canción que años más tarde se convertiría en icono del folclor vallenato.
Matilde Lina, quedó embelesada con semejante oda que Leandro antes de hacerla grabar, la había hecho muy popular en la región acompañado por su compañero de muchos años “Toño” Salas.
Con lo que no contaban los protagonistas de esta historia es que el romance no se podía dar, ya que ambos contaban con una abundante prole, ella, con su esposo y 4 hijos y además en estado de gestación y Leandro con 10 hijos aproximadamente.
Este canto de Leandro le ha dado a la protagonista mucha popularidad en la región, Colombia y el exterior, tanto que ella manifiesta que su casa se volvió una romería de personas de distintas procedencias que llegan a conocerla.
Matilde Lina, ha sido grabada en muchas partes del mundo, “El Gran Combo” de Puerto Rico; Roberto Torres, de Cuba; Los Melódicos de Venezuela y la más conocida , la de Carlos Vives, el cual en el sepelio le agradeció a Leandro haberle mostrado el camino de Valledupar y desviarlo de Hollywood.
La canción más popular del maestro Leandro Díaz Duarte, se conoció en la versión de Alfredo Gutiérrez, cuando este la grabó en 1971.
Por: Celso Guerra Gutierréz
La canción más popular del maestro Leandro Díaz Duarte, se conoció en la versión de Alfredo Gutiérrez, cuando este la grabó en 1971.
Rodrigo Oñate, amigo y compadre de Alfredo, se la escuchó a Leandro cuando el bardo, la interpretó en una parranda, acompañado por las guitarras sandieganas de, Juan Calderón, Antonio Ibrahim y Hugo Araújo; Oñate, quedó prendado por la belleza literaria de semejante canto, e inmediatamente, se la recomendó al intérprete.
Leandro Díaz, hizo este canto a orillas de las cristalinas aguas del río Tocaimo, ubicado en la población del mismo nombre, corregimiento de San Diego de Las Flores, quien junto al caserío de El Rincón, le dieron cariño y calor humano para que este gran juglar, compusiera en este entorno sus mejores canciones y desplegara todo su talento y lo irrigara por todo el planeta.
Matilde Lina Soto Negrete, verdadero nombre de la musa inspiradora de esta legendaria canción, es una agraciada dama oriunda del caserío del Plan, corregimiento de La Jagua en La Guajira, anclado en plena Serranía del Perijá, a la cual, Leandro conoció en una fiesta en Manaure, a donde Díaz, fue invitado por su acordeonero y compañero “Toño” Salas.
Matilde era cuñada de Toño Salas, además pariente de la “Vieja” Sara, Madre de Emiliano Zuleta Baquero.
En la fiesta de la virgen del Carmen, patrona de Manaure, que ambos disfrutaban de ese año 1970, escuchó Leandro, la voz dulce de la fémina que no reconoció y al indagarle a ella por su nombre, le respondió, que se llamaba Matilde Lina.
El juglar quedó enamorado de la dama a la que le ofreció una visita en su tierra, El Plan.
Allí llegó para un 11 de noviembre a cantarle y la serenateó con la canción que años más tarde se convertiría en icono del folclor vallenato.
Matilde Lina, quedó embelesada con semejante oda que Leandro antes de hacerla grabar, la había hecho muy popular en la región acompañado por su compañero de muchos años “Toño” Salas.
Con lo que no contaban los protagonistas de esta historia es que el romance no se podía dar, ya que ambos contaban con una abundante prole, ella, con su esposo y 4 hijos y además en estado de gestación y Leandro con 10 hijos aproximadamente.
Este canto de Leandro le ha dado a la protagonista mucha popularidad en la región, Colombia y el exterior, tanto que ella manifiesta que su casa se volvió una romería de personas de distintas procedencias que llegan a conocerla.
Matilde Lina, ha sido grabada en muchas partes del mundo, “El Gran Combo” de Puerto Rico; Roberto Torres, de Cuba; Los Melódicos de Venezuela y la más conocida , la de Carlos Vives, el cual en el sepelio le agradeció a Leandro haberle mostrado el camino de Valledupar y desviarlo de Hollywood.