El día 12 de mayo de 2022 se llevó a cabo en San Diego la socialización de adjudicación de unos proyectos de exploración de minería de cobre en los municipios de La Paz y San Diego (Cesar), este evento estuvo a cargo de la Agencia Nacional de Minería (ANM) y en poco más de hora y media explicaron en que consistían tales proyectos y como iban a impactar en el departamento del Cesar.

BONDADES DE LOS PROYECTOS

La ANM dio los siguientes argumentos sobre las bondades del desarrollo de estos eventuales proyectos mineros en el departamento: en primer lugar, mencionan que con esto se busca diversificar en Colombia la producción de minerales metálicos; en segundo lugar, dicen que esto permitirá adelantarnos y estar preparados para los procesos de transición energética que actualmente demanda el planeta para evitar una catástrofe global y finalmente, según esta agencia, lo que se quiere también es generar un desarrollo y progreso económico a los territorios con la llegada de esta actividad económica. 

Todas estas razones serian suficientes para estar tranquilos y celebrar la llegada de la minería de cobre a nuestro territorio, sin embargo, la historia que se ha tejido en los departamentos del Cesar y La Guajira, alrededor de la minería del carbón, desarrollada en estos territorios hace más de 30 años y presentada en su momento a la sociedad casi que con los mismos argumentos de ahora, ha dejado un sabor agridulce y una gran desconfianza ciudadana casi que de total resistencia a todo lo que signifiqueminería, con algunas excepciones obviamente. 

En este punto es preciso hacer un breve paréntesis para mencionar que si bien es cierto que la bonanza del carbón permitió el impulso de proyectos de infraestructura y ocasionó un encadenamiento productivo alrededor de esta actividad económica en los municipios mineros, también es verdad que esos ingresos por la minería, distribuidos a través del Sistema General de Regalías, no se han visto reflejados en su totalidad en beneficio de la comunidad y que por el contrario se ha evidenciado el surgimiento de diversas problemáticas socioambientales, tales como perdida de la vocación agrícola de los campesinos, contaminación de fuentes hídricas, deforestación, vertimientos de residuos, altos índices de NBI,y otros desafíos que hasta la fecha siguen sin solucionarse. 

PERO EXISTE PREOCUPACIÓN 

Es pertinente decir que, como toda situación en la cotidianidad, siempre se deben sopesar los pros y los contras para analizar con mayor objetividad los hechos. 

Y son precisamente esos impactos negativos los que generan preocupación en las comunidades con el desarrollo de la minería del cobre en los municipios de La Paz y San Diego. 

Aquí surge una cuestión relevante y es ¿a qué se debe la importancia que ha adquirido el cobre para Colombia y el mundo?, la respuesta es sencilla, este mineral es fundamental para el desarrollo de las energías alternativas y su uso va desde la producción de energía eléctrica, a través de paneles solares o turbinas eólicas, hasta la producción de implementos para los medios de transporte pensados en un contexto de lucha contra el cambio climático. 

Es por ese uso en el futuro cercano que el cobre adquiere importancia y es categorizado por el estado colombiano como un mineral de interés estratégico para el país junto con el oro, níquel, coltán y otro grupo de minerales metálicos. 

EN SAN DIEGO Y LA PAZ

En consecuencia, la ANM declaró y adjudicó a la empresa Colombia Gold S.A.S cuatro nuevas Áreas Estratégicas Mineras (AEM) que comprenden los bloques 1,2,3 y 15 ubicados en los municipios de San Diego y La Paz. 

Sin duda alguna que los anuncios de estos proyectos han generado expectativas, preocupaciones e incertidumbre por parte de muchos ciudadanos y es por eso que, de llegar a la fase de explotación, las empresas mineras y el estado tienen grandes retos para recuperar la confianza de las personas en estos proyectos. Inicialmente se debe propender por garantizar con anterioridad el acceso a la información y la participación ciudadana para que sea una decisión consensuada, brindar oportunidades a la gente que permitan superar las crisis socioeconómicas del territorio con el fin de disminuir las brechas de desigualdad y pobreza; así como tener en cuenta la riqueza ecosistémica de la zona, caracterizada especialmente por el bosque seco tropical y las ecorregiones del Valle del rio Cesar y la Serranía del Perijá con la finalidad que estas no se vean afectadas gravemente, todo esto bajo la vigilancia permanente del estado para que proteja los intereses nacionales.

Colombia debe avanzar hacia los procesos de transición energética justa y aprovechar las oportunidades que plantea el mundo actual para incentivar la diversificación productiva del país, generar riqueza y garantizar que los procesos se hagan de manera sostenible y en armonía con el medio ambiente. 

POR EUDIS DE LEÓN/ESPECIAL PARA EL PILÓN