Ayer a las 7:45 de la mañana falleció el cantante y compositor de música salsa, Álvaro José, el Joe, Arroyo González. El destacado artista murió en la Clínica La Asunción, en Barranquilla, donde se encontraba desde hacía más de un mes con graves complicaciones médicas.
En los últimos días, el Joe Arroyo permaneció bajo pronóstico reservado. Murió a los 56 años de edad, en la Unidad de Cuidados Intensivos de esa institución Médica, en Barranquilla, una de las ciudades testigos del gran legado que hoy deja tanto a nivel nacional como internacional esta leyenda de la salsa.
Falleció a raíz de las complicaciones que presentó luego de sufrir dos paros cardiorrespiratorios, durante la noche del pasado 24 de julio.

Con la evolución de la salud del cantante, las esperanzas se agotaban, al mismo tiempo el estado de ánimo de  los seguidores, amigos, y familiares del intérprete y autor de ‘Tania’ decaían con el pasar de los minutos.  Ese ambiente empeoró con la visita de Monseñor Víctor Tamayo,  para administrarle la extrema unción de los enfermos.
Intertítulo
Vida y obra musical
El Joe Arroyo nació en Cartagena, el 1 de noviembre de 1955. Inició su carrera artística a los ocho años, cantando en los burdeles de Cartagena, convertido en un precoz cantante profesional. Un arzobispo supo de su vida, mandó a llamar al Joe y lo metió en un coro.
A los 13 años, Arroyo se escapó de casa y dejó atrás los burdeles de la zona de tolerancia de Tesca, donde seguía cantando, para integrarse a una orquesta de Barranquilla llamada ‘La Protesta’.
Inició su carrera musical a los 15 años de edad, cuando se integró al Súper Combo Los Diamantes.
En 1973 se convirtió en el vocalista principal de la popular orquesta de salsa ‘Fruko y sus Tesos’, con la que algunos años atrás ya había grabado el éxito ‘El ausente’, y con la que recorrió el mundo.
Y en 1981 fundó su propia orquesta, ‘La Verdad’, con la que desarrolló el ‘joesón’ y se consolidó como uno de los grandes de la música tropical.
Entre 1985 y 1994 Joe Arroyo no tenía comparación en el mundo de la salsa, afirma Silva, autor de “El Centurión de La Noche. La vida cantada de Joe Arroyo”.

Varias vidas

En 1983 el cantante fue desahuciado por un problema de tiroides, y la prensa anunció su muerte “por una sobredosis de drogas”.
En el año 2000 los medios lo volvieron a dar por muerto, luego de que un coma diabético se combinara con neumonía mientras estaba de gira por Barcelona.
Y dos años después, la muerte de su hija Tania, a causa de un problema cardíaco, no le impediría cumplir con un concierto previsto para el día siguiente y le inspiraría la canción que lleva su nombre.

El interprete de éxitos como Tania, Rebelión, La Noche y Echao pa’ lante, es considerado como el gran salsero de Colombia y el principal impulsor de ese género en el país, tras haberse vinculado en Nueva York con músicos como el dominicano Jhonny Pacheco y el estadounidense Jerry Masucci, de la casa disquera La Fania.

Cabe recordar que el Joe rumbero, el desenfrenado, el controversial, ‘el Centurión de la noche’; el que se crió en la extrema pobreza en el popular barrio Nariño, en Cartagena, recibiría para el mes de noviembre de este año el Premio Especial de la Academia del Grammy Latino a su trayectoria musical.

Facetas del artista

El llamado ‘Sonero de América’, será recordado por sus distintas facetas como el conquistador, el amante de muchas mujeres; el amigo, el que no cosecharía la fama sin la ayuda de ‘Fruko’, Víctor ‘El Nene’ del Real, Manyoma, ‘Piper’ Pimienta y ‘Chelito’ de Castro.
Joe, el hijo y el padre, el hombre  que ponía por encima de todo a su familia y quien sufrió desoladamente cuando la muerte se llevó a su madre Ángela y luego a su joven hija Tania.

Novela: El Joe La Leyenda

La vida de Álvaro José Arroyo González, el ‘Joe’, una de las más grandes figuras de la música caribeña es homenajeada por el canal RCN, a través de una historia que muestra sus éxitos, tropiezos, controversias,  amores y desdichas. ‘El Joe, la Leyenda’ presenta el progreso del artista, y recorre esos momentos que lo hicieron grande.