La medicina es ciencia y arte para curar las enfermedades de la humanidad, quienes asumen tan noble responsabilidad adquieren el compromiso de ejercer la profesión médica con la vocación consagrada en el juramento hipocrático. Para cumplirlo, los médicos requieren aprendizaje continuo de los nuevos descubrimientos científicos y avances tecnológicos que van dejando obsoletos teorías, medicamentos, […]
La medicina es ciencia y arte para curar las enfermedades de la humanidad, quienes asumen tan noble responsabilidad adquieren el compromiso de ejercer la profesión médica con la vocación consagrada en el juramento hipocrático. Para cumplirlo, los médicos requieren aprendizaje continuo de los nuevos descubrimientos científicos y avances tecnológicos que van dejando obsoletos teorías, medicamentos, procedimientos y equipos que antes se consideraban idóneos.Desafortunadamente, estas sublimes disposiciones son frenadas por la mezquindad del actual sistema de salud.
Sin embargo, el médico, Luciano Aponte López, siempre ha ejercido la profesión médica como auténtico salvaguarda del legado hipocrático. Por ende, en Valledupar, el próximo sábado 7 de junio,en ocasión de sus Bodas de Oro Profesional, se le bridará merecido homenajesolidario y afectuoso en reconocimiento de su humanismo, conSimposio de Actualización en Gastroenterología en el Hotel Sonesta (mañana y tarde).Vienenconferencistas de vanguardia.En la noche al agasajado se le ofrecerá velada especial en el Club Valledupar.
Este médico eminente oriundo de Urumita, La Guajira, residenciado en Bogotá, es hijo de los yadifuntos, donPedro Nel Aponte Marzal y doña Blasina López Baquero, ambos de distinguidas familias de la región. También tuvieron otros nueve hijos bien educados, de los cuales cuatro han fallecido.
Estudio la primaria en su terruño natal y Villanueva, población vecina con mejores escuelas. El bachillerato lo inició en el Colegio Loperena de Valledupar y lo terminó en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario de Bogotá. Seguidamente ingresó al Batallón Miguel Antonio Caro, como soldado bachiller, de ahí su disciplina.
Su formación médica la recibió de la Universidad Nacional, en el otrora prestigioso Hospital San Juan de Dios, allí mismo se especializó en Cirugía General bajo la enseñanza de talentosos profesores como Alfonso Bonilla Naar y Erix Bozón, entre otros con similar destreza. En la Universidad del Rosario obtuvo el título de Cirujano Endoscopista, con cursos complementarios en Francia y Chile.
Su grandioso palmaréscomprende gran cantidad de logros que, lamentablemente, este espacio sólo me permite mencionar muy pocos, entre los cuales destaco su participación en múltiples congresos médicos dentro y fuera del país a veces como conferencista invitado. Fue Senador de la República y abandonó la política por su pasión a la medicina. Gestor del municipio de UrumitaDirector del Hospital Rosario Pumarejo de López de Valledupar, donde realizó admirable gestión. Presidente de las asociaciones de Gastroenterología y Endoscopia Digestiva de Colombia.
Autor y miembro destacado del servicio de endoscopia de la Clínica Marly. Jefe del servicio de endoscopia en la Fundación Santa Fe y otras importantes instituciones hospitalarias de Bogotá.
Felizmente casado con la gentil odontóloga santandereana, Ligia Ordoñez Camargo, con quien tiene 5 hijos, todos profesionales en diferentes disciplinas. Uno de ellos estudió medicina y mismas especialidades de su padre.
Ser agradecido, servir a su familia y a sus amigos son sus principales virtudes, pero ante todo no tolera la injusticia, espíritu que lo identifica con la frase de que «No debe cometerse una injusticia aun cuando el universo se desplome», del ilustrísimo jurista, José Félix de Restrepo, otro gran humanista colombiano.
La medicina es ciencia y arte para curar las enfermedades de la humanidad, quienes asumen tan noble responsabilidad adquieren el compromiso de ejercer la profesión médica con la vocación consagrada en el juramento hipocrático. Para cumplirlo, los médicos requieren aprendizaje continuo de los nuevos descubrimientos científicos y avances tecnológicos que van dejando obsoletos teorías, medicamentos, […]
La medicina es ciencia y arte para curar las enfermedades de la humanidad, quienes asumen tan noble responsabilidad adquieren el compromiso de ejercer la profesión médica con la vocación consagrada en el juramento hipocrático. Para cumplirlo, los médicos requieren aprendizaje continuo de los nuevos descubrimientos científicos y avances tecnológicos que van dejando obsoletos teorías, medicamentos, procedimientos y equipos que antes se consideraban idóneos.Desafortunadamente, estas sublimes disposiciones son frenadas por la mezquindad del actual sistema de salud.
Sin embargo, el médico, Luciano Aponte López, siempre ha ejercido la profesión médica como auténtico salvaguarda del legado hipocrático. Por ende, en Valledupar, el próximo sábado 7 de junio,en ocasión de sus Bodas de Oro Profesional, se le bridará merecido homenajesolidario y afectuoso en reconocimiento de su humanismo, conSimposio de Actualización en Gastroenterología en el Hotel Sonesta (mañana y tarde).Vienenconferencistas de vanguardia.En la noche al agasajado se le ofrecerá velada especial en el Club Valledupar.
Este médico eminente oriundo de Urumita, La Guajira, residenciado en Bogotá, es hijo de los yadifuntos, donPedro Nel Aponte Marzal y doña Blasina López Baquero, ambos de distinguidas familias de la región. También tuvieron otros nueve hijos bien educados, de los cuales cuatro han fallecido.
Estudio la primaria en su terruño natal y Villanueva, población vecina con mejores escuelas. El bachillerato lo inició en el Colegio Loperena de Valledupar y lo terminó en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario de Bogotá. Seguidamente ingresó al Batallón Miguel Antonio Caro, como soldado bachiller, de ahí su disciplina.
Su formación médica la recibió de la Universidad Nacional, en el otrora prestigioso Hospital San Juan de Dios, allí mismo se especializó en Cirugía General bajo la enseñanza de talentosos profesores como Alfonso Bonilla Naar y Erix Bozón, entre otros con similar destreza. En la Universidad del Rosario obtuvo el título de Cirujano Endoscopista, con cursos complementarios en Francia y Chile.
Su grandioso palmaréscomprende gran cantidad de logros que, lamentablemente, este espacio sólo me permite mencionar muy pocos, entre los cuales destaco su participación en múltiples congresos médicos dentro y fuera del país a veces como conferencista invitado. Fue Senador de la República y abandonó la política por su pasión a la medicina. Gestor del municipio de UrumitaDirector del Hospital Rosario Pumarejo de López de Valledupar, donde realizó admirable gestión. Presidente de las asociaciones de Gastroenterología y Endoscopia Digestiva de Colombia.
Autor y miembro destacado del servicio de endoscopia de la Clínica Marly. Jefe del servicio de endoscopia en la Fundación Santa Fe y otras importantes instituciones hospitalarias de Bogotá.
Felizmente casado con la gentil odontóloga santandereana, Ligia Ordoñez Camargo, con quien tiene 5 hijos, todos profesionales en diferentes disciplinas. Uno de ellos estudió medicina y mismas especialidades de su padre.
Ser agradecido, servir a su familia y a sus amigos son sus principales virtudes, pero ante todo no tolera la injusticia, espíritu que lo identifica con la frase de que «No debe cometerse una injusticia aun cuando el universo se desplome», del ilustrísimo jurista, José Félix de Restrepo, otro gran humanista colombiano.