Uno de los rasgos que más nos diferencian de los animales, además de nuestra capacidad de razonar, es que durante años de evolución social hemos construido un decálogo de normas de comportamiento y pilares de interacción social para manejarnos bien dentro de la manada y evitar que así como los animales terminemos agarrados con dientes y garras hasta que haya un vencido y un vencedor que al final impone las condiciones en la selva, eso al final son leyes, códigos, manuales, modos de comportamiento y como pilares o estructura básica, valores.
Uno de los rasgos que más nos diferencian de los animales, además de nuestra capacidad de razonar, es que durante años de evolución social hemos construido un decálogo de normas de comportamiento y pilares de interacción social para manejarnos bien dentro de la manada y evitar que así como los animales terminemos agarrados con dientes y garras hasta que haya un vencido y un vencedor que al final impone las condiciones en la selva, eso al final son leyes, códigos, manuales, modos de comportamiento y como pilares o estructura básica, valores.
En ese sentido, cada acción de nuestra vida o cada comportamiento se debe enmarcar dentro de esos cánones; es decir, nuestro alrededor que tiene claro y comparte nuestros propios códigos mide esos comportamientos y esas acciones dentro de estos y en el evento en que se alejen de este marco, se aplican las sanciones, ya sea sociales o la aplicación de las leyes que para cada caso aplique; sin embargo, existe un grupo de personajes que ya casi son mayoría, a los que estas normas, códigos, decálogos y demás, simplemente les importa un rábano y hacen todo lo necesario para irse en contra de todo lo ético, lo legal o lo permitido; se esfuerzan cada dia para mostrarse al mundo como seres indeseables y rastreros, van por el mundo cosechando enemistades y malquerencias y actúan como un carro de basuras, contaminan todo a su paso y siempre buscando donde depositar su pestilente cargamento.
El mundo suele apreciar a las personas agradables, son esas que iluminan los lugares a donde llegan; todos quieren estar con ellos y generan una aura especial, cosechan amistades verdaderas y el mundo y los astros se alinean para que siempre les vaya bien, mientras que por el contrario los otros suelen ser evitados, cuando los ven venir la gente murmura, intentan sacarle el cuerpo o simplemente se los soportan porque no hay más remedio, en síntesis, la amargura, el desprecio tácito y las noches de soledad, son el pan de cada dia del miserable.
Su personalidad casi siempre está acompañada de un complejo de superioridad, alardea de su condición o posición, actúa con alevosía y premeditación, su mayor virtud está asociada al daño que le pueda causar al prójimo y para ello se prepara, conspira, repta e indispone con tal de lograr sus objetivos, no tiene ningún filtro moral y carece de algún tipo de sentimiento; sus instintos siempre estarán por encima de cualquier otra consideración lo que los hace egoístas, fríos, calculadores y por supuesto desagradecidos, en términos generales el miserable está enfermo por dentro y aún siendo consciente de ello lo asume como una virtud, no hay duda que se trata de un sociópata que puede llegar incluso a autodestruirse.
Las conclusiones a la que han llegado muchos psicoanalistas es que se trata de desequilibrios emocionales y vacíos dejados durante infancias difíciles que hacen que estas personas asuman estas corazas para defenderse y evitar ser dañadas, por ello siempre estarán a la defensiva, desconfían al extremo, no reconocen el afecto como un sentimiento y en la mayoría de los casos terminan padeciendo cáncer debido que su sistema inmune se va deteriorando por la carga de energía negativa que generan lo cual también los vuelve pesimistas y conflictivos.
Es posible que te topes con alguno de estos personajes y debes aprender a diferenciarlos, porque hay algunos que son miserables por consecuencia y otros lo son por elección, los primeros pueden ser tratados a través de terapia y los segundos jamás van a cambiar ni tienen intención de hacerlo pues como ya se mencionó su nivel de sociopatía se irá convirtiendo en una forma de vida y al ser practicado de manera constante se adopta como personalidad. Empieza a revisar tu círculo de personas cercanas, identifica a tu miserable, es importante que sepas que en cualquier momento sacará su verdadera cara y te va a traicionar, el sociópata quiere lo tuyo, no porque lo necesite, sino porque no soporta que otro tenga lo que él o ella por mérito propio no puede tener.
La vida de un miserable es triste y aburrida, no tiene momentos de felicidad, a veces se compara con esos prisioneros que viven atrapados en sus celdas a los que más allá de los barrotes tienen su propia prisión en el corazón y su alimento al igual que en las celdas solo será pan y agua.
Uno de los rasgos que más nos diferencian de los animales, además de nuestra capacidad de razonar, es que durante años de evolución social hemos construido un decálogo de normas de comportamiento y pilares de interacción social para manejarnos bien dentro de la manada y evitar que así como los animales terminemos agarrados con dientes y garras hasta que haya un vencido y un vencedor que al final impone las condiciones en la selva, eso al final son leyes, códigos, manuales, modos de comportamiento y como pilares o estructura básica, valores.
Uno de los rasgos que más nos diferencian de los animales, además de nuestra capacidad de razonar, es que durante años de evolución social hemos construido un decálogo de normas de comportamiento y pilares de interacción social para manejarnos bien dentro de la manada y evitar que así como los animales terminemos agarrados con dientes y garras hasta que haya un vencido y un vencedor que al final impone las condiciones en la selva, eso al final son leyes, códigos, manuales, modos de comportamiento y como pilares o estructura básica, valores.
En ese sentido, cada acción de nuestra vida o cada comportamiento se debe enmarcar dentro de esos cánones; es decir, nuestro alrededor que tiene claro y comparte nuestros propios códigos mide esos comportamientos y esas acciones dentro de estos y en el evento en que se alejen de este marco, se aplican las sanciones, ya sea sociales o la aplicación de las leyes que para cada caso aplique; sin embargo, existe un grupo de personajes que ya casi son mayoría, a los que estas normas, códigos, decálogos y demás, simplemente les importa un rábano y hacen todo lo necesario para irse en contra de todo lo ético, lo legal o lo permitido; se esfuerzan cada dia para mostrarse al mundo como seres indeseables y rastreros, van por el mundo cosechando enemistades y malquerencias y actúan como un carro de basuras, contaminan todo a su paso y siempre buscando donde depositar su pestilente cargamento.
El mundo suele apreciar a las personas agradables, son esas que iluminan los lugares a donde llegan; todos quieren estar con ellos y generan una aura especial, cosechan amistades verdaderas y el mundo y los astros se alinean para que siempre les vaya bien, mientras que por el contrario los otros suelen ser evitados, cuando los ven venir la gente murmura, intentan sacarle el cuerpo o simplemente se los soportan porque no hay más remedio, en síntesis, la amargura, el desprecio tácito y las noches de soledad, son el pan de cada dia del miserable.
Su personalidad casi siempre está acompañada de un complejo de superioridad, alardea de su condición o posición, actúa con alevosía y premeditación, su mayor virtud está asociada al daño que le pueda causar al prójimo y para ello se prepara, conspira, repta e indispone con tal de lograr sus objetivos, no tiene ningún filtro moral y carece de algún tipo de sentimiento; sus instintos siempre estarán por encima de cualquier otra consideración lo que los hace egoístas, fríos, calculadores y por supuesto desagradecidos, en términos generales el miserable está enfermo por dentro y aún siendo consciente de ello lo asume como una virtud, no hay duda que se trata de un sociópata que puede llegar incluso a autodestruirse.
Las conclusiones a la que han llegado muchos psicoanalistas es que se trata de desequilibrios emocionales y vacíos dejados durante infancias difíciles que hacen que estas personas asuman estas corazas para defenderse y evitar ser dañadas, por ello siempre estarán a la defensiva, desconfían al extremo, no reconocen el afecto como un sentimiento y en la mayoría de los casos terminan padeciendo cáncer debido que su sistema inmune se va deteriorando por la carga de energía negativa que generan lo cual también los vuelve pesimistas y conflictivos.
Es posible que te topes con alguno de estos personajes y debes aprender a diferenciarlos, porque hay algunos que son miserables por consecuencia y otros lo son por elección, los primeros pueden ser tratados a través de terapia y los segundos jamás van a cambiar ni tienen intención de hacerlo pues como ya se mencionó su nivel de sociopatía se irá convirtiendo en una forma de vida y al ser practicado de manera constante se adopta como personalidad. Empieza a revisar tu círculo de personas cercanas, identifica a tu miserable, es importante que sepas que en cualquier momento sacará su verdadera cara y te va a traicionar, el sociópata quiere lo tuyo, no porque lo necesite, sino porque no soporta que otro tenga lo que él o ella por mérito propio no puede tener.
La vida de un miserable es triste y aburrida, no tiene momentos de felicidad, a veces se compara con esos prisioneros que viven atrapados en sus celdas a los que más allá de los barrotes tienen su propia prisión en el corazón y su alimento al igual que en las celdas solo será pan y agua.