La investigación que divulgamos la semana anterior sobre los hilos que conectan al director seccional de Fiscalía del Cesar, Ronald Calderón, ha causado varias reacciones y no reacciones que generan inquietudes por todo lo que ronda este tema. En primer lugar, el desinterés de los medios regionales sobre un tema tan delicado es preocupante, ya que lo que se está exigiendo es claridad y garantías de un funcionario que tiene en sus manos muchas investigaciones que son muy importantes para que la justicia prevalezca en el Cesar.
No entiendo por qué a medios importantes de la ciudad les pareció intrascendente el tema, lo que me genera algunas preguntas: ¿será por miedo? ¿será por conflicto de interés, ya que se toca el Clan Gnecco-Cuello, que es el que regula los planes de medios de alcaldía y Gobernación del Cesar, de los cuales viven muchos medios y periodistas de la ciudad? ¿O será por celos periodísticos?
Pero lo que hay que destacar, por lo menos, es que apareció un bufón con corbata a defender al fiscal Calderón; se trata del abogado sincelejano Hugo Mendoza, que a través de una columna descalificó nuestra labor periodística y deja entrever que el periodismo debe continuar arrodillado a los clanes que dominan el Cesar.
Abogado Mendoza, el papel del periodista no es juzgar; para eso están los jueces, pero sí investigar, confrontar y denunciar en un ejercicio contra poder. A usted se le nota que no le gusta que se revelen estas conexiones y cómo se mueven aquellas personas que manipulan u ocupan cargos de poder, como el director seccional de Fiscalía del Cesar, Ronald Calderón, quien tiene como misión coordinar, liderar, orientar y vigilar el desempeño de los fiscales del Cesar. Porque es a él a quien le piden cuentas desde la Dirección Nacional de Fiscalía de lo que hacen los fiscales y no a cada fiscal de manera individual.
Por lo que el señor Calderón tiene acceso y está al tanto de lo que hacen todos los fiscales de este departamento, como por ejemplo el fiscal Gentil de León, gran amigo o ya no tanto del fiscal Calderón. A propósito, el fiscal De León sabe muchas cositas y está molesto, y me dice una fuente que quiere hablar.
El abogado Mendoza, en su calidad de defensor mediático del fiscal Calderón, confirma que María Consuelo Gómez es cónyuge de Ronald Calderón y tiene contratos con la Gobernación del Cesar, además es socia de la empresa Huevos King, dominada por Fabián Dangond Rosado, hijo de Katya Rosado, cuyas empresas están envueltas en procesos por delitos en la alimentación escolar, investigaciones adelantadas por fiscales bajo la vigilancia de Ronald Calderón, quien a su vez puede conocer esos procesos como la dación en pago, la Casa en el Aire y otros que, incluso, usted, Dr. Mendoza, ofició como abogado del exalcalde Augusto Ramírez Uhía. Y ahora pretende que eso no se diga; no sea cara dura, abogado Mendoza.
La ciudadanía tiene el derecho de conocer todos estos aspectos y valorar si la situación del director de la Fiscalía genera confianza en las investigaciones por delitos contra la administración pública, usted no es nadie para amordazar el periodismo libre.
Además, abogado Mendoza, usted, como persona cercana a Cielo Gnecco, como lo certifican varias columnas bastante lambonas, por cierto, en este mismo periódico, no tiene credibilidad para descalificar una investigación que se adelantó por varios meses por parte de un grupo de investigadores donde hay abogados y expertos en auditoría forense para casos de corrupción.
No se le olvide abogado Mendoza, que sus vínculos con ese clan ya están probados con el nombramiento de su hija como jefe de la Oficina Jurídica de Corpocesar en el tiempo que Jhon Valle Cuello, fue elegido director irregularmente, como lo declaró la justicia. Así que, abogado Mendoza, usted, como abogado, debería propender por respaldar todo proceso que haga brillar la justicia y no opacarla. Sin embargo, al parecer, sus apetitos burocráticos y personales le impiden hacerlo. El periodismo nunca se arrodillará ante clanes o abogados mañosos que pretenden distorsionar la realidad con argumentos de poca monta.
Por Jacobo Solano












