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Columnista - 29 julio, 2024

Los hermanos García

No voy a referirme a pariente alguno de Arturo García, … ese hombre bondadoso… que es el rey de la alegría, de un sentir maravilloso… ese hombre sabanero que entre El Carmen y Corozal Don Arturo es el primero…, no; aunque el apellido García es uno de los más antiguos y comunes en nuestro país, su origen […]

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No voy a referirme a pariente alguno de Arturo García, … ese hombre bondadoso… que es el rey de la alegría, de un sentir maravilloso… ese hombre sabanero que entre El Carmen y Corozal Don Arturo es el primero…, no; aunque el apellido García es uno de los más antiguos y comunes en nuestro país, su origen se remonta quizá al país vasco y reflejando juventud y osadía se difundió por toda las Américas debido a la expansión territorial y las migraciones.

En Colombia, el apellido García es uno de los más comunes, resultado de la colonización española. Los García llegaron al territorio colombiano como conquistadores, misioneros y colonos, asentándose en diversas regiones del país. A lo largo de los siglos, el apellido se ha diseminado. Familias con este apellido han contribuido significativamente al desarrollo cultural, económico y político de Colombia. 

Hoy, García es un apellido que refleja la diversidad y el mestizaje característico de la población colombiana, como la raza santandereana, originaria del departamento de Santander, conocida por su fuerte carácter, laboriosidad y determinación que dio asiento permanente a este apellido de hombres resilientes y emprendedores, cualidades forjadas en un entorno montañoso y desafiante, en donde la cultura regional está impregnada de un profundo sentido de identidad y orgullo local. 

Además, son famosos por su franqueza y tenacidad. De esta región —con una fuerte conexión a sus raíces y tradiciones, como gente de decisiones, con retos por la vida y en su afán de lucha— llegaron a esta provincia abriendo caminos y siguiendo los pasos a sus mayores, allá por los años cincuenta a sesenta, dos jóvenes hermanos en cuya frente anidaban el esfuerzo y capacidad de trabajo en las tareas del comercio, temas de herencia familiar y que con prestigio y destreza desafiaron el futuro en una región desconocida que les abrió, por su don de gente y educación, las puertas del destino y del progreso, tanto para ellos como para esta tierra, que ha sido en gran parte fruto de una combinación variada de santandereanos, antioqueños, paisas y gentes de muchas otras latitudes, que poco a poco han ayudado a forjar la historia del progreso de esta zona a través del comercio, agricultura y otras actividades propias de los pueblos en desarrollo.

El amor cuando es sano y puro influye —aunque no lo creamos— en la vida de las comunidades, y su mezcla trae la alianza de la fraternidad por siempre. Y fue así como dos hermosas vallenatas, hijas de la música y del canto de familias queridas de esta tierra, sedujeron a estos hermanos no solo con el encanto de sus rubias hermosuras y ojos bañados de mar, sino por la pasión característica de nuestras mujeres, admiradoras de los hombres de trabajo, incansables, en especial, si llevan impreso el don de la caballerosidad, que cuando el entusiasmo  y su organización familiar  invaden, entregan el profundo cariño que profesan por la vida y le cantan canciones de agradecimientos como aquella que dice en uno de sus versos:

Gracias a la vida que me ha dado tanto

Me ha dado la marcha de mis pies cansados

Con ellos anduve ciudades y charcos

Playas y desiertos, montañas y llanos

Y la casa tuya, tu calle y tu patio…

De los hermanos García, no ha mucho partió uno, no ha poco se marchó el otro, pero descendencias dejan cargadas de cariño, de trabajo cotidiano y de muchas virtudes, que como imagen de lucha y progreso simbolizan la estirpe santandereana en la tierra vallenata, para que nuestra música tenga sabor a bambuco y a piña madura, y el bambuco sabor a la tierra de Escalona, y a la lírica que irradia nuestra Sierra Nevada a través de sus piloneras sobre todo de esas que encantaron sus vidas.

Gracias a la vida que me ha dado tanto

Me ha dado el sonido y el abecedario

Con él las palabras que pienso y declaro.

Los dos materiales que forman mi canto

Y el canto de ustedes que es mi propio canto, …

En esta tierra como en otras, existen diversidad de opiniones, pero los amantes del progreso siempre hemos visto en los hermanos García dos pilares relevantes del mismo, en esta provincia de la música vallenata.

Dios bendiga a Justo y Juan José García, otrora ilustres santandereanos, hoy ilustres vallenatos también más allá de las estrellas.

Por: Fausto Cotes N.

Columnista
29 julio, 2024

Los hermanos García

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Fausto Cotes

No voy a referirme a pariente alguno de Arturo García, … ese hombre bondadoso… que es el rey de la alegría, de un sentir maravilloso… ese hombre sabanero que entre El Carmen y Corozal Don Arturo es el primero…, no; aunque el apellido García es uno de los más antiguos y comunes en nuestro país, su origen […]


No voy a referirme a pariente alguno de Arturo García, … ese hombre bondadoso… que es el rey de la alegría, de un sentir maravilloso… ese hombre sabanero que entre El Carmen y Corozal Don Arturo es el primero…, no; aunque el apellido García es uno de los más antiguos y comunes en nuestro país, su origen se remonta quizá al país vasco y reflejando juventud y osadía se difundió por toda las Américas debido a la expansión territorial y las migraciones.

En Colombia, el apellido García es uno de los más comunes, resultado de la colonización española. Los García llegaron al territorio colombiano como conquistadores, misioneros y colonos, asentándose en diversas regiones del país. A lo largo de los siglos, el apellido se ha diseminado. Familias con este apellido han contribuido significativamente al desarrollo cultural, económico y político de Colombia. 

Hoy, García es un apellido que refleja la diversidad y el mestizaje característico de la población colombiana, como la raza santandereana, originaria del departamento de Santander, conocida por su fuerte carácter, laboriosidad y determinación que dio asiento permanente a este apellido de hombres resilientes y emprendedores, cualidades forjadas en un entorno montañoso y desafiante, en donde la cultura regional está impregnada de un profundo sentido de identidad y orgullo local. 

Además, son famosos por su franqueza y tenacidad. De esta región —con una fuerte conexión a sus raíces y tradiciones, como gente de decisiones, con retos por la vida y en su afán de lucha— llegaron a esta provincia abriendo caminos y siguiendo los pasos a sus mayores, allá por los años cincuenta a sesenta, dos jóvenes hermanos en cuya frente anidaban el esfuerzo y capacidad de trabajo en las tareas del comercio, temas de herencia familiar y que con prestigio y destreza desafiaron el futuro en una región desconocida que les abrió, por su don de gente y educación, las puertas del destino y del progreso, tanto para ellos como para esta tierra, que ha sido en gran parte fruto de una combinación variada de santandereanos, antioqueños, paisas y gentes de muchas otras latitudes, que poco a poco han ayudado a forjar la historia del progreso de esta zona a través del comercio, agricultura y otras actividades propias de los pueblos en desarrollo.

El amor cuando es sano y puro influye —aunque no lo creamos— en la vida de las comunidades, y su mezcla trae la alianza de la fraternidad por siempre. Y fue así como dos hermosas vallenatas, hijas de la música y del canto de familias queridas de esta tierra, sedujeron a estos hermanos no solo con el encanto de sus rubias hermosuras y ojos bañados de mar, sino por la pasión característica de nuestras mujeres, admiradoras de los hombres de trabajo, incansables, en especial, si llevan impreso el don de la caballerosidad, que cuando el entusiasmo  y su organización familiar  invaden, entregan el profundo cariño que profesan por la vida y le cantan canciones de agradecimientos como aquella que dice en uno de sus versos:

Gracias a la vida que me ha dado tanto

Me ha dado la marcha de mis pies cansados

Con ellos anduve ciudades y charcos

Playas y desiertos, montañas y llanos

Y la casa tuya, tu calle y tu patio…

De los hermanos García, no ha mucho partió uno, no ha poco se marchó el otro, pero descendencias dejan cargadas de cariño, de trabajo cotidiano y de muchas virtudes, que como imagen de lucha y progreso simbolizan la estirpe santandereana en la tierra vallenata, para que nuestra música tenga sabor a bambuco y a piña madura, y el bambuco sabor a la tierra de Escalona, y a la lírica que irradia nuestra Sierra Nevada a través de sus piloneras sobre todo de esas que encantaron sus vidas.

Gracias a la vida que me ha dado tanto

Me ha dado el sonido y el abecedario

Con él las palabras que pienso y declaro.

Los dos materiales que forman mi canto

Y el canto de ustedes que es mi propio canto, …

En esta tierra como en otras, existen diversidad de opiniones, pero los amantes del progreso siempre hemos visto en los hermanos García dos pilares relevantes del mismo, en esta provincia de la música vallenata.

Dios bendiga a Justo y Juan José García, otrora ilustres santandereanos, hoy ilustres vallenatos también más allá de las estrellas.

Por: Fausto Cotes N.