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Tan nocivo ha sido el perverso esquema de créditos “bonos de agua”, que hasta mediados del año 2018 el municipio de Valledupar había pagado por intereses 39.622 millones de pesos.
Hace poco, el columnista Jesús Daza Castro manifestó: “Decir que no era necesaria la intervención de Emdupar es negar que la corrupción y la negligencia se habían tomado la empresa, afectando gravemente su estabilidad financiera y la calidad del servicio para los ciudadanos.” No dijo nada distinto a lo que piensa el común de la gente en Valledupar, una empresa que la acabaron a punta de corrupción y politiquería.
Según el DANE, en el año 2010 Valledupar tenía una población de 403.414 habitantes; en ese mismo año 2010, la Alcaldía de Valledupar gestionó un emprestito pignorando los recursos del Sistema General de Participaciones, SGP, por un valor de 36.765 millones de pesos.
Dicho empréstito, suscrito por el Concejo Municipal de Valledupar, buscaba fortalecer el sector de agua potable y saneamiento básico de nuestro municipio, pero terminó convirtiéndose en uno de los más grandes errores de nuestra administración pública vallenata en los últimos años.
En el esquema de financiamiento de los denominados “bonos de agua” cayeron 117 municipios en 17 departamentos del país. Valledupar, Bello, Soacha, Floridablanca y Buenaventura fueron los municipios con mayor cantidad de habitantes que recibieron empréstitos pignorando los recursos del componente de agua potable y saneamiento básico del Sistema General de Participaciones.
Tan nocivo ha sido el perverso esquema de créditos “bonos de agua”, que hasta mediados del año 2018 el municipio de Valledupar había pagado por intereses 39.622 millones de pesos, cuando recibió 36.765 millones de pesos a partir del crédito previsto en este esquema. Es más, para esa fecha, solo había abonado a capital $5.236 millones de pesos y entre intereses y capital había pagado 44.858 millones de pesos.
El calculado y malintencionado empréstito dio origen a un convenio interadministrativo, igual de peor, suscrito entre la Alcaldía Municipal de Valledupar y Emdupar a partir del cual la empresa de servicios públicos dispuso de $32.154 millones de pesos para celebrar distintos contratos, los cuales llevaron a uno de los mayores errores que en materia de agua potable y saneamiento básico ha cometido nuestro municipio y uno de los mayores ejemplos de la innegable corrupción y negligencia que se tomó a Emdupar.
En el 2011, se celebró uno de esos contratos con un valor final de 17.122 millones de pesos, el cual buscó mejorar las plantas de tratamiento de agua potable y la optimizacion hidráulica de las redes de distribución del acueducto de Valledupar. En el mismo año 2011 otro de esos contratos se celebró por un valor final de $12.212 millones de pesos, el cual buscó la construcción del colector No 10 del sistema de alcantarillado fluvial de Valledupar.
De igual forma, en el año 2012, se celebró otro de esos contratos, el cual buscó la ampliación de la red de alcantarillado sanitario en varias de las calles y carreras de Valledupar, con un valor final de $1.389 millones de pesos. Además en el año 2011 se celebró otro de esos contratos, con un valor final de $2.174 millones de pesos, buscando la optimizacion de los acueductos de los corregimientos de Mariangola y de Los Corazones.
¿Cuál fue la política de agua potable y saneamiento básico que planeó la Alcaldía de Valledupar y Emdupar para adelantar esas contrataciones? ¿Si impactaron de manera positiva los indicadores de la prestación del servicio de Agua Potable y Saneamiento Básico, APSB, y las coberturas de acueducto y las coberturas de alcantarillado de Maríangola y de Los Corazones con los recursos contratados en ese momento?
La respuesta a los interrogantes anteriores debe estar precedida de tener en cuenta que lo que se evidenció desde el principio con esas contrataciones fueron debilidades precontractuales y no contar con proyectos precisos al momento del desembolso del crédito.
En cuanto a los dos corregimientos mencionados, ni siquiera tuvieron en cuenta aspectos previos como la calidad del agua o si era viable sanitariamente, o si se presentaba alta variabilidad en cuanto a la calidad y el suministro de la misma.
Emdupar ejecutó sin una planeación eficiente los recursos de ese empréstito, y a eso toca sumarle el fantasma de la falta de selección objetiva, los sobreprecios, una supervisión y una interventoría deficiente. Un lunar negro, difícil de olvidar para la ciudadanía vallenata relacionado con una empresa de servicios públicos que a punta de errores propició su intervención.
Por: Quintín Quintero
Tan nocivo ha sido el perverso esquema de créditos “bonos de agua”, que hasta mediados del año 2018 el municipio de Valledupar había pagado por intereses 39.622 millones de pesos.
Hace poco, el columnista Jesús Daza Castro manifestó: “Decir que no era necesaria la intervención de Emdupar es negar que la corrupción y la negligencia se habían tomado la empresa, afectando gravemente su estabilidad financiera y la calidad del servicio para los ciudadanos.” No dijo nada distinto a lo que piensa el común de la gente en Valledupar, una empresa que la acabaron a punta de corrupción y politiquería.
Según el DANE, en el año 2010 Valledupar tenía una población de 403.414 habitantes; en ese mismo año 2010, la Alcaldía de Valledupar gestionó un emprestito pignorando los recursos del Sistema General de Participaciones, SGP, por un valor de 36.765 millones de pesos.
Dicho empréstito, suscrito por el Concejo Municipal de Valledupar, buscaba fortalecer el sector de agua potable y saneamiento básico de nuestro municipio, pero terminó convirtiéndose en uno de los más grandes errores de nuestra administración pública vallenata en los últimos años.
En el esquema de financiamiento de los denominados “bonos de agua” cayeron 117 municipios en 17 departamentos del país. Valledupar, Bello, Soacha, Floridablanca y Buenaventura fueron los municipios con mayor cantidad de habitantes que recibieron empréstitos pignorando los recursos del componente de agua potable y saneamiento básico del Sistema General de Participaciones.
Tan nocivo ha sido el perverso esquema de créditos “bonos de agua”, que hasta mediados del año 2018 el municipio de Valledupar había pagado por intereses 39.622 millones de pesos, cuando recibió 36.765 millones de pesos a partir del crédito previsto en este esquema. Es más, para esa fecha, solo había abonado a capital $5.236 millones de pesos y entre intereses y capital había pagado 44.858 millones de pesos.
El calculado y malintencionado empréstito dio origen a un convenio interadministrativo, igual de peor, suscrito entre la Alcaldía Municipal de Valledupar y Emdupar a partir del cual la empresa de servicios públicos dispuso de $32.154 millones de pesos para celebrar distintos contratos, los cuales llevaron a uno de los mayores errores que en materia de agua potable y saneamiento básico ha cometido nuestro municipio y uno de los mayores ejemplos de la innegable corrupción y negligencia que se tomó a Emdupar.
En el 2011, se celebró uno de esos contratos con un valor final de 17.122 millones de pesos, el cual buscó mejorar las plantas de tratamiento de agua potable y la optimizacion hidráulica de las redes de distribución del acueducto de Valledupar. En el mismo año 2011 otro de esos contratos se celebró por un valor final de $12.212 millones de pesos, el cual buscó la construcción del colector No 10 del sistema de alcantarillado fluvial de Valledupar.
De igual forma, en el año 2012, se celebró otro de esos contratos, el cual buscó la ampliación de la red de alcantarillado sanitario en varias de las calles y carreras de Valledupar, con un valor final de $1.389 millones de pesos. Además en el año 2011 se celebró otro de esos contratos, con un valor final de $2.174 millones de pesos, buscando la optimizacion de los acueductos de los corregimientos de Mariangola y de Los Corazones.
¿Cuál fue la política de agua potable y saneamiento básico que planeó la Alcaldía de Valledupar y Emdupar para adelantar esas contrataciones? ¿Si impactaron de manera positiva los indicadores de la prestación del servicio de Agua Potable y Saneamiento Básico, APSB, y las coberturas de acueducto y las coberturas de alcantarillado de Maríangola y de Los Corazones con los recursos contratados en ese momento?
La respuesta a los interrogantes anteriores debe estar precedida de tener en cuenta que lo que se evidenció desde el principio con esas contrataciones fueron debilidades precontractuales y no contar con proyectos precisos al momento del desembolso del crédito.
En cuanto a los dos corregimientos mencionados, ni siquiera tuvieron en cuenta aspectos previos como la calidad del agua o si era viable sanitariamente, o si se presentaba alta variabilidad en cuanto a la calidad y el suministro de la misma.
Emdupar ejecutó sin una planeación eficiente los recursos de ese empréstito, y a eso toca sumarle el fantasma de la falta de selección objetiva, los sobreprecios, una supervisión y una interventoría deficiente. Un lunar negro, difícil de olvidar para la ciudadanía vallenata relacionado con una empresa de servicios públicos que a punta de errores propició su intervención.
Por: Quintín Quintero