“La contribución de las familias Orozco a la cultura y trabajo tesonero en nuestra región”
Hace pocos días esta excelsa dama, viuda de Jaime Orozco Games, cumplió 96 años de edad y sus magníficos hijos y nueras quisieron bendecir el hecho con una celebración eucarística llevada a término en la espléndida catedral de
Valledupar, oficiada por el distinguido presbítero párroco de ella, Iver de la Cruz.
Concurrimos, su familia nuclear y extensa y unos cuantos afortunados amigos.
LA REUNIÓN
Saludamos a la cumplimentada, admirandola, sentada despabiladamente en una silla de ruedas; dignamente sencilla, alegrada por su fe religiosa inmarchitable.
El sacerdote recordó a la asamblea agradada el capítulo 16, 20–23 del Evangelio del apóstol San Juan, el más teólogo entre sus hermanos de causa, el significado de las palabras tristeza y alegría, según el más brillante y amante líder de la historia universal de todos los tiempos, Jesús de Nazaret, y particularmente a ella debió sonar en sus aún alertos oídos : … “cuando una mujer va a dar a luz, se angustia, porque le ha llegado la hora; pero una vez que ha dado a luz, ya no se acuerda de su angustia, por la alegría de haber traído un hombre al mundo….”
Entonces, tratemos de imaginar la alegría de doña ‘Tere’, como quiera que dió a luz a 5 ilustres varones y 2 mujeres.
Amablemente dicha, doña ‘Tere’ es el noveno hijo de los diez hermanos que la Providencia le permitió gozar, en el dichoso hogar de sus progenitores, Manuel Enrique de los Dolores Orozco Ariza, “don Enrique ” –como fue
reconocido públicamente, por su prestancia ciudadana–, y doña Luisa Maria Dangond Celedon. Familia prominente de entre las muy destacadas descendientes de la antigua Provincia de Valledupar, hermana política y económica de la Provincia de Padilla, que, corriendo los tiempos, actualmente integran los departamentos de La Guajira y el Cesar, respectivamente. He aquí la cepa humana, entre tantas semejantes, que conforman las raíces auténticas de dichos departamentos, a las que posteriormente han venido a concurrir corrientes migratorias de otras regiones del país que han sido recibidas con los brazos abiertos y que con los autóctonos luchan incansablemente por la prosperidad económica y espiritual de todos, y aguardan más visitantes y residentes, en espera de su vinculación definitiva.
LOS VALORES
En mi última columna editada por este periódico, puse de presente que a través de las diferentes edades históricas, la humanidad mundial ha fracaso en su proyecto moral y moralizante.
Aquí aspiro a que siendo gente buena y laboriosa, las que habitan esta comarca conjunta, interesadas en el bien público y privado de sus habitantes, se constituyan en la excepción de aquella regla, éticamente viable.
Don Enrique con su esposa Luisa lograron esa meta con su familia honorable. Todos sus 10 hijos fueron ejemplares ciudadanos, siendo doña Tere, la reina perfumada de esta escritura mía.
De la unión de don Enrique con la señora Antonia Córdoba Aramendiz, de Valledupar, nacen 5 hijos; de ellos, el jurisconsulto, filósofo y escritor, Luis Enrique Orozco Córdoba, el hijo menor de don Enrique, de quién recibió el don de la jurisprudencia.
DESDE URUMITA
Aquí hago pública la gratitud del pueblo de Urumita, a don Enrique, porque como maestro allí, siendo un joven, sembró semillas de conocimientos y fue un conciliador inteligente y amable de las desavenencias familiares.
Su vida generosa y romántica, pues fue un poeta de ocasión– patrimonio cultural que le es propio a los miembros de la familia Orozco –, le alcanzó para servir en lo público a sus conciudadanos: fue por 5 veces, alcalde municipal de Villanueva– pero él era sanjuanero– y concejal;
diputado a la Asamblea departamental del Magdalena; juez promiscuo del Circuito de Valledupar, durante 14 años, y al término de ellos, le escribió una carta de despedida a la ciudad de Valledupar, por su benévola acogida durante ese lapso, en la que campean su gratitud y hermoso estilo literario.
Además hubo de descuajar algunos montes en la región del hoy municipio de Manaure y fundar allí una finca cafetera.
EL MATRIMONIO
Doña ‘Tere’ se casó con don Jaime Orozco Gamez, ( q.e.p.d.) –persona inteligente y ocurrente, dotado con varios talentos culturales, especialmente capacitado en la Contaduría Pública–,procrearon el número de hijos que dije antes.
De ellos se establecieron laboralmente varios en Valledupar, y como connotados emprendedores de la industria de la construcción y urbanismo, y también como ganaderos y palmeros, Juan Tadeo y Jaime Orozco Orozco.
ORBE, EL LIBRO
Hace unos 3 años editaron un libro denominado, ORBE, un proyecto de vida, para conmemorar y celebrar 25 años de esfuerzos intelectuales y físicos, que es una excelente memoria histórica, familiar–desde los remotos orígenes españoles vascuences de sus antepasados–, literaria–poética, enseñanza cultural de la familia Orozco, y de intensidad laboral, felizmente acompañada de propósitos y realizaciones sociales en beneficio de sus empleados y trabajadores de sus empresas. Y cómo pensar en este grupo empresarial y familiar sin la eficiente, gerencia, de Carlos Orozco Daza, y asesoría jurídica de Luis Enrique Orozco.
Córdoba?
Ese libro da cuenta, también, de la previsión de la existencia de un Protocolo de Familia, celebrado por las 2 familias propietarias de las empresas, dentro del cual yo funjo, honrandome, como Consejero de Familia. Ellas han tenido la bondad de adquirirme como un Orozco más, de lo cual soy un deseante. De esta forma he querido reseñar la contribución de las familias Orozco a la cultura y trabajo tesonero en nuestra región, aprovechando el cumpleaños de la autora, de gran parte de lo anotado.
NUEVA OBRA
Se que está en ciernes una obra material y cultural que estos bienhechores se aprestan a entregar a su población natal de Villanueva, que tendrá como sede los locales del antiguo famoso colegio Santo Tomás de Villanueva, adquirido por ellos al efecto, donde comenzamos a degustar el saber intelectual, muchas generaciones. Desde los montes de Pueblo Bello. [email protected]
RODRIGO LÓPEZ BARROS/ESPECIAL PARA EL PILÓN
“La contribución de las familias Orozco a la cultura y trabajo tesonero en nuestra región”
Hace pocos días esta excelsa dama, viuda de Jaime Orozco Games, cumplió 96 años de edad y sus magníficos hijos y nueras quisieron bendecir el hecho con una celebración eucarística llevada a término en la espléndida catedral de
Valledupar, oficiada por el distinguido presbítero párroco de ella, Iver de la Cruz.
Concurrimos, su familia nuclear y extensa y unos cuantos afortunados amigos.
LA REUNIÓN
Saludamos a la cumplimentada, admirandola, sentada despabiladamente en una silla de ruedas; dignamente sencilla, alegrada por su fe religiosa inmarchitable.
El sacerdote recordó a la asamblea agradada el capítulo 16, 20–23 del Evangelio del apóstol San Juan, el más teólogo entre sus hermanos de causa, el significado de las palabras tristeza y alegría, según el más brillante y amante líder de la historia universal de todos los tiempos, Jesús de Nazaret, y particularmente a ella debió sonar en sus aún alertos oídos : … “cuando una mujer va a dar a luz, se angustia, porque le ha llegado la hora; pero una vez que ha dado a luz, ya no se acuerda de su angustia, por la alegría de haber traído un hombre al mundo….”
Entonces, tratemos de imaginar la alegría de doña ‘Tere’, como quiera que dió a luz a 5 ilustres varones y 2 mujeres.
Amablemente dicha, doña ‘Tere’ es el noveno hijo de los diez hermanos que la Providencia le permitió gozar, en el dichoso hogar de sus progenitores, Manuel Enrique de los Dolores Orozco Ariza, “don Enrique ” –como fue
reconocido públicamente, por su prestancia ciudadana–, y doña Luisa Maria Dangond Celedon. Familia prominente de entre las muy destacadas descendientes de la antigua Provincia de Valledupar, hermana política y económica de la Provincia de Padilla, que, corriendo los tiempos, actualmente integran los departamentos de La Guajira y el Cesar, respectivamente. He aquí la cepa humana, entre tantas semejantes, que conforman las raíces auténticas de dichos departamentos, a las que posteriormente han venido a concurrir corrientes migratorias de otras regiones del país que han sido recibidas con los brazos abiertos y que con los autóctonos luchan incansablemente por la prosperidad económica y espiritual de todos, y aguardan más visitantes y residentes, en espera de su vinculación definitiva.
LOS VALORES
En mi última columna editada por este periódico, puse de presente que a través de las diferentes edades históricas, la humanidad mundial ha fracaso en su proyecto moral y moralizante.
Aquí aspiro a que siendo gente buena y laboriosa, las que habitan esta comarca conjunta, interesadas en el bien público y privado de sus habitantes, se constituyan en la excepción de aquella regla, éticamente viable.
Don Enrique con su esposa Luisa lograron esa meta con su familia honorable. Todos sus 10 hijos fueron ejemplares ciudadanos, siendo doña Tere, la reina perfumada de esta escritura mía.
De la unión de don Enrique con la señora Antonia Córdoba Aramendiz, de Valledupar, nacen 5 hijos; de ellos, el jurisconsulto, filósofo y escritor, Luis Enrique Orozco Córdoba, el hijo menor de don Enrique, de quién recibió el don de la jurisprudencia.
DESDE URUMITA
Aquí hago pública la gratitud del pueblo de Urumita, a don Enrique, porque como maestro allí, siendo un joven, sembró semillas de conocimientos y fue un conciliador inteligente y amable de las desavenencias familiares.
Su vida generosa y romántica, pues fue un poeta de ocasión– patrimonio cultural que le es propio a los miembros de la familia Orozco –, le alcanzó para servir en lo público a sus conciudadanos: fue por 5 veces, alcalde municipal de Villanueva– pero él era sanjuanero– y concejal;
diputado a la Asamblea departamental del Magdalena; juez promiscuo del Circuito de Valledupar, durante 14 años, y al término de ellos, le escribió una carta de despedida a la ciudad de Valledupar, por su benévola acogida durante ese lapso, en la que campean su gratitud y hermoso estilo literario.
Además hubo de descuajar algunos montes en la región del hoy municipio de Manaure y fundar allí una finca cafetera.
EL MATRIMONIO
Doña ‘Tere’ se casó con don Jaime Orozco Gamez, ( q.e.p.d.) –persona inteligente y ocurrente, dotado con varios talentos culturales, especialmente capacitado en la Contaduría Pública–,procrearon el número de hijos que dije antes.
De ellos se establecieron laboralmente varios en Valledupar, y como connotados emprendedores de la industria de la construcción y urbanismo, y también como ganaderos y palmeros, Juan Tadeo y Jaime Orozco Orozco.
ORBE, EL LIBRO
Hace unos 3 años editaron un libro denominado, ORBE, un proyecto de vida, para conmemorar y celebrar 25 años de esfuerzos intelectuales y físicos, que es una excelente memoria histórica, familiar–desde los remotos orígenes españoles vascuences de sus antepasados–, literaria–poética, enseñanza cultural de la familia Orozco, y de intensidad laboral, felizmente acompañada de propósitos y realizaciones sociales en beneficio de sus empleados y trabajadores de sus empresas. Y cómo pensar en este grupo empresarial y familiar sin la eficiente, gerencia, de Carlos Orozco Daza, y asesoría jurídica de Luis Enrique Orozco.
Córdoba?
Ese libro da cuenta, también, de la previsión de la existencia de un Protocolo de Familia, celebrado por las 2 familias propietarias de las empresas, dentro del cual yo funjo, honrandome, como Consejero de Familia. Ellas han tenido la bondad de adquirirme como un Orozco más, de lo cual soy un deseante. De esta forma he querido reseñar la contribución de las familias Orozco a la cultura y trabajo tesonero en nuestra región, aprovechando el cumpleaños de la autora, de gran parte de lo anotado.
NUEVA OBRA
Se que está en ciernes una obra material y cultural que estos bienhechores se aprestan a entregar a su población natal de Villanueva, que tendrá como sede los locales del antiguo famoso colegio Santo Tomás de Villanueva, adquirido por ellos al efecto, donde comenzamos a degustar el saber intelectual, muchas generaciones. Desde los montes de Pueblo Bello. [email protected]
RODRIGO LÓPEZ BARROS/ESPECIAL PARA EL PILÓN