Desde el inicio del gobierno del presidente Gustavo Petro son muchas las expectativas en torno a lo que sería la estrategia que busca impulsar la economía popular, la cual hace énfasis en los sectores que desarrollan pequeños negocios o actividades informales como única alternativa para subsistir.
Este martes se desarrolló una jornada virtual, presidida por el director de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar, la cual fue anunciada con el fin de dar a conocer el listado de beneficiarios y para informar sobre los procedimientos a seguir, no obstante la conexión fue un tanto complicada y no se pudo obtener suficiente ilustración. Allí lo que se pudo evidenciar fue a miles de personas conectadas con innumerables preguntas e inquietudes sin respuestas.
Lo que quedó en el ambiente fue una completa desinformación, por ejemplo, no se pudo precisar cuántos beneficiarios tiene Valledupar y cuántos tiene el departamento del Cesar y cuáles son los pasos a seguir con los que ya están dentro de ese proceso. Es evidente que ha faltado una mayor orientación sobre el tecnicismo que debe desarrollarse para cumplir con todos los requerimientos. Las convocatorias que se hicieron al respecto muy poca gente las conoció y eso hace presumir muchas fallas.
Sabemos que estos son experimentos cargados de buenas intenciones, pero no deben quedarse en eso, es necesario estructurarlos de mejor manera para que la gente se informe, entienda los procedimientos y así tenga mayores opciones de hacerse beneficiario.
Esta estrategia podría ser un gran aliento para los sectores económicos más deprimidos, pero los avances hasta el momento han sido muy pocos y en lugar de animar a los posibles beneficiarios están dejando la sensación en mucha gente de que eso no es para ellos, lo cual los obliga a resignarse y continuar en la informalidad y sin ninguna esperanza de emprendimiento con todas las formalidades del caso y lo que es más importante: sin el apoyo financiero del gobierno.
Entre tanto, continúan a la expectativa y en medio de la incredulidad miles de personas de sectores como los vendedores ambulantes, los renglones con micronegocios hogareños, recicladores, pequeños agricultores, los microproductores y en general jóvenes, mujeres cabeza de hogar, afrocolombianos, campesinos, víctimas del conflicto armado, población en condición de discapacidad, familias de artesanos, organizaciones étnicas, entre muchas otras.
¿Por qué resulta tan difícil para Prosperidad Social hacer pública, de manera fácil de entender y al alcance de todos el listado de beneficiarios del programa de economía popular?, eso, al igual que en todo el país, representaría una oportunidad importante para miles de emprendedores y trabajadores informales en Valledupar y el Cesar.
Debe permitirse que la gente, las instituciones y las diferentes organizaciones se familiaricen con ese tipo de información, para que con base en ella se puedan establecer estrategias que garanticen su adecuado aprovechamiento.
Es importante la transparencia en la entrega de los recursos y el acompañamiento efectivo a los beneficiarios. No basta con asignar fondos o incentivos si no se brinda una orientación clara sobre su uso, evitando que se diluyan en gastos corrientes en lugar de fortalecer iniciativas productivas sostenibles.
También se requiere socializar la articulación entre autoridades locales y sector privado, además de la participación bancaria, eso ayudaría a mirar como algo real los beneficios económicos que esperan los pequeños emprendedores.
