Los bancos centrales actualizan los billetes cada 12 a 15 años para fortalecer la seguridad y confianza en las especies monetarias.
La experiencia muestra que cuando se pone en circulación un billete de la más alta denominación, el uso generalizado del mismo toma más tiempo que el de los billetes que están en circulación. En esta oportunidad, dado que hubo un cambio de toda la familia de billetes, los bancos que son los principales proveedores de efectivo han centrado sus esfuerzos en la distribución de la nueva familia en las denominaciones más usadas. Por eso no es extraño que los nuevos billetes de $100.000 tengan a la fecha una circulación baja.
Aunque algunos bancos comerciales han ajustado sus cajeros automáticos otros se han rezagado. El Banco de la República continuará haciendo un monitoreo permanente del proceso de distribución del efectivo en el país y realizará la gestión necesaria con los bancos comerciales para asegurar la debida circulación del billete de $100.000.
¿Por qué el Banco de la República puso en circulación una nueva familia de billetes y cómo se han comportado las denominaciones en el mercado?
Los bancos centrales actualizan los billetes cada 12 a 15 años para fortalecer la seguridad y confianza en las especies monetarias. En 2016, en línea con la práctica internacional, el Banco de la República puso en circulación de manera gradual una familia de billetes con nuevos diseños compuesta por seis denominaciones: $2.000, $5.000, $10.000, $20.000, $50.000 y $100.000 con el propósito de proveer billetes seguros y fáciles de validar por parte del público.
Los nuevos billetes mejoran los elementos de seguridad, entre ellos tintas y cintas con efectos de cambio de color y movimiento, marcas de agua, imágenes impresas por anverso y reverso que se complementan al trasluz, impresión en alto relieve y fibras que muestran fluorescencia al exponerse a la luz ultravioleta. Atienden mejor las necesidades de personas en situación de discapacidad visual, gracias a la diferenciación de tamaños en las denominaciones y a la incorporación de elementos táctiles, entre ellos el valor de la denominación en sistema braille. De esta manera, se facilita su verificación por parte del público y la autenticación en los equipos de procesamiento.
Los billetes del nuevo diseño circulan de manera simultánea con los billetes anteriores, los cuales han sido remplazados de manera progresiva, como estaba previsto por el Banco. Por ejemplo, como se observa en el Gráfico 1, actualmente los nuevos billetes de $2.000 representan el 24% del total de billetes de esta denominación en circulación frente al 4% que representaban en diciembre de 2016, y los billetes de $20.000 del nuevo diseño representan el 30% del total de billetes en circulación de esta denominación, frente al 17% observado en diciembre de 2016.
Gráfico 1
En los próximos meses se debe incrementar la participación de los billetes de la nueva familia siguiendo el esquema de distribución de efectivo fijado por el Banco de la República a los bancos comerciales, quienes son el principal canal de distribución del numerario.
Vale la pena mencionar que las dimensiones de los nuevos billetes cumplen estándares internacionales y pueden ser dispensados por todos los cajeros automáticos instalados en el país, luego de ajustes menores.
La nueva familia de billetes incorporó una nueva denominación, el billete de $100.000. Técnicas estadísticas convencionales utilizadas por los bancos centrales y el comportamiento de la demanda de efectivo sugirieron que la economía necesitaba una nueva alta denominación. En efecto, desde el año 2000, momento en el que se emitió el billete de $50.000, el PIB nominal per cápita colombiano se triplicó y el salario mínimo más que se duplicó. Esto significa que, por cuenta del aumento de los precios y del volumen de los bienes y servicios producidos en la economía, el número y valor individual de las transacciones se incrementaron, en tanto que las denominaciones de billetes en circulación se mantuvieron inalteradas. Estos hechos, junto con la alta demanda por billetes de $50.000 (tres veces más que la del resto de denominaciones), llevaron al Banco a introducir una nueva alta denominación. De esta manera se reduce el número de billetes para las mismas transacciones, lo cual genera menores costos para los agentes económicos y para el Banco.
Los bancos centrales actualizan los billetes cada 12 a 15 años para fortalecer la seguridad y confianza en las especies monetarias.
La experiencia muestra que cuando se pone en circulación un billete de la más alta denominación, el uso generalizado del mismo toma más tiempo que el de los billetes que están en circulación. En esta oportunidad, dado que hubo un cambio de toda la familia de billetes, los bancos que son los principales proveedores de efectivo han centrado sus esfuerzos en la distribución de la nueva familia en las denominaciones más usadas. Por eso no es extraño que los nuevos billetes de $100.000 tengan a la fecha una circulación baja.
Aunque algunos bancos comerciales han ajustado sus cajeros automáticos otros se han rezagado. El Banco de la República continuará haciendo un monitoreo permanente del proceso de distribución del efectivo en el país y realizará la gestión necesaria con los bancos comerciales para asegurar la debida circulación del billete de $100.000.
¿Por qué el Banco de la República puso en circulación una nueva familia de billetes y cómo se han comportado las denominaciones en el mercado?
Los bancos centrales actualizan los billetes cada 12 a 15 años para fortalecer la seguridad y confianza en las especies monetarias. En 2016, en línea con la práctica internacional, el Banco de la República puso en circulación de manera gradual una familia de billetes con nuevos diseños compuesta por seis denominaciones: $2.000, $5.000, $10.000, $20.000, $50.000 y $100.000 con el propósito de proveer billetes seguros y fáciles de validar por parte del público.
Los nuevos billetes mejoran los elementos de seguridad, entre ellos tintas y cintas con efectos de cambio de color y movimiento, marcas de agua, imágenes impresas por anverso y reverso que se complementan al trasluz, impresión en alto relieve y fibras que muestran fluorescencia al exponerse a la luz ultravioleta. Atienden mejor las necesidades de personas en situación de discapacidad visual, gracias a la diferenciación de tamaños en las denominaciones y a la incorporación de elementos táctiles, entre ellos el valor de la denominación en sistema braille. De esta manera, se facilita su verificación por parte del público y la autenticación en los equipos de procesamiento.
Los billetes del nuevo diseño circulan de manera simultánea con los billetes anteriores, los cuales han sido remplazados de manera progresiva, como estaba previsto por el Banco. Por ejemplo, como se observa en el Gráfico 1, actualmente los nuevos billetes de $2.000 representan el 24% del total de billetes de esta denominación en circulación frente al 4% que representaban en diciembre de 2016, y los billetes de $20.000 del nuevo diseño representan el 30% del total de billetes en circulación de esta denominación, frente al 17% observado en diciembre de 2016.
Gráfico 1
En los próximos meses se debe incrementar la participación de los billetes de la nueva familia siguiendo el esquema de distribución de efectivo fijado por el Banco de la República a los bancos comerciales, quienes son el principal canal de distribución del numerario.
Vale la pena mencionar que las dimensiones de los nuevos billetes cumplen estándares internacionales y pueden ser dispensados por todos los cajeros automáticos instalados en el país, luego de ajustes menores.
La nueva familia de billetes incorporó una nueva denominación, el billete de $100.000. Técnicas estadísticas convencionales utilizadas por los bancos centrales y el comportamiento de la demanda de efectivo sugirieron que la economía necesitaba una nueva alta denominación. En efecto, desde el año 2000, momento en el que se emitió el billete de $50.000, el PIB nominal per cápita colombiano se triplicó y el salario mínimo más que se duplicó. Esto significa que, por cuenta del aumento de los precios y del volumen de los bienes y servicios producidos en la economía, el número y valor individual de las transacciones se incrementaron, en tanto que las denominaciones de billetes en circulación se mantuvieron inalteradas. Estos hechos, junto con la alta demanda por billetes de $50.000 (tres veces más que la del resto de denominaciones), llevaron al Banco a introducir una nueva alta denominación. De esta manera se reduce el número de billetes para las mismas transacciones, lo cual genera menores costos para los agentes económicos y para el Banco.