Aunque cada vez son más cortos los tiempos de las campañas políticas, la inminencia está haciendo que inaplazablemente se analicen básicos temas electorales, toda vez que cada aspiración comienza revestida de aciertos y errores, los cuales solo se diagnosticarán con la derrota después de cuatro de la tarde del segundo domingo de marzo.
Decía en una reunión de amigos que la elección uninominal y de cuerpos colegiados, ya sea nacional o regional, es decir, de Presidente de la República, Congreso o gobernadores, alcaldes, diputados y concejales son tan diferentes, que, si desde la estrategia se atienden de la misma manera, solo estaremos garantizando la derrota, por cuanto corremos el riesgo de incurrir en el error de equivocarnos en la motivación al elector primario, el cual va a reaccionar contrariamente al interés de la campaña.
Por esto los guarismos de elecciones anteriores solo sirven como una leve referencia para observar potencialidades territoriales, que, si no se complementan con otros factores determinantes de poder, muy definitivos en las elecciones congresionales, el resultado únicamente será un decoroso y digno registro, pero que no alcanza para obtener la razón de ser de una campaña política como lo es elegir al candidato.
Por esto hay tres credenciales a Cámara de Representantes en el Cesar casi que con nombre propio, esto poco cambiará y el motivo es simple, quienes ostentan el poder territorial son los mismos de hace muchos años y en el caso de la disputa de una cuarta cámara, vimos que la elección anterior estuvo animada por el boom que en ese momento tenía el hoy presidente Gustavo Petro.
Ahora las condiciones son diferentes, el progresismo cuenta con la favorabilidad que haya podido seducir el poder presidencial y sus anónimas políticas públicas, aunque amenazado eso sí, por el fantasma de un colectivo silencioso que aún no ha dicho para dónde va.
Bajo esta incertidumbre se desarrollará la elección y solo hasta el escrutinio electoral se sabrá si las posturas ideológico-políticas que en solitario el presidente defiende, lograron un positivo efecto tangible en votos o si negativamente pesaron más los escándalos, las cesiones de poder a los contrarios y el mezquino desconocimiento a los activistas, que con contadas excepciones caracterizó la gestión de los pocos agentes de poder progresista de nuestro departamento.
Afortunadamente, la mística política de las bases progresistas se mantiene intacta y como hormiguitas arrieras, la incansable militancia ya se está preparando y organizándose para salir a conquistar los votos que permitan mantenernos vigentes en el tiempo. A estas alturas, los errores de la dirigencia regional hacen parte del pasado, solo sirven como prueba para conocer el temperamento político particular de los personajes y base aleccionadora en futuras participaciones.
Entonces, lo que viene es conciliar los acuerdos políticos para estructurar una lista multicolor a la Cámara de Representantes, la cual permita soñar con alcanzar un escaño, bajo el respeto, la transparencia y todos los atributos de la lealtad política, que hasta ahora han hecho falta para lograr la armonía partidista en nuestro departamento. Fuerte abrazo.
POR: ANTONIO MARÍA ARAÚJO CALDERÓN.












