Nunca hagamos suposiciones, yo siempre me voy a las realidades, porque cuando las hacemos herimos tan fácilmente, que desperdiciamos la forma de aprovechar las verdades que nos trae la meditación en el silencio.

Yo medito mucho en silencio y es por ello que considero que, el verdadero poeta del vallenato no es el que escribe versos y le coloca una música, ¡no!; es quien hace los versos sentidos fruto de esa emoción innata que se decanta en sentimientos profundos por algunas condiciones vividas deparadas por el destino tal como lo han hecho Leandro Díaz, Gustavo Gutiérrez y en especial Sergio Moya Molina a quien considero en una escala muy alta  dentro de los verdaderos poetas de nuestra música, donde la emoción decantada en sentimientos sin apartarse de la razón se mezcla con una rima sencilla y elegante de sus versos que sin caer en esa nostalgia exagerada hacen que lo romántico sea tenue con una profundidad impresionante y la letra de un idioma sencillo no necesite de extravagancias ni refinamientos egocéntristas que distraen la personalidad del compositor.

Así es Sergio Moya; nada más hay que analizar estos versos de un paseo que sin perder la métrica del vallenato-vallenato, lo conserva en su verdadera esencia por sus caídas musicales y los acordes en sus tonos donde se pasea con una facilidad impresionante en esa escala musical que solo dominan los genios.

Es muy triste tener un amor viviendo en lejanías

Porque el alma se va consumiendo en el mar de la ausencia

La distancia señala en mi vida una negra sentencia

Y el recuerdo de aquel gran amor es mi triste agonía

Yo sin ti me muero vida mía

Me hace mucha falta tu presencia (bis)

Mis noches son largas pensando

Con quien estarás disfrutando

El tiempo que vivo sin ti

Y yo que me muero por verte

Quizás no estaré ni en tu mente

Y vivo sufriendo por ti (bis)

Cuando vuelvas conmigo mi vida

Tendré un nuevo día

Y en el verano de mi desconsuelo

Será primavera

En tus labios se encuentra el remedio

Que alivia mis penas

Y en tus brazos mi queja mas triste

Se vuelve alegría

Porque tu presencia vida mía

Es como en diciembre noche buena (bis)

Contigo mi vida es más bella

Mi noche se llena de estrellas

Y siento que vivo por ti

Porque tu presencia en mi vida

Despierta mi calma dormida

Y vuelvo a sentirme feliz (bis)

Con solo analizar esta canción he tenido para llegar a ciertas conclusiones que me permiten reconocer lo excelso dentro de la poesía provinciana y que quien la hizo, como ha hecho muchas, nunca pensó o ha pensado en ser un verdadero poeta en el universo de la literatura regional por la riqueza humilde de su personalidad y don de gente, de esos compositores sobre los cuales estoy convencido que solo plasman en versos lo que verdaderamente sienten y les apasiona.

La belleza en el arte de la música y de la poesía es un valor intangible, que cuando uno se da cuenta que lo posee, si se maneja con modestia, todo el mundo la capta y esto es lo que ha dominado Sergio Moya Molina.

Por: Fausto Cotes N.