El rol de las redes sociales y su impacto en la población ha sido ampliamente discutido. De estos debates, se han hecho visibles aspectos negativos, los cuales no podemos omitir. Sin embargo, estas plataformas han permitido visibilizar situaciones que antes habrían sido imposibles de conocer, que merecen ser noticia y logran tener un gran impacto […]
El rol de las redes sociales y su impacto en la población ha sido ampliamente discutido. De estos debates, se han hecho visibles aspectos negativos, los cuales no podemos omitir. Sin embargo, estas plataformas han permitido visibilizar situaciones que antes habrían sido imposibles de conocer, que merecen ser noticia y logran tener un gran impacto en las masas gracias a las redes y el uso poderoso que les han dado cientos de personas para alzar su voz y contar sus verdades y contextos.
El caso de Catalina Gutiérrez Zuluaga, estudiante que se encontraba adelantando su residencia como cirujana y quien tomó la decisión de terminar con su vida, fue el detonante que motivó a decenas de médicos en el país, que han vivido situaciones similares, a alzar su voz y compartir sus historias. Quizás si la muerte de Catalina no hubiese impactado de tal manera este sector, hoy seguiríamos omitiendo o desconociendo abusos a estudiantes de Medicina en el país.
No es el propósito de este escrito señalar ni establecer posiciones u opiniones sobre el caso en sí. El verdadero propósito es detenernos y ver cómo hoy, voces de personas que no tienen acceso a medios de comunicación, pueden ser escuchadas a través de estos canales de comunicación.
Importante analizar las particularidades de los nuevos públicos o audiencias, personas más empáticas, que se sensibilizan frente a casos de abuso y que pueden, desde sus redes sociales, generar una movilización enorme que puede desestabilizar incluso, al más estable de los poderes. El caso de Catalina es un ejemplo, la imagen compartida por cientos de personas de un mensaje que dejó a sus colegas, conversaciones e hilos en torno a experiencias similares a la de Catalina compartida por médicos en plataformas como Twitter e Instagram, la unión a la conversación de dos grandes personalidades del sector salud, el doctor Carlos Jaramillo y el Dr. Rawdy, fue una bola de nieve que ha hecho de esta, una noticia nacional y de interés general.
En el caso de Jaramillo realizó un ´en vivo´ relatando experiencias negativas que vivió en su formación como médico, este video que quedó publicado en su perfil de Instagram, ya cuenta con más de cuatro millones de reproducciones y más de catorce mil comentarios. Caso no muy diferente al de Dr Rawdy, quien creó un video llamado “Un sueño llamado muerte, la medicina y sus egos asesinos” donde retrata mucho de lo que se vive en las residencias de medicina del país, y que cuenta con cerca de tres millones de reproducciones y más de seis mil comentarios. La posición de estas dos personalidades del sector médico avivó más la discusión, a la que se unieron medios de comunicación nacionales.
Historias como la de Catalina son solo una muestra de las miles que, gracias a las redes sociales, se han hecho visibles en nuestro país. Hoy en día las personas tienen un poder inimaginable, y del que se debe ser muy responsable, y es el uso y acceso a canales donde interactúan millones de personas de manera simultánea, pero cuyas historias solo habría sido posible conocerse gracias a las redes sociales.
Un ejemplo claro es el de Paula Durán, quien, viviendo en Estados Unidos y padeciendo un cáncer terminal, logró a través de las redes sociales obtener una visa humanitaria para que su familia pudiera acompañarla en sus últimos días. Otro caso reciente es el de María Paula Peña, atacada por sus dos perros en Estados Unidos. Su familia hizo viral su situación para obtener una visa y poder acompañarla durante su hospitalización.
Sin duda, las redes sociales tienen un poder inimaginable. Si bien han sido utilizadas en ocasiones de forma negativa, impactando la vida de millones de personas, es esencial ver el ´vaso medio lleno´ y reconocer las potencialidades de estos canales. Gracias a su alcance, podemos hacer visible lo que de otro modo sería invisible.
El desafío principal radica en educar a los niños y jóvenes sobre el uso responsable de estas herramientas. Es fundamental abrir un diálogo con las nuevas generaciones, enseñándoles a utilizar las redes sociales de forma responsable y segura para generar impactos positivos en sus entornos. Solo así podremos aprovechar al máximo el poder transformador de estas plataformas y construir una sociedad más educada y solidaria.
Por: Alix Belinda – Directora del programa de comunicación social de Areandina.
El rol de las redes sociales y su impacto en la población ha sido ampliamente discutido. De estos debates, se han hecho visibles aspectos negativos, los cuales no podemos omitir. Sin embargo, estas plataformas han permitido visibilizar situaciones que antes habrían sido imposibles de conocer, que merecen ser noticia y logran tener un gran impacto […]
El rol de las redes sociales y su impacto en la población ha sido ampliamente discutido. De estos debates, se han hecho visibles aspectos negativos, los cuales no podemos omitir. Sin embargo, estas plataformas han permitido visibilizar situaciones que antes habrían sido imposibles de conocer, que merecen ser noticia y logran tener un gran impacto en las masas gracias a las redes y el uso poderoso que les han dado cientos de personas para alzar su voz y contar sus verdades y contextos.
El caso de Catalina Gutiérrez Zuluaga, estudiante que se encontraba adelantando su residencia como cirujana y quien tomó la decisión de terminar con su vida, fue el detonante que motivó a decenas de médicos en el país, que han vivido situaciones similares, a alzar su voz y compartir sus historias. Quizás si la muerte de Catalina no hubiese impactado de tal manera este sector, hoy seguiríamos omitiendo o desconociendo abusos a estudiantes de Medicina en el país.
No es el propósito de este escrito señalar ni establecer posiciones u opiniones sobre el caso en sí. El verdadero propósito es detenernos y ver cómo hoy, voces de personas que no tienen acceso a medios de comunicación, pueden ser escuchadas a través de estos canales de comunicación.
Importante analizar las particularidades de los nuevos públicos o audiencias, personas más empáticas, que se sensibilizan frente a casos de abuso y que pueden, desde sus redes sociales, generar una movilización enorme que puede desestabilizar incluso, al más estable de los poderes. El caso de Catalina es un ejemplo, la imagen compartida por cientos de personas de un mensaje que dejó a sus colegas, conversaciones e hilos en torno a experiencias similares a la de Catalina compartida por médicos en plataformas como Twitter e Instagram, la unión a la conversación de dos grandes personalidades del sector salud, el doctor Carlos Jaramillo y el Dr. Rawdy, fue una bola de nieve que ha hecho de esta, una noticia nacional y de interés general.
En el caso de Jaramillo realizó un ´en vivo´ relatando experiencias negativas que vivió en su formación como médico, este video que quedó publicado en su perfil de Instagram, ya cuenta con más de cuatro millones de reproducciones y más de catorce mil comentarios. Caso no muy diferente al de Dr Rawdy, quien creó un video llamado “Un sueño llamado muerte, la medicina y sus egos asesinos” donde retrata mucho de lo que se vive en las residencias de medicina del país, y que cuenta con cerca de tres millones de reproducciones y más de seis mil comentarios. La posición de estas dos personalidades del sector médico avivó más la discusión, a la que se unieron medios de comunicación nacionales.
Historias como la de Catalina son solo una muestra de las miles que, gracias a las redes sociales, se han hecho visibles en nuestro país. Hoy en día las personas tienen un poder inimaginable, y del que se debe ser muy responsable, y es el uso y acceso a canales donde interactúan millones de personas de manera simultánea, pero cuyas historias solo habría sido posible conocerse gracias a las redes sociales.
Un ejemplo claro es el de Paula Durán, quien, viviendo en Estados Unidos y padeciendo un cáncer terminal, logró a través de las redes sociales obtener una visa humanitaria para que su familia pudiera acompañarla en sus últimos días. Otro caso reciente es el de María Paula Peña, atacada por sus dos perros en Estados Unidos. Su familia hizo viral su situación para obtener una visa y poder acompañarla durante su hospitalización.
Sin duda, las redes sociales tienen un poder inimaginable. Si bien han sido utilizadas en ocasiones de forma negativa, impactando la vida de millones de personas, es esencial ver el ´vaso medio lleno´ y reconocer las potencialidades de estos canales. Gracias a su alcance, podemos hacer visible lo que de otro modo sería invisible.
El desafío principal radica en educar a los niños y jóvenes sobre el uso responsable de estas herramientas. Es fundamental abrir un diálogo con las nuevas generaciones, enseñándoles a utilizar las redes sociales de forma responsable y segura para generar impactos positivos en sus entornos. Solo así podremos aprovechar al máximo el poder transformador de estas plataformas y construir una sociedad más educada y solidaria.
Por: Alix Belinda – Directora del programa de comunicación social de Areandina.