Por estos días se desarrollan las fiestas patronales en el municipio de Codazzi, que en otrora fue la capital mundial algodonera y por primera vez las celebraciones duran ocho días, del lunes ocho de agosto al lunes festivo. Muchos ciudadanos codacenses han advertido que “el culantro es bueno pero no tanto”, para significar que el […]
Por estos días se desarrollan las fiestas patronales en el municipio de Codazzi, que en otrora fue la capital mundial algodonera y por primera vez las celebraciones duran ocho días, del lunes ocho de agosto al lunes festivo.
Muchos ciudadanos codacenses han advertido que “el culantro es bueno pero no tanto”, para significar que el alcalde Luís Peñalosa ha hecho una millonaria destinación de recursos económicos –se habla de más de 300 millones de pesos- para cubrir los gatos del certamen, a pesar de que hay muchas necesidades que deberían ser prioritarias en el Municipio.
Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan precisan que los entes de control deberían estar atentos, para evitar –si fuere el caso- de que los recursos de los codacenses se ejecuten bien.
Pero al margen de la millonaria inyección económica hecha esta vez, están las diferentes actividades a desarrollar, que fueron planeadas y serán ejecutadas por hijos del pueblo.
La Fundación Fiestas Patronales, Folclóricas y Culturales de Codazzi la preside Fabio Ávila Araujo con la coordinación en la secretaría general de Jesualdo Gutiérrez Cárdenas.
Cada año los codacenses se reúnen –de manera apoteósica- para celebrar la Misa Mayor el 15 de agosto el día de la Divina Pastora, a pesar de que la Virgen hizo el milagro el siete de septiembre.
Sobre el tema, el investigador Diego Andrés Rosselli Cock sostiene que: “Es difícil imaginarse cómo era de dura la vida en el siglo XIX en el Pueblito de la Divina Pastora del Espíritu Santo, luego bautizado Codazzi en homenaje al geógrafo que murió allí en 1859. Esta fértil tierra, recostada en la serranía de los Motilones estaba ubicada en el viejo camino que venía de La Guajira”.
“La pequeña villa y sus caminos circundantes vivían acosados por los sanguinarios indígenas tupes que, como una vieja versión de los elenos, mantenían a la población aterrorizada cada vez que dejaban el casco urbano. Los tupes incluso habían llegado a quemar el poblado en 1873. Aún hoy en el centro de Codazzi le muestran a uno la casa en donde -según contaban los abuelos- vivía alguien cuyo cadáver apareció atravesado por docenas de flechas”.
“Ni las acciones militares, ni las incursiones evangelizadoras de los misioneros capuchinos -que llevaban siglo y medio en la región- aplacaban la saña de estos nativos. Hasta el día del milagro: el siete de septiembre de 1914.
En ese Santo Día se dirigían a las montañas el primer vicario de La Guajira, monseñor Atanasio Vicente Soler y Royo, y el general Antonio Galo Lafaurie, héroe de la guerra de los Mil Días, acompañados de un destacamento militar. En algún momento se vieron rodeados por los temidos tupes. Su cacique, en son de paz, saludó al prelado y al general, y sin que mediara presión alguna prometió aceptar la convivencia pacífica, que se mantiene desde entonces”, concluye Diego Andrés Rosselli Cock.
En esta semana llegarán de diferentes ciudades los codacenses que por motivos de trabajo han tenido que salir del pueblo. Recuerdo a los hermanos Hernán, Octavio y Elkin Gómez, Oscar Guerra Ávila, Jorge Rafael Plata, Aníbal Guillermo González, Edgar Rincón Castilla, Fernando Ribón, Julio Miguel de La Hoz, entre otros.
Con las celebraciones patronales se desarrollan también el 32 Encuentro Regional de la Cultura y el 30 Festival de Música Vallenata en Guitarra. Para la apertura y el cierre del evento fueron contratados varios artistas de la música vallenata. La invitación es celebrar en total tranquilidad y paz. Hasta la próxima semana.
Por estos días se desarrollan las fiestas patronales en el municipio de Codazzi, que en otrora fue la capital mundial algodonera y por primera vez las celebraciones duran ocho días, del lunes ocho de agosto al lunes festivo. Muchos ciudadanos codacenses han advertido que “el culantro es bueno pero no tanto”, para significar que el […]
Por estos días se desarrollan las fiestas patronales en el municipio de Codazzi, que en otrora fue la capital mundial algodonera y por primera vez las celebraciones duran ocho días, del lunes ocho de agosto al lunes festivo.
Muchos ciudadanos codacenses han advertido que “el culantro es bueno pero no tanto”, para significar que el alcalde Luís Peñalosa ha hecho una millonaria destinación de recursos económicos –se habla de más de 300 millones de pesos- para cubrir los gatos del certamen, a pesar de que hay muchas necesidades que deberían ser prioritarias en el Municipio.
Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan precisan que los entes de control deberían estar atentos, para evitar –si fuere el caso- de que los recursos de los codacenses se ejecuten bien.
Pero al margen de la millonaria inyección económica hecha esta vez, están las diferentes actividades a desarrollar, que fueron planeadas y serán ejecutadas por hijos del pueblo.
La Fundación Fiestas Patronales, Folclóricas y Culturales de Codazzi la preside Fabio Ávila Araujo con la coordinación en la secretaría general de Jesualdo Gutiérrez Cárdenas.
Cada año los codacenses se reúnen –de manera apoteósica- para celebrar la Misa Mayor el 15 de agosto el día de la Divina Pastora, a pesar de que la Virgen hizo el milagro el siete de septiembre.
Sobre el tema, el investigador Diego Andrés Rosselli Cock sostiene que: “Es difícil imaginarse cómo era de dura la vida en el siglo XIX en el Pueblito de la Divina Pastora del Espíritu Santo, luego bautizado Codazzi en homenaje al geógrafo que murió allí en 1859. Esta fértil tierra, recostada en la serranía de los Motilones estaba ubicada en el viejo camino que venía de La Guajira”.
“La pequeña villa y sus caminos circundantes vivían acosados por los sanguinarios indígenas tupes que, como una vieja versión de los elenos, mantenían a la población aterrorizada cada vez que dejaban el casco urbano. Los tupes incluso habían llegado a quemar el poblado en 1873. Aún hoy en el centro de Codazzi le muestran a uno la casa en donde -según contaban los abuelos- vivía alguien cuyo cadáver apareció atravesado por docenas de flechas”.
“Ni las acciones militares, ni las incursiones evangelizadoras de los misioneros capuchinos -que llevaban siglo y medio en la región- aplacaban la saña de estos nativos. Hasta el día del milagro: el siete de septiembre de 1914.
En ese Santo Día se dirigían a las montañas el primer vicario de La Guajira, monseñor Atanasio Vicente Soler y Royo, y el general Antonio Galo Lafaurie, héroe de la guerra de los Mil Días, acompañados de un destacamento militar. En algún momento se vieron rodeados por los temidos tupes. Su cacique, en son de paz, saludó al prelado y al general, y sin que mediara presión alguna prometió aceptar la convivencia pacífica, que se mantiene desde entonces”, concluye Diego Andrés Rosselli Cock.
En esta semana llegarán de diferentes ciudades los codacenses que por motivos de trabajo han tenido que salir del pueblo. Recuerdo a los hermanos Hernán, Octavio y Elkin Gómez, Oscar Guerra Ávila, Jorge Rafael Plata, Aníbal Guillermo González, Edgar Rincón Castilla, Fernando Ribón, Julio Miguel de La Hoz, entre otros.
Con las celebraciones patronales se desarrollan también el 32 Encuentro Regional de la Cultura y el 30 Festival de Música Vallenata en Guitarra. Para la apertura y el cierre del evento fueron contratados varios artistas de la música vallenata. La invitación es celebrar en total tranquilidad y paz. Hasta la próxima semana.