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Las mónadas del filósofo Leibniz y la física cuántica (1)

Este tema lo desarrollaré en tres columnas, y recomiendo observar sus secuencias. Siempre he considerado que ciertos aspectos de la filosofía constituyen una aproximación, no empírica, pero sí racional, que intentan explicar la existencia del Universo. Entre ellos, destaco las ideas sobre las mónadas, del filósofo alemán Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716). Mi curiosidad ahora se […]

Las mónadas del filósofo Leibniz y la física cuántica (1)

Las mónadas del filósofo Leibniz y la física cuántica (1)

Por: Rodrigo

@el_pilon

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Este tema lo desarrollaré en tres columnas, y recomiendo observar sus secuencias.

Siempre he considerado que ciertos aspectos de la filosofía constituyen una aproximación, no empírica, pero sí racional, que intentan explicar la existencia del Universo. Entre ellos, destaco las ideas sobre las mónadas, del filósofo alemán Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716).

Mi curiosidad ahora se centra en comprender ese concepto y cómo ellas podrían relacionarse con la física cuántica, particularmente con el de dualidad onda-partícula.

He dedicado un tiempo a explorar ambos saberes y, en parte, a conversar con GPT al respecto. Lo que sigue es, en parte, el resultado de esas reflexiones y diálogos.

Las posibles relaciones entre la física cuántica y las mónadas de Leibniz han sido objeto de reflexión tanto filosófica como científica. Aunque pertenecen a ámbitos muy distintos, existen algunas ideas interesantes que pueden establecer un puente entre ambas.

Según la visión filosófica de Leibniz, en el siglo XVII, el universo está compuesto por mónadas, que son sustancias simples, indivisibles, inmateriales. Aquí surge la primera diferencia: mientras que la física cuántica describe una base material, las mónadas son, en cambio, entidades inmateriales.

Por otra parte, las mónadas no interactúan en sentido físico; cada una refleja el universo desde su propia perspectiva. En contraste, en la física cuántica, las partículas sí interactúan físicamente y sus comportamientos determinan la estructura del universo.

Leibniz sostenía que las mónadas están en armonía preestablecida por Dios, mientras que en la física cuántica, la armonía del universo está determinada por las leyes naturales que rigen la materia y la energía.

Asimismo, las mónadas no tienen extensión ni forma física, son entidades metafísicas. En cambio, en la física cuántica, todo es físico: las partículas, sus propiedades y comportamientos. La dualidad onda-partícula, por ejemplo, constituye los elementos primarios del universo físico.

La física cuántica, desarrollada en el siglo XX, ofrece una visión científica del universo a escala muy pequeña, donde las partículas subatómicas exhiben comportamientos que desafían la intuición clásica: dualidad onda-partícula, superposición, entrelazamiento, etc.

La materia y la energía en ese nivel parecen estar en estados potenciales, sin propiedades definidas hasta que son observadas o medidas. La interacción del acto de observación con esas propiedades revela la naturaleza dual y probabilística del mundo cuántico.

Leibniz sostiene que cada mónada refleja el universo desde su propia perspectiva, sin interacción física, pero en armonía preestablecida por Dios. La física cuántica, en cambio, sugiere que la realidad depende del acto de observación, que influye en el estado de las partículas, haciendo que las propiedades no sean definitivas hasta ser medidas.

Ambas ideas apuntan a que la realidad no es una entidad única con propiedades absolutas, sino que su percepción o estado depende del observador o de la perspectiva interna.

Las mónadas son indivisibles y no tienen partes físicas. De modo similar, las partículas subatómicas parecen ser indivisibles en su nivel fundamental, y la estructura de la naturaleza se entiende más como procesos o eventos fundamentales que como objetos sólidos.

Leibniz creía en una armonía preestablecida entre las mónadas. La física cuántica, en su aspecto probabilístico y en la estructura de leyes subyacentes, también puede interpretarse como un orden armonioso que rige la naturaleza a nivel fundamental. rodrigolopezbarros@hotmail.com

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