La transición energética es un cambio estructural a largo plazo en los sistemas energéticos que promueve la adopción generalizada y el uso sostenible de todas las formas de energía, según la Agencia Internacional de Energías Renovables.
Juan Diego Granada, director del Observatorio de Transición Energética de la Escuela de Administración de Negocios (EAN), fue uno de los panelistas del foro ‘Transformación productiva y transición energética’ realizado este miércoles en Valledupar.
En su ponencia, Granada aseguró que “La transición no es un capricho o un invento del Gobierno nacional” e hizo un recuento de las transiciones que la humanidad ha hecho en materia energética a lo largo de la historia.
Lea: Foro gratuito sobre transformación productiva y transición energética este miércoles en Valledupar
Partió en 1760 cuando la leña empezaría a ser gradualmente reemplazada por el carbón, luego, entre 1857 y 1859 surgió la utilización del gas con el mechero Bunsen y fue construido el primer pozo de petróleo en Pensilvania, explicó el ingeniero eléctrico.
Hacia 1954, la Unión Soviética tenía una central nuclear, y actualmente la transición se ha centrado en fuentes renovables bajo conceptos como la descarbonización de la matriz energética, la democratización, la descentralización de la distribución y transmisión a larga distancia y la digitalización de los sistemas de consumo y distribución.
Por su parte, el geólogo y docente Amat Zuluaga, expresó que para él no hubo un proceso total de transición, “sino de diversificación energética porque no se ha dejado de usar la madera, el carbón y demás materias primas no renovables”.
Zuluaga expuso en su intervención que las personas “hoy consumen, en promedio, 8 veces más energía y 17 veces más bienes y servicios que los antepasados de la edad media” debido a factores como el crecimiento poblacional, el cual aumentó la demanda industrial.
Para atender las necesidades de consumos de los miles de millones de personas que habitan el planeta tierra, el magíster en petróleo y gas asegura que hay que continuar, incluso incrementar, las actividades extractivas en Colombia y el mundo.
“No tenemos un energético que no depende de los combustibles fósiles, por eso hacer la transición no es un tema político, es tecnológico”, dijo, pero agregó que “la explotación intensiva para la transición nos quita la mediana autosuficiencia energética que tenemos”.
Otro de los factores analizados fue la economía colombiana que, en palabras del director de Investigaciones del Centro de Estudios del Trabajo (Cedetrabajo), Miguel Ángel Rodríguez, es raquítica.
“La explotación de minas y canteras solo genera el 1 % del empleo en Colombia, pero este sector representó el 13 % de la matriz exportaciones del país entre 2019 y 2021, después del petróleo”, explicó.
Rodríguez cuestionó el bajo presupuesto del Ministerio de Industria y Comercio cuando el Gobierno nacional plantea que la economía debe dejar de depender de los ingresos de los combustibles fósiles.
Por Andrea Guerra Peña / EL PILÓN.
La transición energética es un cambio estructural a largo plazo en los sistemas energéticos que promueve la adopción generalizada y el uso sostenible de todas las formas de energía, según la Agencia Internacional de Energías Renovables.
Juan Diego Granada, director del Observatorio de Transición Energética de la Escuela de Administración de Negocios (EAN), fue uno de los panelistas del foro ‘Transformación productiva y transición energética’ realizado este miércoles en Valledupar.
En su ponencia, Granada aseguró que “La transición no es un capricho o un invento del Gobierno nacional” e hizo un recuento de las transiciones que la humanidad ha hecho en materia energética a lo largo de la historia.
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Partió en 1760 cuando la leña empezaría a ser gradualmente reemplazada por el carbón, luego, entre 1857 y 1859 surgió la utilización del gas con el mechero Bunsen y fue construido el primer pozo de petróleo en Pensilvania, explicó el ingeniero eléctrico.
Hacia 1954, la Unión Soviética tenía una central nuclear, y actualmente la transición se ha centrado en fuentes renovables bajo conceptos como la descarbonización de la matriz energética, la democratización, la descentralización de la distribución y transmisión a larga distancia y la digitalización de los sistemas de consumo y distribución.
Por su parte, el geólogo y docente Amat Zuluaga, expresó que para él no hubo un proceso total de transición, “sino de diversificación energética porque no se ha dejado de usar la madera, el carbón y demás materias primas no renovables”.
Zuluaga expuso en su intervención que las personas “hoy consumen, en promedio, 8 veces más energía y 17 veces más bienes y servicios que los antepasados de la edad media” debido a factores como el crecimiento poblacional, el cual aumentó la demanda industrial.
Para atender las necesidades de consumos de los miles de millones de personas que habitan el planeta tierra, el magíster en petróleo y gas asegura que hay que continuar, incluso incrementar, las actividades extractivas en Colombia y el mundo.
“No tenemos un energético que no depende de los combustibles fósiles, por eso hacer la transición no es un tema político, es tecnológico”, dijo, pero agregó que “la explotación intensiva para la transición nos quita la mediana autosuficiencia energética que tenemos”.
Otro de los factores analizados fue la economía colombiana que, en palabras del director de Investigaciones del Centro de Estudios del Trabajo (Cedetrabajo), Miguel Ángel Rodríguez, es raquítica.
“La explotación de minas y canteras solo genera el 1 % del empleo en Colombia, pero este sector representó el 13 % de la matriz exportaciones del país entre 2019 y 2021, después del petróleo”, explicó.
Rodríguez cuestionó el bajo presupuesto del Ministerio de Industria y Comercio cuando el Gobierno nacional plantea que la economía debe dejar de depender de los ingresos de los combustibles fósiles.
Por Andrea Guerra Peña / EL PILÓN.