En el Cesar la suerte está echada y no se ve luz al final del túnel, los cambios en las costumbres políticas que muchos ciudadanos estamos esperando ansiosos, no van a darse de abajo hacia arriba, la única alternativa que nos queda es que se den de arriba hacia abajo, es decir que el pueblo colombiano decida en mayo y en junio tomar otro rumbo.
La suerte está echada, se titula una poesía hecha canción de la autoría del doctor Hernán Urbina Joiro, que Diomedes Díaz convirtió en éxito nacional y yo quise traer hoy como título de esta entrega, que ya ustedes se imaginarán a que me refiero, por la coyuntura en la que nos encontramos.
Llevamos más de seis meses en una intensa campaña electoral, de la cual buena parte ha consistido en lo que denominamos publicidad o propaganda política, que a mi juicio ha sido más un derroche de contaminación visual, ambiental y auditiva, que unas verdaderas estrategias y tácticas para comunicar por parte de candidatos sus logros y trayectorias, así como la razón por la cual merecen el favor de los electores en las urnas.
Este domingo sabremos si renovamos el Congreso de la República o seguirán los mismos con las mismas, en nuestro departamento del Cesar, son pocos los cambios que se avizoran, los atornillados en cuerpo propio y ajeno no dan chance a que se debiliten los clanes; todo lo contrario, cada día se fortalecen más y nacen otros, ya se están creando los “clancitos municipales” en los que se asocian exalcaldes, familiares, coordinadores y politiqueros locales para, en octubre del año entrante, quedarse con el botín departamental y municipal.
En el Cesar la suerte está echada y no se ve luz al final del túnel, los cambios en las costumbres políticas que muchos ciudadanos estamos esperando ansiosos, no van a darse de abajo hacia arriba, la única alternativa que nos queda es que se den de arriba hacia abajo, es decir que el pueblo colombiano decida en mayo y en junio tomar otro rumbo.
Esta columna temática ha venido insistiendo en que pareciera que a nuestros representantes en las altas corporaciones públicas no les interesara en absoluto la música vallenata, un renglón importante de las economías del Cesar y La Guajira. Se terminó la campaña y no escuchamos propuestas para cumplir con el dictamen de la Unesco al declarar a nuestra música vernácula como patrimonio inmaterial de la humanidad, no escuchamos a nuestros candidatos decir ni mu sobre cómo apoyar a nuestros artistas golpeados inmisericordemente con la pandemia del Covid.
Ningún gremio en Colombia fue más debilitado que el de los músicos, ellos no pudieron presentarse en bailes, reuniones o conciertos durante casi dos años, es decir su trabajo independiente fue casi nulo, ¿acaso nuestras autoridades y dirigentes políticos se preguntan cómo sobrevivieron los artistas?, ¿hay algún proyecto de gobernantes locales o nacionales que ayude a mitigar el impacto que produjo en las economías de esos hogares la pandemia?
La suerte está echada, tanto para los candidatos que perderán cientos y miles de millones y no lograrán hacerse a una curul, los que llegan a recuperar lo gastado y sus intereses, como para nuestros artistas que seguirán sin dolientes en los órganos legislativos del poder público, y a la deriva, como siempre.
COLOFÓN: Toma fuerza la versión 55 del Festival de la Leyenda Vallenata en homenaje a Jorge Oñate, en especial su modalidad rey de reyes V versión, creo que todos los artistas vallenatos y de otros géneros que estarán en tarima deben interpretar por lo menos algunos apartes de una canción de aquellas que hizo éxito el Jilguero de América. Estoy seguro que Silvestre Dangond no será inferior al reto de liderar ese homenaje, no queda duda que dará de qué hablar su presentación.
Por Jorge Naín Ruiz
En el Cesar la suerte está echada y no se ve luz al final del túnel, los cambios en las costumbres políticas que muchos ciudadanos estamos esperando ansiosos, no van a darse de abajo hacia arriba, la única alternativa que nos queda es que se den de arriba hacia abajo, es decir que el pueblo colombiano decida en mayo y en junio tomar otro rumbo.
La suerte está echada, se titula una poesía hecha canción de la autoría del doctor Hernán Urbina Joiro, que Diomedes Díaz convirtió en éxito nacional y yo quise traer hoy como título de esta entrega, que ya ustedes se imaginarán a que me refiero, por la coyuntura en la que nos encontramos.
Llevamos más de seis meses en una intensa campaña electoral, de la cual buena parte ha consistido en lo que denominamos publicidad o propaganda política, que a mi juicio ha sido más un derroche de contaminación visual, ambiental y auditiva, que unas verdaderas estrategias y tácticas para comunicar por parte de candidatos sus logros y trayectorias, así como la razón por la cual merecen el favor de los electores en las urnas.
Este domingo sabremos si renovamos el Congreso de la República o seguirán los mismos con las mismas, en nuestro departamento del Cesar, son pocos los cambios que se avizoran, los atornillados en cuerpo propio y ajeno no dan chance a que se debiliten los clanes; todo lo contrario, cada día se fortalecen más y nacen otros, ya se están creando los “clancitos municipales” en los que se asocian exalcaldes, familiares, coordinadores y politiqueros locales para, en octubre del año entrante, quedarse con el botín departamental y municipal.
En el Cesar la suerte está echada y no se ve luz al final del túnel, los cambios en las costumbres políticas que muchos ciudadanos estamos esperando ansiosos, no van a darse de abajo hacia arriba, la única alternativa que nos queda es que se den de arriba hacia abajo, es decir que el pueblo colombiano decida en mayo y en junio tomar otro rumbo.
Esta columna temática ha venido insistiendo en que pareciera que a nuestros representantes en las altas corporaciones públicas no les interesara en absoluto la música vallenata, un renglón importante de las economías del Cesar y La Guajira. Se terminó la campaña y no escuchamos propuestas para cumplir con el dictamen de la Unesco al declarar a nuestra música vernácula como patrimonio inmaterial de la humanidad, no escuchamos a nuestros candidatos decir ni mu sobre cómo apoyar a nuestros artistas golpeados inmisericordemente con la pandemia del Covid.
Ningún gremio en Colombia fue más debilitado que el de los músicos, ellos no pudieron presentarse en bailes, reuniones o conciertos durante casi dos años, es decir su trabajo independiente fue casi nulo, ¿acaso nuestras autoridades y dirigentes políticos se preguntan cómo sobrevivieron los artistas?, ¿hay algún proyecto de gobernantes locales o nacionales que ayude a mitigar el impacto que produjo en las economías de esos hogares la pandemia?
La suerte está echada, tanto para los candidatos que perderán cientos y miles de millones y no lograrán hacerse a una curul, los que llegan a recuperar lo gastado y sus intereses, como para nuestros artistas que seguirán sin dolientes en los órganos legislativos del poder público, y a la deriva, como siempre.
COLOFÓN: Toma fuerza la versión 55 del Festival de la Leyenda Vallenata en homenaje a Jorge Oñate, en especial su modalidad rey de reyes V versión, creo que todos los artistas vallenatos y de otros géneros que estarán en tarima deben interpretar por lo menos algunos apartes de una canción de aquellas que hizo éxito el Jilguero de América. Estoy seguro que Silvestre Dangond no será inferior al reto de liderar ese homenaje, no queda duda que dará de qué hablar su presentación.
Por Jorge Naín Ruiz