Cada concierto se convierte en una oportunidad lucrativa para los que hacen de estos eventos una alternativa para generar ingresos extra con la reventa de boletos, bien sea público o privado.

Esta acción cada día aleja mucho más a los fanáticos de sus artistas debido a que en algunas ocasiones los costos superan el valor real (grartis) por cada reventa, aunque la operación no está amparada bajo el marco de la legalidad; sin embargo, hacen de estos eventos musicales un sacrificio para los seguidores de determinado cantante que ante circunstancias económicas no pueden costear el valor de un tickets para un concierto privado.

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En Valledupar, desde el 02 de enero de 2020, se inició el proceso de entrega de boleterías para el concierto ‘Mi Valledupar 470 años’ que se llevó a cabo el día de ayer en el parque de la Leyenda Vallenata Consuelo Araujo Noguera.

Si bien es cierto que este evento es organizado por la Alcaldía Municipal de forma gratuita y que con la distribución de las entradas se busca la segmentación de manera coordinada de los asistentes, más allá del ambiente que desea poner a disposición los encargados para el sano compartir de los propios y visitantes, en torno al evento gira toda una red de mercaderes que hicieron del encuentro musical la opción más factible para aprovecharse de la inocencia y el deseo de asistir de los vallenatos al tan anhelado evento que conmemoró los 470 años de la Ciudad de los Santos Reyes del Valle de Upar.

En primera instancia porque se ha hecho costumbre en algunos ciudadanos comerciar con lo que ningún costo tiene, haciendo más redonda la ganancia, segundo por la situación socioeconómica que enfrenta la ciudad, argumento de muchos que usan este escenario como prueba para justificar lo ilegal y tercero porque ante la práctica sencilla de la fórmula económica de la oferta y la demanda esperan hasta el último momento para ofrecer al mejor comprador el tickets que le dé la oportunidad de satisfacer el deseo de ver y escuchar a su cantante favorito.

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Desde antes de las 5 de la tarde -hora prevista para el inicio del encuentro musical- comenzó la disputa de los ofertantes al mejor estilo de un mercado persa, ‘boletas iban y boletas venían’ y de no tenerlas en función a la preferencia en contados minutos la conseguían sin que haya la oportunidad de pensarlo y desistir de la compra ilegal, el momento es ese y el chance de vender un tickets gratuito no lo alejará del dinero que fuertemente empuña el comprador, Camilo Verdugo, en su mano derecha mientras debatía con el vendedor el costo final de las 10 entradas.

Platino, preferencial, VIP y general fueron los niveles a los que los asistentes al concierto pudieron optar para ser una de las 32 mil personas que ocuparían un lugar para estar cerca de artistas de la talla de: Poncho Zuleta, Diego Daza, Elder Dayan Díaz, el Mono Zabaleta, entre otros invitados para celebrar el cumpleaños de la capital mundial del vallenato.

Frente a la indiferencia de algunos efectivos policiales y la vista de todos, estos mercaderes del templo ofrecían en grandes números las boletas. Un vendedor anónimo, fue uno de los que sorpresivamente recibió al equipo del diario EL PILÓN, que con el desespero de salir de la ‘mercancía’ dijo.

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“En cinco mil la general, te dejo en siete mil la VIP y en diez la preferencial”, el experto con su discurso no logró convencernos pero si a los que estaban detrás de nosotros quienes lograron caer en su red y por no haber escuchado el precio de la oferta, ágilmente incrementó el costo en un 20 % logrando captar la atención de los interesados.

“Yo sé que esto es ilegal pero cómo le hace uno, el Gobierno las regala y nosotros las vendemos para sobrevivir, esta oportunidad no se da muy a menudo y hay que aprovechar”, comentó, entre gritos, sonidos de los carros y el ruido de otros vendedores.

Aunque el secretario de Gobierno de Valledupar, Luis Enrique Galvis, el día de ayer, al diario EL PILÓN le expresó que estas boletas eran entregadas de forma gratuita desde hace cuatro días, el deseo de ingresar al evento llevó a los ciudadanos vallenatos a adquirir las entradas en diferentes costos cayendo en la red de especuladores y oportunistas.

“Esa boleta tiene como fin organizar y garantizar la seguridad de los asistentes”, señaló Galvis, quien agregó que desde el punto de vista de diseño la entrada no contiene ningún elemento que describa que puede ser ofertada y que la instrucción que se le dio a las autoridades policiales es la de atacar de manera directa cualquier circunstancia fraudulenta que se pueda evidenciar o se denuncie este flagelo de la reventa. “Estaremos muy expectante a ese tipo de personas avivatas que buscan engañar a la comunidad”.

Durante el recorrido nos encontramos a una vendedora mayorista, de baja estatura de aproximadamente 50 años, morena de cabello negro y voz gruesa, quien desde su mochila sacó un número significativo de boletas y la distribuía para su venta.

“Yo no estoy haciendo nada ilegal, nosotros ofertamos, las ofrecemos y el que las compre es porque tiene la necesidad de ingresar al show, si no las vende uno otro lo hace”.

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Extraoficialmente, pudimos conocer que fueron distribuidas alrededor de 45 mil boletas para el disfrute gratuito de los vallenatos. Mientras hacía la cola para el acceso al parque, Sonia Vergara junto a sus dos hijas expresó: “El precio de las boletas no es tan costoso, es algo ilegal porque su distribución fue gratuita pero mis hijas me insistieron en venir y las complací, no nos están dejando ingresar ni agua”, Vergara acotó que si es un evento para la familia por qué no permiten el acceso por lo menos del agua no todos tienen para adquirir una botella que en eventos pasados costó cinco mil pesos.

Este hábito que se ha convertido en un modismo en sectores que, recurrentemente, ofrecen estas boletas haciéndola parte de una estrategia de generar ingresos de manera ilegal. A simple vista se evidencia una red de comercio ilegal, muchos de los vendedores son vistos en otros espacios ofreciendo servicios bajo la misma modalidad, según fuentes consultadas.

Por: Jorge López / EL PILÓN
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