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Entrevista - 1 febrero, 2022

“La reactivación va lenta, pero se producirán en 2022 cerca de 17.000 toneladas”: Conalgodón

César Pardo Villalba, presidente de la Confederación Colombiana del Algodón, respondió a EL PILÓN, y expresó que la producción está lejos de las 30.000 toneladas registrada en 2015. La demanda de la industria es de 33.000.

Aunque reconoció que la reactivación del gremio algodonero va de manera lenta, el presidente de la Confederación Colombiana del Algodón, Conalgodón, César Pardo Villalba, se mostró optimista y en diálogo con EL PILÓN aseveró que si se aprovechan las condiciones de regiones como César y La Guajira se puede contar nuevamente con una actividad que genere desarrollo y empleo.

Este ingeniero agrónomo, con especialización en economía agrícola y desarrollo rural, explicó que la demanda de la industria es de 33.000 toneladas y en 2022 se proyecta una producción de casi 17.000 toneladas, 16.950 toneladas, por lo cual destacó que se avanza en corregir errores del pasado y en impulsar estrategias como los contratos de venta anticipada, la toma de coberturas de precio para asegurar una inversión mínima y las acciones del Fondo de Fomento Algodonero, FFA, que tiene definidas políticas para el aumento de la productividad y disminución de costos de producción con el objetivo de mejorar la rentabilidad del cultivo.

El también exparlamentario y exembajador, así como expresidente de Finagro y del Banco Agrario, en su conversación con esta casa periodística, recalcó que errores del pasado como el haber establecido precios mínimos de garantía desconectados de los precios mundiales del algodón, no se pueden volver a cometer y apostó a que actualmente se cuenta con un buen conocimiento técnico del cultivo, uso de semillas modernas y certificadas, buena asesoría o asistencia técnica y un buen soporte en su propio capital.

El exgerente del Pacto Agrario, consultor independiente y quien desde 2013 se desempeña como presidente ejecutivo de Conalgodón, desglosó para EL PILÓN el actual panorama del gremio y advirtió que se requiere un revolcón en el crédito institucional agropecuario.

Según Conalgodón, la producción actual del producto es muy baja.

¿Cómo va la reactivación del algodón en el país, en Cesar y La Guajira?

Lenta, pues todavía no llegamos a las cifras del 2015 de 30 mil toneladas. En 2021 finalmente se produjeron 7.838 toneladas de fibra, un aumento del 8% con respecto al año anterior. Para 2022 se espera una recuperación importante a 16.950 toneladas, +116%, similar a la producción obtenida en 2019. 

En la recuperación del 2022, la Costa, que incluye Córdoba, Cesar y La Guajira, aumentó 44% y se espera 186% de aumento en el interior.

Se espera una recuperación también importante en el consumo nacional para alcanzar las 50 mil toneladas. La producción continuará siendo insuficiente por lo que se requiere de 33 mil toneladas para satisfacer la demanda de la industria. 

La recuperación de la producción del algodón es posible, no solo por la mejora en los precios internacionales, sino por factores internos como la disminución en la rentabilidad del cultivo del arroz, y las medidas que se han venido implementando para hacerle frente a la volatilidad de los precios de la fibra con instrumentos como las coberturas de precio y próximamente con el seguro de ingreso, que tienen el objetivo fundamental de asegurar la inversión que realiza el agricultor en el cultivo, además de las políticas de disminución de costos e incremento de la productividad adelantadas por el Fondo de Fomento Algodonero, FFA, con la activa participación del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.

¿Existe una nueva política de fomento? 

Las políticas con que cuenta actualmente el algodón son primero los contratos de venta anticipada a la industria, en los cuales se fijan las cantidades, las fechas de entrega y el mecanismo de fijación de precios con base en los precios del mercado en el momento de las entregas. 

Los contratos de venta anticipada facilitan el acceso al crédito institucional, como Finagro, y comercial, como el suministrado por las casas comerciales proveedoras de semillas e insumos, además de financiación con instrumentos como el forward algodonero con inversionistas a través de la Bolsa Mercantil.

Segundo, la toma de coberturas de precio para asegurar una inversión mínima también es posible por los contratos de venta anticipada. Actualmente tenemos un acuerdo con Diagonal, la empresa comercializadora de las textileras, para que de común acuerdo con las agremiaciones se establezca el valor a cubrir, compre la cobertura y el valor se descuente con la liquidación del contrato. 

El Fondo de Estabilización de Precios, FEPA, apoya la toma de coberturas en los mercados de futuros. Para 2022, regirá un incentivo de 80 mil pesos por tonelada para la compra de estas coberturas. El valor de la cobertura depende del monto de la inversión a asegurar y de la situación del mercado mundial. 

Hoy, asegurar unos 7 millones de pesos por hectárea, para la producción de una tonelada entregada en diciembre de 2022, vale aproximadamente $180 mil pesos. El FEPA apoya el 44% de esta cobertura.

Y un tercero, es que contamos con el Fondo de Fomento Algodonero, FFA, que tiene definidas políticas para el aumento de la productividad y disminución de costos de producción con el objetivo de mejorar la rentabilidad del cultivo.

¿Qué sostenibilidad en el tiempo tendrían los instrumentos?

Para el 2022, el FEPA aprobó 1.280 millones de pesos para apoyar la toma de coberturas de las 16 mil toneladas que se producirán este año. Para 2023, el FEPA dispone de un presupuesto para subsidiar coberturas de unas 30 mil toneladas. La sostenibilidad va a depender de la capacidad de ahorro del FEPA, cuyos recursos provienen de las cesiones de los productores cuando los precios están por encima de promedios históricos, en la actualidad por encima de 8.1 millones de pesos por tonelada.

¿Qué errores del pasado no se podrán repetir?

Establecer precios mínimos de garantía desconectados de los precios mundiales del algodón. Estas políticas terminan afectando la competitividad del cultivo y generan ineficiencias económicas y son insostenibles financieramente.

¿Qué se le puede ofrecer de confianza al nuevo cultivador?

Los pilares de la confianza son un buen conocimiento técnico del cultivo, el uso de semillas modernas y certificadas, buena asesoría o asistencia técnica y un buen soporte en su propio capital. El mercado nacional es amplio y viene en recuperación y los mercados de exportación son ilimitados. Los contratos de venta anticipada aminoran los riesgos y facilitan el cierre financiero de los cultivos.

¿Cuál compromiso se asume de compra? ¿Cabría ahí la modalidad que el gobierno promueve de Agricultura por Contrato, o un esquema similar? ¿Cómo se previene la caída estacional de precios?

El algodón es líder en el país en la agricultura con contrato. Esta modalidad se viene aplicando desde hace más de treinta años. Como lo mencionamos anteriormente, la venta anticipada ha permitido el desarrollo de importantes instrumentos de financiación y en la actualidad el programa de coberturas de precios. La caída estacional de los precios se amortigua con la participación en los mercados de opciones de las bolsas de futuros.

¿Por qué en otros países se estaría apoyando más el cultivo del algodón por los efectos sobre el empleo y la creación de encadenamientos jalonadores de la actividad económica? ¿No es más barato al final, al hacer un balance, en términos fiscales apoyar este tipo de cultivos cortos con alto impacto?

Son decisiones políticas que cada país toma dependiendo de sus condiciones internas. Son muchos los países que exportan y son competitivos sin apoyos fiscales, como por ejemplo Brasil y Argentina. Otros países apoyan a sus agricultores, pero no los aíslan de los mercados como es el caso de Estados Unidos y, en menor medida, China. Lo importante es que los apoyos se focalicen en actividades que mejoren la competitividad y la productividad y no en subsidios al precio que terminen encareciendo el algodón y aislándolo del mercado.

¿Qué soporte en investigación, asistencia y paquete técnico de producción se ofrece hoy al agricultor de modo que sea productivo y rentable?

Solo se cuenta con un proveedor de semillas modernas que ofrecen un paquete técnico productivo y competitivo. La investigación pública está detenida y hoy no ofrece ninguna alternativa al productor. En este sentido sí es importante la intervención del Estado para superar esta carencia. Hemos venido trabajando con Agrosavia en esas alternativas. 

Resaltaría que hoy casi toda la semilla es transgénica de alta tecnología, por eso no es fácil producirla, que sirve para enfrentar insectos que tradicionalmente afectaron el cultivo como el heliothis y el gusano rosado, se defiende mejor en condiciones de sequía y genera mayor productividad por hectárea. Asimismo, se disminuyen considerablemente las fumigaciones de plaguicidas, ahorrando costos, y eso representa una mejora desde el punto de vista ambiental. Esto cambia el panorama del agricultor. Tengámoslo en cuenta. 

De otra parte,  programas como la modernización de maquinaria tanto para el cultivo como para el desmote, control del picudo y actualización y mejoramiento de la asistencia técnica, requieren importante apoyo de recursos presupuestales para complementar los que hoy se desarrollan con los recursos del Fondo de Fomento Algodonero, FFA.

¿Cómo superar la ineficiente producción derivada del riesgo climático y la ausencia de infraestructura de riego?

El riesgo climático no es solo de Colombia sino de todo el mundo. La clave está en agricultores con alta capacidad técnica y financiera para orientar sus inversiones y asegurarlas en los mercados modernos de futuros y de seguros de cosechas. En este punto puede contar con el apoyo del gobierno, pero de forma parcial. 

Es deseable que el país desarrolle infraestructura de riego, pero lo primero que hay que hacer es recuperar y terminar inversiones públicas regionales, como por ejemplo el proyecto del río Ranchería que lleva décadas de gastos y no se pone en funcionamiento.

¿Cómo evitar que los créditos salgan cuando ya el cultivador entrado en gastos se aproxima a cosechar su producto? ¿Qué diseño de financiación distinto y atractivo se ofrecería?

En la actualidad el cultivo del algodón cuenta no solo con la alternativa de financiación bancaria, sino con alternativas financieras de inversionistas a través del forward algodonero y la Bolsa Mercantil de Colombia, BMC. Está además la financiación comercial a través de distribuidores de insumos. Es necesario aprovechar las épocas de bonanza para capitalizar empresas y agricultores. Las nuevas inversiones en algodón deben contar con una buena participación del capital propio y con contratos de venta anticipada, que son la base de la confianza para que el sector financiero llegue al sector e impulse la recuperación del cultivo.

Aunque en el algodón tenemos estas alternativas de financiación, desde mi punto de vista se requiere un revolcón en el crédito institucional agropecuario, no solo para que llegue a tiempo, sino para que los recursos de Finagro se destinen a financiar las siembras (hoy solo se financia el 8% del área sembrada de todos los cultivos), y no se concentren en financiar inventarios y pasivos de grandes empresas comerciales.

¿Los interesados a quién deben dirigirse?

A Conalgodón cuyo mail es conalgodon@conalgodon.com.co

La demanda de la industria algodonera es de 33.000 toneladas.

Finalmente, ¿qué le sugiere a esta región que cuenta con las condiciones para el cultivo?

Es muy importante que zonas que fueron tradicionalmente algodoneras y cuentan con las condiciones agroclimáticas para el desarrollo del cultivo, como Cesar y La Guajira, aprovechen la actual coyuntura para su reactivación, con la seguridad de que con los  instrumentos que hemos desarrollado y corrigiendo los errores del pasado, podremos contar nuevamente con una actividad que genere desarrollo y empleo para la región.

Entrevista
1 febrero, 2022

“La reactivación va lenta, pero se producirán en 2022 cerca de 17.000 toneladas”: Conalgodón

César Pardo Villalba, presidente de la Confederación Colombiana del Algodón, respondió a EL PILÓN, y expresó que la producción está lejos de las 30.000 toneladas registrada en 2015. La demanda de la industria es de 33.000.


Aunque reconoció que la reactivación del gremio algodonero va de manera lenta, el presidente de la Confederación Colombiana del Algodón, Conalgodón, César Pardo Villalba, se mostró optimista y en diálogo con EL PILÓN aseveró que si se aprovechan las condiciones de regiones como César y La Guajira se puede contar nuevamente con una actividad que genere desarrollo y empleo.

Este ingeniero agrónomo, con especialización en economía agrícola y desarrollo rural, explicó que la demanda de la industria es de 33.000 toneladas y en 2022 se proyecta una producción de casi 17.000 toneladas, 16.950 toneladas, por lo cual destacó que se avanza en corregir errores del pasado y en impulsar estrategias como los contratos de venta anticipada, la toma de coberturas de precio para asegurar una inversión mínima y las acciones del Fondo de Fomento Algodonero, FFA, que tiene definidas políticas para el aumento de la productividad y disminución de costos de producción con el objetivo de mejorar la rentabilidad del cultivo.

El también exparlamentario y exembajador, así como expresidente de Finagro y del Banco Agrario, en su conversación con esta casa periodística, recalcó que errores del pasado como el haber establecido precios mínimos de garantía desconectados de los precios mundiales del algodón, no se pueden volver a cometer y apostó a que actualmente se cuenta con un buen conocimiento técnico del cultivo, uso de semillas modernas y certificadas, buena asesoría o asistencia técnica y un buen soporte en su propio capital.

El exgerente del Pacto Agrario, consultor independiente y quien desde 2013 se desempeña como presidente ejecutivo de Conalgodón, desglosó para EL PILÓN el actual panorama del gremio y advirtió que se requiere un revolcón en el crédito institucional agropecuario.

Según Conalgodón, la producción actual del producto es muy baja.

¿Cómo va la reactivación del algodón en el país, en Cesar y La Guajira?

Lenta, pues todavía no llegamos a las cifras del 2015 de 30 mil toneladas. En 2021 finalmente se produjeron 7.838 toneladas de fibra, un aumento del 8% con respecto al año anterior. Para 2022 se espera una recuperación importante a 16.950 toneladas, +116%, similar a la producción obtenida en 2019. 

En la recuperación del 2022, la Costa, que incluye Córdoba, Cesar y La Guajira, aumentó 44% y se espera 186% de aumento en el interior.

Se espera una recuperación también importante en el consumo nacional para alcanzar las 50 mil toneladas. La producción continuará siendo insuficiente por lo que se requiere de 33 mil toneladas para satisfacer la demanda de la industria. 

La recuperación de la producción del algodón es posible, no solo por la mejora en los precios internacionales, sino por factores internos como la disminución en la rentabilidad del cultivo del arroz, y las medidas que se han venido implementando para hacerle frente a la volatilidad de los precios de la fibra con instrumentos como las coberturas de precio y próximamente con el seguro de ingreso, que tienen el objetivo fundamental de asegurar la inversión que realiza el agricultor en el cultivo, además de las políticas de disminución de costos e incremento de la productividad adelantadas por el Fondo de Fomento Algodonero, FFA, con la activa participación del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.

¿Existe una nueva política de fomento? 

Las políticas con que cuenta actualmente el algodón son primero los contratos de venta anticipada a la industria, en los cuales se fijan las cantidades, las fechas de entrega y el mecanismo de fijación de precios con base en los precios del mercado en el momento de las entregas. 

Los contratos de venta anticipada facilitan el acceso al crédito institucional, como Finagro, y comercial, como el suministrado por las casas comerciales proveedoras de semillas e insumos, además de financiación con instrumentos como el forward algodonero con inversionistas a través de la Bolsa Mercantil.

Segundo, la toma de coberturas de precio para asegurar una inversión mínima también es posible por los contratos de venta anticipada. Actualmente tenemos un acuerdo con Diagonal, la empresa comercializadora de las textileras, para que de común acuerdo con las agremiaciones se establezca el valor a cubrir, compre la cobertura y el valor se descuente con la liquidación del contrato. 

El Fondo de Estabilización de Precios, FEPA, apoya la toma de coberturas en los mercados de futuros. Para 2022, regirá un incentivo de 80 mil pesos por tonelada para la compra de estas coberturas. El valor de la cobertura depende del monto de la inversión a asegurar y de la situación del mercado mundial. 

Hoy, asegurar unos 7 millones de pesos por hectárea, para la producción de una tonelada entregada en diciembre de 2022, vale aproximadamente $180 mil pesos. El FEPA apoya el 44% de esta cobertura.

Y un tercero, es que contamos con el Fondo de Fomento Algodonero, FFA, que tiene definidas políticas para el aumento de la productividad y disminución de costos de producción con el objetivo de mejorar la rentabilidad del cultivo.

¿Qué sostenibilidad en el tiempo tendrían los instrumentos?

Para el 2022, el FEPA aprobó 1.280 millones de pesos para apoyar la toma de coberturas de las 16 mil toneladas que se producirán este año. Para 2023, el FEPA dispone de un presupuesto para subsidiar coberturas de unas 30 mil toneladas. La sostenibilidad va a depender de la capacidad de ahorro del FEPA, cuyos recursos provienen de las cesiones de los productores cuando los precios están por encima de promedios históricos, en la actualidad por encima de 8.1 millones de pesos por tonelada.

¿Qué errores del pasado no se podrán repetir?

Establecer precios mínimos de garantía desconectados de los precios mundiales del algodón. Estas políticas terminan afectando la competitividad del cultivo y generan ineficiencias económicas y son insostenibles financieramente.

¿Qué se le puede ofrecer de confianza al nuevo cultivador?

Los pilares de la confianza son un buen conocimiento técnico del cultivo, el uso de semillas modernas y certificadas, buena asesoría o asistencia técnica y un buen soporte en su propio capital. El mercado nacional es amplio y viene en recuperación y los mercados de exportación son ilimitados. Los contratos de venta anticipada aminoran los riesgos y facilitan el cierre financiero de los cultivos.

¿Cuál compromiso se asume de compra? ¿Cabría ahí la modalidad que el gobierno promueve de Agricultura por Contrato, o un esquema similar? ¿Cómo se previene la caída estacional de precios?

El algodón es líder en el país en la agricultura con contrato. Esta modalidad se viene aplicando desde hace más de treinta años. Como lo mencionamos anteriormente, la venta anticipada ha permitido el desarrollo de importantes instrumentos de financiación y en la actualidad el programa de coberturas de precios. La caída estacional de los precios se amortigua con la participación en los mercados de opciones de las bolsas de futuros.

¿Por qué en otros países se estaría apoyando más el cultivo del algodón por los efectos sobre el empleo y la creación de encadenamientos jalonadores de la actividad económica? ¿No es más barato al final, al hacer un balance, en términos fiscales apoyar este tipo de cultivos cortos con alto impacto?

Son decisiones políticas que cada país toma dependiendo de sus condiciones internas. Son muchos los países que exportan y son competitivos sin apoyos fiscales, como por ejemplo Brasil y Argentina. Otros países apoyan a sus agricultores, pero no los aíslan de los mercados como es el caso de Estados Unidos y, en menor medida, China. Lo importante es que los apoyos se focalicen en actividades que mejoren la competitividad y la productividad y no en subsidios al precio que terminen encareciendo el algodón y aislándolo del mercado.

¿Qué soporte en investigación, asistencia y paquete técnico de producción se ofrece hoy al agricultor de modo que sea productivo y rentable?

Solo se cuenta con un proveedor de semillas modernas que ofrecen un paquete técnico productivo y competitivo. La investigación pública está detenida y hoy no ofrece ninguna alternativa al productor. En este sentido sí es importante la intervención del Estado para superar esta carencia. Hemos venido trabajando con Agrosavia en esas alternativas. 

Resaltaría que hoy casi toda la semilla es transgénica de alta tecnología, por eso no es fácil producirla, que sirve para enfrentar insectos que tradicionalmente afectaron el cultivo como el heliothis y el gusano rosado, se defiende mejor en condiciones de sequía y genera mayor productividad por hectárea. Asimismo, se disminuyen considerablemente las fumigaciones de plaguicidas, ahorrando costos, y eso representa una mejora desde el punto de vista ambiental. Esto cambia el panorama del agricultor. Tengámoslo en cuenta. 

De otra parte,  programas como la modernización de maquinaria tanto para el cultivo como para el desmote, control del picudo y actualización y mejoramiento de la asistencia técnica, requieren importante apoyo de recursos presupuestales para complementar los que hoy se desarrollan con los recursos del Fondo de Fomento Algodonero, FFA.

¿Cómo superar la ineficiente producción derivada del riesgo climático y la ausencia de infraestructura de riego?

El riesgo climático no es solo de Colombia sino de todo el mundo. La clave está en agricultores con alta capacidad técnica y financiera para orientar sus inversiones y asegurarlas en los mercados modernos de futuros y de seguros de cosechas. En este punto puede contar con el apoyo del gobierno, pero de forma parcial. 

Es deseable que el país desarrolle infraestructura de riego, pero lo primero que hay que hacer es recuperar y terminar inversiones públicas regionales, como por ejemplo el proyecto del río Ranchería que lleva décadas de gastos y no se pone en funcionamiento.

¿Cómo evitar que los créditos salgan cuando ya el cultivador entrado en gastos se aproxima a cosechar su producto? ¿Qué diseño de financiación distinto y atractivo se ofrecería?

En la actualidad el cultivo del algodón cuenta no solo con la alternativa de financiación bancaria, sino con alternativas financieras de inversionistas a través del forward algodonero y la Bolsa Mercantil de Colombia, BMC. Está además la financiación comercial a través de distribuidores de insumos. Es necesario aprovechar las épocas de bonanza para capitalizar empresas y agricultores. Las nuevas inversiones en algodón deben contar con una buena participación del capital propio y con contratos de venta anticipada, que son la base de la confianza para que el sector financiero llegue al sector e impulse la recuperación del cultivo.

Aunque en el algodón tenemos estas alternativas de financiación, desde mi punto de vista se requiere un revolcón en el crédito institucional agropecuario, no solo para que llegue a tiempo, sino para que los recursos de Finagro se destinen a financiar las siembras (hoy solo se financia el 8% del área sembrada de todos los cultivos), y no se concentren en financiar inventarios y pasivos de grandes empresas comerciales.

¿Los interesados a quién deben dirigirse?

A Conalgodón cuyo mail es conalgodon@conalgodon.com.co

La demanda de la industria algodonera es de 33.000 toneladas.

Finalmente, ¿qué le sugiere a esta región que cuenta con las condiciones para el cultivo?

Es muy importante que zonas que fueron tradicionalmente algodoneras y cuentan con las condiciones agroclimáticas para el desarrollo del cultivo, como Cesar y La Guajira, aprovechen la actual coyuntura para su reactivación, con la seguridad de que con los  instrumentos que hemos desarrollado y corrigiendo los errores del pasado, podremos contar nuevamente con una actividad que genere desarrollo y empleo para la región.