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Crónica - 14 octubre, 2017

La promesa que ‘Pichón’ Rico no pudo cumplirle a su compadre Martín Elías

En seis meses aún no alcanza a dimensionar lo que significa la muerte de su mejor amigo. Imagina que fue una leyenda y partió sin despedirse, aquella mañana de viernes Santo.

Foto / Carlos Mario Jiménez 
En su apartamento, ubicado en el norte de Valledupar, Rafael Rico trata de tejer los últimos momentos vividos con su mejor amigo.
Foto / Carlos Mario Jiménez En su apartamento, ubicado en el norte de Valledupar, Rafael Rico trata de tejer los últimos momentos vividos con su mejor amigo.
Boton Wpp

La camioneta Land Cruiser iba rápido, la revolución del motor se mezclaba con ‘Lucero espiritual’, canción que sonaba en medio de la marcha: Lucero espiritual, eres más alto que el hombre / Yo no sé dónde se esconde, en este mundo historial. No se percibía miedo porque a Martín Elías Díaz le gustaba la velocidad. Herencia de su padre.

Cantaba Diomedes Díaz durante una caseta en Barranquilla (1990). -“Antes de la muerte de Martín Elías le mandé una USB con varias canciones en parranda de su papá”, reveló Antonio José de León, quien fue artífice del regalo que disfrutaba el hijo de ‘El Cacique de La Junta’ ese 14 de abril de 2017.

“Óyelo ‘Pichón’ cómo cantaba de bien mi papá. Ese es mucho ‘Lucero espiritual’ bien tocado”, destacó el intérprete de 26 años a Rafael Rico, quien heredó el apodo que le pusieran a su progenitor, también de nombre Rafael, cuando era cantante vallenato.

“Primo échese pa’ allá’, échese pa’ allá”, recuerda Rico al referirse al día de la tragedia. “Lo último que vi fue a Martín abrazando la almohada, después poniendo las manos hacia delante -cruza los brazos en forma de protección-. Luego fue cuando sentí como si un edificio se estuviera cayendo sobre nosotros”, dice.

¿Entonces la muerte sorprendió a Martín Elías? En ese momento el conductor, Armando Quintero, había perdido el control del carro. Llegó la tragedia y Rafael solo pudo maniobrar algo sobre lo que habla el filósofo Séneca: llegar al nivel más alto cuando el ser humano se perfila como guerrero. “Cada día morimos: cada día se nos quita alguna parte de la vida, e incluso cuando crecemos nuestra vida decrece”.

14 horas y 30 minutos

Horas antes del accidente, Martín Elías estuvo con sus hijos Paula Elena y Martín Elías Jr., su esposa Dayana Jaimes, Rafael Rico, Armando Quintero y Alejandro Ramírez, en la zona turística de Cartagena de Indias, en el Radisson Cartagena Ocean Pavillon Hotel, situado en el condominio Morros, frente al mar. A las 4:00 de la tarde, el cantante pidió el celular de su compadre y se tomó varias fotografías después de salir de la piscina -Así reposa en el celular del abogado de profesión-. “Me dijo que le prestara mi teléfono porque el suyo lo había dejado en la habitación”, narra.

Así terminó la tarde. Tranquila. Apareció la noche y con ella arrimó la madrugada. A la 1:00 Martín se alistó para salir a Coveñas donde lo esperaba su agrupación y cumplir el último compromiso en Colombia, antes de viajar cuatro días después a Estados Unidos, donde tenía programada una gira.

“Salimos a la 1:00 de la madrugada y llegamos a Coveñas bien -tipo 3:00-”, cuenta Rico.

El espectáculo fracasó por falta de público. Incluso, al dominicano Eddy Herrera le cancelaron a última hora el contrato y no actuó en el sitio turístico. Martín Elías quería irse. “Qué hago. ¿Me voy?”, le preguntó en una llamada que hizo a su mánager, ‘Juank’ Vega, este último le advirtió que el turno estaba coordinado para las 5:00 de la mañana y además, los empresarios hicieron una solicitud especial: rebajar el costo del contrato –pactado en unos 60 millones-. “Martín nunca rebajaba un peso y ese día, como si nada, accedió a descontar 10 millones de pesos”, ordenaría esa madrugada a ‘Juank’ Vega.

Esperó cinco horas y subió a las 5:00 de la mañana al escenario para cantar no más para unas 500 personas que pagaron y lo esperaron. Tardó 60 minutos en la tarima y descendió.

“Solo se cambió el suéter porque quiso viajar con el jean y las chancletas que utilizó para tocar. No lo veía bien -anímicamente-, no quiso tomar trago, no sé, lo notaba extraño”, rememora, quien también fue compañero en estudios primarios de Martín, en el Colegio Domingo Sabio de Valledupar.

“Cantó. Se bajó de la tarima y no se quiso cambiar el jean. Siempre lo hacía. Dijo que se sentía como resfriado, pero no tenía pastillas para darle. Pidió comida, sintió hambre y por eso hicimos una parada después de Coveñas. No encontramos nada en un pueblo al que llegamos. Decidimos continuar”, señaló el joven de 27 años. Algo muy parecido a la confesión que hiciera Rolando Ochoa, compañero y parte vital para el éxito musical de Martín Elías.

“Esos muchachos me pasaron, iban rápido. No noté nada raro porque a Martín le gustaba andar así –corriendo-”, contó.

Seguidamente ocurrió el accidente en la Transversal del Caribe, sector Aguas Negras, jurisdicción de San Onofre, Sucre. “Martín traía el cinturón puesto, unos cinco minutos antes del accidente ‘Mando’ -conductor- se bajó a orinar y él se lo quitó”, afirmaría Rafael cinco meses después del siniestro. Esa mañana del día Santo falleció el hijo menor de Diomedes Díaz con Patricia Acosta.

Cicatrices con más huellas en el alma que sobre el cuerpo, ese mismo que ayudó a Rafael Rico a mantenerse con vida y a vencer la muerte a un costado de la vía -los médicos le dijeron que sus más de 120 kilos amortiguaron los golpes-, cuando sintió un edificio cayendo, pero en realidad era el vehículo que estaba dando volteretas sobre el pavimento. No imaginaba así las últimas horas con su amado amigo. También iban Armando Quintero y Alejandro ‘Álex’ Ramírez, conductor y asistente, ellos no sufrieron mayores consecuencias y salieron casi que ilesos de la camioneta de placa IWQ 913 de Bogotá, color blanco, que quedó destrozada en la mitad de la arteria. El reloj pasaba las manecillas de las 7:30 a.m.

Entre las primeras personas en llegar al sitio se encontraba Rolando Ochoa, se bajó de su vehículo a auxiliar al grupo de amigos y allí mismo trasladó a Martín Elías hasta un centro médico de San Onofre donde fue valorado.

Presentaba lesiones en cabeza, tórax y piernas. Eran tan graves las heridas que inmediatamente fue trasladado a Sincelejo. Lo recluyeron en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica Santa María. Le practicaron varias cirugías aun cuando el cantante había sobrevivido a cinco paros cardiorrespiratorios. Todo fue suspenso hasta la 1:05 de la tarde. ‘Juank’ Vega confirmó el fallecimiento de ‘El Terremoto’ musical, nacido el 18 de junio de 1990.

En otro piso de la clínica estaba Rafael Rico luchando por quedarse en la Tierra. No imaginaba hasta entonces la muerte de su compadre -Martín bautizó a su hijo Jerónimo-.

“No recuerdo quien me llevó a la clínica”, asegura. Mantiene en su mente solo aquellos segundos cuando se accidentaron. Sus recuerdos se activaron tres días después. El lunes. Para ese 17 de abril, según Rico, en los cálculos del cantante que debutó en 2007 con el disco ‘Una nueva historia’, estaba irse a su finca La Bonita, en el norte de Valledupar, compartir con varios amigos y hasta grabar una canción de la autoría del compositor Julio Mendoza:

“Diviértete sano mientras vivas, porque en este mundo todo es pasajero (…) En la tierra no se debe hacer tesoros, es mejor hacer tesoros en el cielo…”

Algo que no había querido hacer el 10, Lunes Santo y día de Santo Ecce Homo, patrono de los vallenatos. “Martín no quiso beber ese día -10 de abril-. Estábamos con unos amigos en La Bonita y decía que no quería emocionarse.

Yo le ponía ‘La doctora’: Tengo que conseguirme otra doctora, porque la que tenía me abandonó – su canción preferida y con la que fue despedido-. Se tomaba un trago y ya”, narra. “En un momento me abrazó por la espalda y me dijo ‘ve que me voy a morir ‘Pichón’ y cuidado vas a dejar que me lleven a otro lado que no sea la plaza Alfonso López. Te salgo y jalo las patas”. ¡Martín Elías presagiaba su muerte! En broma, chanza o verdad, ‘Pichón’ reconoce que le llamó la atención y le reclamó por tal juramento.

“En Sincelejo decían que yo estaba bien, que no necesitaban operarme, pero mi esposa -Jenny- me pedía irnos a Barranquilla. Acepté y cuando era trasladado en la ambulancia escuchaba música de Martín por todos los pueblos donde pasábamos, hasta la enfermera que me acompañaba lo iba escuchando en el celular. Pensé que era por lo del accidente, porque siempre me dijeron que él estaba en Bogotá, recuperándose”.

Ese lunes que tanto esperó Martín Elías llegó. Ese lunes se sepultaron los sueños de quien alcanzó a ser ídolo con ocho discos grabados y uno último que dejó en el estudio listo para salir al mercado.

A Rafael le quedó pendiente cumplirle el último deseo a su casi hermano, porque a Martín Elías lo llevaron al Parque de la Leyenda Vallenata ‘Consuelo Araújo Noguera’ y no a la plaza Alfonso López, como quería. Quizás trataba de imitar a su padre, que murió el 22 de diciembre de 2012 y permaneció dos noches en la tarima Francisco el Hombre donde fueron elegidos los primeros 36 reyes del Festival Vallenato. El cuerpo de Martín no pudo estar y su epopeya durmió en las ilusiones.

Y allí, sentado sobre un mueble en la blanca sala de su casa ubicada en el norte de la capital del Cesar, Rafael se repara una y otra vez el cuerpo antes de concluir: “me miro a la mano, mis piernas, en mi cara y veo a Martín. ¡Cómo olvidarlo! Las cicatrices que llevo en mi cuerpo no me dejan”, confiesa Rafael Rico, recientemente operado de ligamentos cruzados en la pierna derecha, donde incluso el fémur terminó quebrantado. Fueron más de nueve cirugías en la cara y extremidades superiores e inferiores.

Partió su amigo y compadre a un mundo al que muchos le temen y otros describen como imaginario. Y como lo quería dejar plasmado Martín Elías con su canto: En la tierra no se debe hacer tesoros, es mejor hacer tesoros en el cielo…

9 Producciones realizó Martín Elías Díaz: cinco con Rolando Ochoa, dos con ‘Juancho’ De la Espriella y dos en homenaje a los grandes del vallenato. Su más reciente disco fue publicado como homenaje póstumo a su memoria.
Desde las 4:30 de la tarde y hasta las 7:00 de la noche del domingo 15 de abril, Valledupar le rindió homenaje a Martín Elías Díaz Acosta, en el Parque de la Leyenda Vallenata.

“Martín quería llamar su nuevo disco ‘Alegría’, hizo una encuesta con Rolando (Ochoa), Dayana (Jaimes), ‘Juank’ (Vega) y yo, entonces escogimos ‘Sin límites’. Él quería meterle todo a este CD, decía que gastaría sus fuerzas”.

Por Carlos Mario Jiménez
[email protected]

 

 

Crónica
14 octubre, 2017

La promesa que ‘Pichón’ Rico no pudo cumplirle a su compadre Martín Elías

En seis meses aún no alcanza a dimensionar lo que significa la muerte de su mejor amigo. Imagina que fue una leyenda y partió sin despedirse, aquella mañana de viernes Santo.


Foto / Carlos Mario Jiménez 
En su apartamento, ubicado en el norte de Valledupar, Rafael Rico trata de tejer los últimos momentos vividos con su mejor amigo.
Foto / Carlos Mario Jiménez En su apartamento, ubicado en el norte de Valledupar, Rafael Rico trata de tejer los últimos momentos vividos con su mejor amigo.
Boton Wpp

La camioneta Land Cruiser iba rápido, la revolución del motor se mezclaba con ‘Lucero espiritual’, canción que sonaba en medio de la marcha: Lucero espiritual, eres más alto que el hombre / Yo no sé dónde se esconde, en este mundo historial. No se percibía miedo porque a Martín Elías Díaz le gustaba la velocidad. Herencia de su padre.

Cantaba Diomedes Díaz durante una caseta en Barranquilla (1990). -“Antes de la muerte de Martín Elías le mandé una USB con varias canciones en parranda de su papá”, reveló Antonio José de León, quien fue artífice del regalo que disfrutaba el hijo de ‘El Cacique de La Junta’ ese 14 de abril de 2017.

“Óyelo ‘Pichón’ cómo cantaba de bien mi papá. Ese es mucho ‘Lucero espiritual’ bien tocado”, destacó el intérprete de 26 años a Rafael Rico, quien heredó el apodo que le pusieran a su progenitor, también de nombre Rafael, cuando era cantante vallenato.

“Primo échese pa’ allá’, échese pa’ allá”, recuerda Rico al referirse al día de la tragedia. “Lo último que vi fue a Martín abrazando la almohada, después poniendo las manos hacia delante -cruza los brazos en forma de protección-. Luego fue cuando sentí como si un edificio se estuviera cayendo sobre nosotros”, dice.

¿Entonces la muerte sorprendió a Martín Elías? En ese momento el conductor, Armando Quintero, había perdido el control del carro. Llegó la tragedia y Rafael solo pudo maniobrar algo sobre lo que habla el filósofo Séneca: llegar al nivel más alto cuando el ser humano se perfila como guerrero. “Cada día morimos: cada día se nos quita alguna parte de la vida, e incluso cuando crecemos nuestra vida decrece”.

14 horas y 30 minutos

Horas antes del accidente, Martín Elías estuvo con sus hijos Paula Elena y Martín Elías Jr., su esposa Dayana Jaimes, Rafael Rico, Armando Quintero y Alejandro Ramírez, en la zona turística de Cartagena de Indias, en el Radisson Cartagena Ocean Pavillon Hotel, situado en el condominio Morros, frente al mar. A las 4:00 de la tarde, el cantante pidió el celular de su compadre y se tomó varias fotografías después de salir de la piscina -Así reposa en el celular del abogado de profesión-. “Me dijo que le prestara mi teléfono porque el suyo lo había dejado en la habitación”, narra.

Así terminó la tarde. Tranquila. Apareció la noche y con ella arrimó la madrugada. A la 1:00 Martín se alistó para salir a Coveñas donde lo esperaba su agrupación y cumplir el último compromiso en Colombia, antes de viajar cuatro días después a Estados Unidos, donde tenía programada una gira.

“Salimos a la 1:00 de la madrugada y llegamos a Coveñas bien -tipo 3:00-”, cuenta Rico.

El espectáculo fracasó por falta de público. Incluso, al dominicano Eddy Herrera le cancelaron a última hora el contrato y no actuó en el sitio turístico. Martín Elías quería irse. “Qué hago. ¿Me voy?”, le preguntó en una llamada que hizo a su mánager, ‘Juank’ Vega, este último le advirtió que el turno estaba coordinado para las 5:00 de la mañana y además, los empresarios hicieron una solicitud especial: rebajar el costo del contrato –pactado en unos 60 millones-. “Martín nunca rebajaba un peso y ese día, como si nada, accedió a descontar 10 millones de pesos”, ordenaría esa madrugada a ‘Juank’ Vega.

Esperó cinco horas y subió a las 5:00 de la mañana al escenario para cantar no más para unas 500 personas que pagaron y lo esperaron. Tardó 60 minutos en la tarima y descendió.

“Solo se cambió el suéter porque quiso viajar con el jean y las chancletas que utilizó para tocar. No lo veía bien -anímicamente-, no quiso tomar trago, no sé, lo notaba extraño”, rememora, quien también fue compañero en estudios primarios de Martín, en el Colegio Domingo Sabio de Valledupar.

“Cantó. Se bajó de la tarima y no se quiso cambiar el jean. Siempre lo hacía. Dijo que se sentía como resfriado, pero no tenía pastillas para darle. Pidió comida, sintió hambre y por eso hicimos una parada después de Coveñas. No encontramos nada en un pueblo al que llegamos. Decidimos continuar”, señaló el joven de 27 años. Algo muy parecido a la confesión que hiciera Rolando Ochoa, compañero y parte vital para el éxito musical de Martín Elías.

“Esos muchachos me pasaron, iban rápido. No noté nada raro porque a Martín le gustaba andar así –corriendo-”, contó.

Seguidamente ocurrió el accidente en la Transversal del Caribe, sector Aguas Negras, jurisdicción de San Onofre, Sucre. “Martín traía el cinturón puesto, unos cinco minutos antes del accidente ‘Mando’ -conductor- se bajó a orinar y él se lo quitó”, afirmaría Rafael cinco meses después del siniestro. Esa mañana del día Santo falleció el hijo menor de Diomedes Díaz con Patricia Acosta.

Cicatrices con más huellas en el alma que sobre el cuerpo, ese mismo que ayudó a Rafael Rico a mantenerse con vida y a vencer la muerte a un costado de la vía -los médicos le dijeron que sus más de 120 kilos amortiguaron los golpes-, cuando sintió un edificio cayendo, pero en realidad era el vehículo que estaba dando volteretas sobre el pavimento. No imaginaba así las últimas horas con su amado amigo. También iban Armando Quintero y Alejandro ‘Álex’ Ramírez, conductor y asistente, ellos no sufrieron mayores consecuencias y salieron casi que ilesos de la camioneta de placa IWQ 913 de Bogotá, color blanco, que quedó destrozada en la mitad de la arteria. El reloj pasaba las manecillas de las 7:30 a.m.

Entre las primeras personas en llegar al sitio se encontraba Rolando Ochoa, se bajó de su vehículo a auxiliar al grupo de amigos y allí mismo trasladó a Martín Elías hasta un centro médico de San Onofre donde fue valorado.

Presentaba lesiones en cabeza, tórax y piernas. Eran tan graves las heridas que inmediatamente fue trasladado a Sincelejo. Lo recluyeron en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica Santa María. Le practicaron varias cirugías aun cuando el cantante había sobrevivido a cinco paros cardiorrespiratorios. Todo fue suspenso hasta la 1:05 de la tarde. ‘Juank’ Vega confirmó el fallecimiento de ‘El Terremoto’ musical, nacido el 18 de junio de 1990.

En otro piso de la clínica estaba Rafael Rico luchando por quedarse en la Tierra. No imaginaba hasta entonces la muerte de su compadre -Martín bautizó a su hijo Jerónimo-.

“No recuerdo quien me llevó a la clínica”, asegura. Mantiene en su mente solo aquellos segundos cuando se accidentaron. Sus recuerdos se activaron tres días después. El lunes. Para ese 17 de abril, según Rico, en los cálculos del cantante que debutó en 2007 con el disco ‘Una nueva historia’, estaba irse a su finca La Bonita, en el norte de Valledupar, compartir con varios amigos y hasta grabar una canción de la autoría del compositor Julio Mendoza:

“Diviértete sano mientras vivas, porque en este mundo todo es pasajero (…) En la tierra no se debe hacer tesoros, es mejor hacer tesoros en el cielo…”

Algo que no había querido hacer el 10, Lunes Santo y día de Santo Ecce Homo, patrono de los vallenatos. “Martín no quiso beber ese día -10 de abril-. Estábamos con unos amigos en La Bonita y decía que no quería emocionarse.

Yo le ponía ‘La doctora’: Tengo que conseguirme otra doctora, porque la que tenía me abandonó – su canción preferida y con la que fue despedido-. Se tomaba un trago y ya”, narra. “En un momento me abrazó por la espalda y me dijo ‘ve que me voy a morir ‘Pichón’ y cuidado vas a dejar que me lleven a otro lado que no sea la plaza Alfonso López. Te salgo y jalo las patas”. ¡Martín Elías presagiaba su muerte! En broma, chanza o verdad, ‘Pichón’ reconoce que le llamó la atención y le reclamó por tal juramento.

“En Sincelejo decían que yo estaba bien, que no necesitaban operarme, pero mi esposa -Jenny- me pedía irnos a Barranquilla. Acepté y cuando era trasladado en la ambulancia escuchaba música de Martín por todos los pueblos donde pasábamos, hasta la enfermera que me acompañaba lo iba escuchando en el celular. Pensé que era por lo del accidente, porque siempre me dijeron que él estaba en Bogotá, recuperándose”.

Ese lunes que tanto esperó Martín Elías llegó. Ese lunes se sepultaron los sueños de quien alcanzó a ser ídolo con ocho discos grabados y uno último que dejó en el estudio listo para salir al mercado.

A Rafael le quedó pendiente cumplirle el último deseo a su casi hermano, porque a Martín Elías lo llevaron al Parque de la Leyenda Vallenata ‘Consuelo Araújo Noguera’ y no a la plaza Alfonso López, como quería. Quizás trataba de imitar a su padre, que murió el 22 de diciembre de 2012 y permaneció dos noches en la tarima Francisco el Hombre donde fueron elegidos los primeros 36 reyes del Festival Vallenato. El cuerpo de Martín no pudo estar y su epopeya durmió en las ilusiones.

Y allí, sentado sobre un mueble en la blanca sala de su casa ubicada en el norte de la capital del Cesar, Rafael se repara una y otra vez el cuerpo antes de concluir: “me miro a la mano, mis piernas, en mi cara y veo a Martín. ¡Cómo olvidarlo! Las cicatrices que llevo en mi cuerpo no me dejan”, confiesa Rafael Rico, recientemente operado de ligamentos cruzados en la pierna derecha, donde incluso el fémur terminó quebrantado. Fueron más de nueve cirugías en la cara y extremidades superiores e inferiores.

Partió su amigo y compadre a un mundo al que muchos le temen y otros describen como imaginario. Y como lo quería dejar plasmado Martín Elías con su canto: En la tierra no se debe hacer tesoros, es mejor hacer tesoros en el cielo…

9 Producciones realizó Martín Elías Díaz: cinco con Rolando Ochoa, dos con ‘Juancho’ De la Espriella y dos en homenaje a los grandes del vallenato. Su más reciente disco fue publicado como homenaje póstumo a su memoria.
Desde las 4:30 de la tarde y hasta las 7:00 de la noche del domingo 15 de abril, Valledupar le rindió homenaje a Martín Elías Díaz Acosta, en el Parque de la Leyenda Vallenata.

“Martín quería llamar su nuevo disco ‘Alegría’, hizo una encuesta con Rolando (Ochoa), Dayana (Jaimes), ‘Juank’ (Vega) y yo, entonces escogimos ‘Sin límites’. Él quería meterle todo a este CD, decía que gastaría sus fuerzas”.

Por Carlos Mario Jiménez
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