La transición del gobierno de Santos a Duque ha sido más traumática de lo que uno se hubiera podido imaginar. No solo desde en el campo político, ya que el país estrena un nuevo esquema de gobierno-oposición, sino también desde el punto de vista económico. El equipo del gobierno está avizorando el panorama y evaluando […]
La transición del gobierno de Santos a Duque ha sido más traumática de lo que uno se hubiera podido imaginar. No solo desde en el campo político, ya que el país estrena un nuevo esquema de gobierno-oposición, sino también desde el punto de vista económico.
El equipo del gobierno está avizorando el panorama y evaluando la coyuntura, pero lo cierto es que, independientemente del gobierno de turno, los problemas y retos económicos del país siguen siendo los mismos, y su apreciación no debe variar mucho por la dinámica política.
El Presidente Duque ha designado un equipo económico de las mejores calidades técnicas, otro aspecto es que sepan “leer” la coyuntura política, pero esa es harina de otro costal. Sin lugar a dudas el problema fiscal es complicado, pero, en mi modesta opinión, el principal problema de la agenda económica no es el fiscal, sino la reactivación, el bajo crecimiento y el empleo.
El Ministro Alberto Carrasquilla ha aprovechado sus primeras intervenciones en el Congreso de la República y otros foros, para plantear de primero el tema fiscal. Con todo el respeto por el señor Ministro, y en esto coincido con el Presidente Duque, la prioridad debe ser el emprendimiento y la reactivación.
Y nada más es revisar los números: la tasa de desempleo promedio nacional, a Julio, reportada por el Dane fue de 9,7 por ciento; la tasa de las 13 principales ciudades del país fue del 10,1%. Pero, al analizar por ciudades, en el caso de Valledupar, fue del 15,6%. Es la tercera ciudad con más alto índice de desempleo a Julio, solo superada por Quibdó, con el 18%, y Armenia con el 15,9%. Es una barbaridad, lo reitero, una verdadera bomba de tiempo. Señor Alcalde, señor Gobernador, empresarios, hay que adoptar medidas urgentes.
Y esto sin tener en cuenta que seguirá la migración de venezolanos que presionaran al alza el desempleo y a la baja los salarios, en todo el país y en particular en ciudades como la nuestra.
Luego entonces, por encima de buscar fórmulas para el problema fiscal, que es complicado, y al mismo nos referiremos en otra oportunidad, lo más urgente es buscar las razones del bajo crecimiento de la economía colombiana, su baja tasa de productividad, darle prioridad a unos cinco sectores para estimularlos vía tributaria y financiera para generar más empleo y a prepararlos para recibir a los miles de venezolanos que siguen llegando. Y solo después de eso, ahí sí, revisar el tema tributario. Hoy los reflectores y los micrófonos deberían estar puestos más en la Ministra de Trabajo, Alicia Arango y su colega de Comercio e Industria, José Manuel Restrepo, que en el Min-hacienda.
Y no nos podemos echar mentiras, el palo no está para cucharas y el sector productivo del país no está en condiciones de asumir mayores impuestos. Por lo tanto, primero debe haber estímulos a la inversión y –posteriormente- en un año o dos, ahí sí, recoger una mayor tributación facilitada por ese mayor crecimiento económico. La reforma tributaria se puede aplazar. Hacer lo contrario no parecería lo más lógico, pero bueno… sabios tiene la Santa Iglesia y también el edificio San Agustín, donde queda el Min-hacienda en Bogotá.
*Docente de la Universidad Externado de Colombia.
Por Carlos Maestre Maya*
La transición del gobierno de Santos a Duque ha sido más traumática de lo que uno se hubiera podido imaginar. No solo desde en el campo político, ya que el país estrena un nuevo esquema de gobierno-oposición, sino también desde el punto de vista económico. El equipo del gobierno está avizorando el panorama y evaluando […]
La transición del gobierno de Santos a Duque ha sido más traumática de lo que uno se hubiera podido imaginar. No solo desde en el campo político, ya que el país estrena un nuevo esquema de gobierno-oposición, sino también desde el punto de vista económico.
El equipo del gobierno está avizorando el panorama y evaluando la coyuntura, pero lo cierto es que, independientemente del gobierno de turno, los problemas y retos económicos del país siguen siendo los mismos, y su apreciación no debe variar mucho por la dinámica política.
El Presidente Duque ha designado un equipo económico de las mejores calidades técnicas, otro aspecto es que sepan “leer” la coyuntura política, pero esa es harina de otro costal. Sin lugar a dudas el problema fiscal es complicado, pero, en mi modesta opinión, el principal problema de la agenda económica no es el fiscal, sino la reactivación, el bajo crecimiento y el empleo.
El Ministro Alberto Carrasquilla ha aprovechado sus primeras intervenciones en el Congreso de la República y otros foros, para plantear de primero el tema fiscal. Con todo el respeto por el señor Ministro, y en esto coincido con el Presidente Duque, la prioridad debe ser el emprendimiento y la reactivación.
Y nada más es revisar los números: la tasa de desempleo promedio nacional, a Julio, reportada por el Dane fue de 9,7 por ciento; la tasa de las 13 principales ciudades del país fue del 10,1%. Pero, al analizar por ciudades, en el caso de Valledupar, fue del 15,6%. Es la tercera ciudad con más alto índice de desempleo a Julio, solo superada por Quibdó, con el 18%, y Armenia con el 15,9%. Es una barbaridad, lo reitero, una verdadera bomba de tiempo. Señor Alcalde, señor Gobernador, empresarios, hay que adoptar medidas urgentes.
Y esto sin tener en cuenta que seguirá la migración de venezolanos que presionaran al alza el desempleo y a la baja los salarios, en todo el país y en particular en ciudades como la nuestra.
Luego entonces, por encima de buscar fórmulas para el problema fiscal, que es complicado, y al mismo nos referiremos en otra oportunidad, lo más urgente es buscar las razones del bajo crecimiento de la economía colombiana, su baja tasa de productividad, darle prioridad a unos cinco sectores para estimularlos vía tributaria y financiera para generar más empleo y a prepararlos para recibir a los miles de venezolanos que siguen llegando. Y solo después de eso, ahí sí, revisar el tema tributario. Hoy los reflectores y los micrófonos deberían estar puestos más en la Ministra de Trabajo, Alicia Arango y su colega de Comercio e Industria, José Manuel Restrepo, que en el Min-hacienda.
Y no nos podemos echar mentiras, el palo no está para cucharas y el sector productivo del país no está en condiciones de asumir mayores impuestos. Por lo tanto, primero debe haber estímulos a la inversión y –posteriormente- en un año o dos, ahí sí, recoger una mayor tributación facilitada por ese mayor crecimiento económico. La reforma tributaria se puede aplazar. Hacer lo contrario no parecería lo más lógico, pero bueno… sabios tiene la Santa Iglesia y también el edificio San Agustín, donde queda el Min-hacienda en Bogotá.
*Docente de la Universidad Externado de Colombia.
Por Carlos Maestre Maya*