Oposición es un vocablo bien claro, que no es más que el efecto o acción de oponerse o contrarrestar o refutar algo. En términos físicos matemáticos la oposición genera la ley de la acción y la reacción para lograr el equilibrio de un cuerpo.

Oposición es la acción y efecto de oponer u oponerse, o choque de razones, o supuestos razonables para unos, e irracionales para otros, cuyo propósito es oponer a los efectos y consecuencias que se puedan dar, enfrentar una cosa con otra. 

El concepto de oposición es común en el ámbito de la política y de lo político para impugnar las actuaciones del gobierno de turno, cuando supuestamente se desvía de sus fines y programas o cuando sus actuaciones no satisfacen la democracia practicada y propuesta en los programas específicos.

La oposición en el conjunto de grupos, fracciones o partidos políticos, y a las organizaciones de cualquier tipo y personas que la apoyen en lo individual, es utilizada para hacer control y seguimiento a los gobiernos y medir los efectos de las leyes promulgadas o criticar sus actuaciones que, si van en detrimentos de las necesidades populares y de los beneficios integrales, se manifiesta la inconformidad a través de protestas o paros. 

Los paros y protestas deben darse como medios de reclamaciones sensatas y respetuosas, pero no como medios de subversión y vandalismo. 

La oposición pisa con pie contrario al gobierno, pero sus críticas con razonamientos constructivos deben ser las bases de las reclamaciones y no con la destrucción y el desorden.

La misión de la oposición de los partidos, cuerpos legislativos o cuerpos deliberantes, que habitualmente impugnan las actuaciones del gobierno son fundamentales, pero cuando los bienes sociales están de por medio y no los intereses de uno u otro sector. Hay que oponerse con razones y no con piedras, u otros medios degradantes que conduzcan a polarizaciones extremas y finalmente al desorden con perjuicios morales y económicos para con el propio pueblo.

La oposición política se traduce en la oposición con la expresión de ideas opuestas a las de gobierno, es decir, opuestas al oficialismo de cada momento. 

La oposición se considera un elemento esencial de los regímenes democráticos en donde no se busca la destrucción del Estado, sino su reforma normalmente y sus derechos son fundamentales, pero no el libertinaje. 

Como herramienta, su valor radica en ser un factor de control, limitación y seguimiento de los gobiernos en desarrollo y también alternativa para la formación de nuevos gobiernos y cambios precisos en los parámetros de las actuaciones.

Las ideas o doctrinas que inspiran a los opositores, como la distinción del tipo de oposición por el método que esta elige para cambiar al grupo dominante, al establecimiento, a la forma de gobierno o a la economía, en este sentido se identifican como pacíficas y violentas y aquí, en estas últimas, el promotor o promotores usan las pasiones mal entendidas como armas de ataque.

Los partidos son instituciones lógicas que reflejan el pluralismo de ideas, promueven y encauzan la participación de los ciudadanos y contribuyen a la formación y manifestación de la voluntad popular, con el objeto de acceder al poder, a los cargos de elección popular y de influir en las decisiones políticas, por ello el derecho a la oposición es importante. 

La grandeza de la oposición es la que mide la grandeza y fuerza del gobernante en la conciliación de lo demandado.

Para un demócrata la creación de una oposición es primordial, para el Totalitario no la concibe dentro de sus planes.