Ya en celeste lejanía hermosas luces se ven sobre el cielo de Belén que anuncian la Navidad...
I
La Inmaculada María
santificada de Luz,
es la madre de Jesús:
Unigénito Mesías.
Ya en celeste lejanía
hermosas luces se ven
sobre el cielo de Belén
que anuncian la Navidad,
y un halo de santidad
en la tierra del Edén.
II
La estrella en el firmamento
con su mirada de orfebre
en silencio ve el pesebre:
Milagro del Nacimiento.
Y los cristianos contentos
protegidos de oraciones
aclaman las bendiciones
de Jesús El Redentor:
que irradia de paz y amor
todas las buenas acciones.
III
La Navidad nos invita
a disfrutar en familia,
con la fe se reconcilia
lo que el alma necesita.
Toda esperanza es bendita
para el cristiano sincero
que tiene a Dios de primero
en su corazón y su mente.
La Luz sagrada es la fuente
que alumbra nuestro sendero.
IV
Lleva La Luz en tus manos
de Dios que a todos bendice
para que seamos felices:
ilusión del ser humano.
No guardes secretos vanos
ni repitas los errores
porque marchitan las flores
en tu jardín interior;
cultiva siempre el amor
alejado de rencores.
Por José Atuesta Mindiola
Ya en celeste lejanía hermosas luces se ven sobre el cielo de Belén que anuncian la Navidad...
I
La Inmaculada María
santificada de Luz,
es la madre de Jesús:
Unigénito Mesías.
Ya en celeste lejanía
hermosas luces se ven
sobre el cielo de Belén
que anuncian la Navidad,
y un halo de santidad
en la tierra del Edén.
II
La estrella en el firmamento
con su mirada de orfebre
en silencio ve el pesebre:
Milagro del Nacimiento.
Y los cristianos contentos
protegidos de oraciones
aclaman las bendiciones
de Jesús El Redentor:
que irradia de paz y amor
todas las buenas acciones.
III
La Navidad nos invita
a disfrutar en familia,
con la fe se reconcilia
lo que el alma necesita.
Toda esperanza es bendita
para el cristiano sincero
que tiene a Dios de primero
en su corazón y su mente.
La Luz sagrada es la fuente
que alumbra nuestro sendero.
IV
Lleva La Luz en tus manos
de Dios que a todos bendice
para que seamos felices:
ilusión del ser humano.
No guardes secretos vanos
ni repitas los errores
porque marchitan las flores
en tu jardín interior;
cultiva siempre el amor
alejado de rencores.
Por José Atuesta Mindiola