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Columnista - 12 marzo, 2019

La marca del hierro que te identifica

Dentro de las herramientas que utilizan los ganaderos en sus labores de campo, está el hierro, un instrumento que el hacendado o dueño del hato usa para identificar sus ejemplares, esto lo hace a través de un herrete o marca. “Existen dos razones básicas por la cuales se debe marcar el ganado: la primera es […]

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Dentro de las herramientas que utilizan los ganaderos en sus labores de campo, está el hierro, un instrumento que el hacendado o dueño del hato usa para identificar sus ejemplares, esto lo hace a través de un herrete o marca. “Existen dos razones básicas por la cuales se debe marcar el ganado: la primera es para que el dueño identifique los animales que le pertenecen y la segunda es controlar la productividad de sus reses”. Los periodos de proselitismo político en el cual se debate nuestro país, nos hace sentir como si hiciéramos parte de un hato; exactamente como un animal marcado con el hierro. Con letras, logos, colores que indican a que hato pertenecemos. A pesar de las permanentes quejas y las diferencias entre unos y otros sectores políticos, las desavenencias que nos mueven a pensar, por ejemplo, que los congresistas son corruptos, que los alcaldes y gobernadores, vaya usted a pensar que no, solo sirven para robarse la plata. Y los concejales y diputados que también escogemos nosotros a través del voto popular son mal vistos en su actuar de control y coadministración

Quejas y mil razones por la cuales no se votaría por “x” o “y” candidato. Escuchamos por ejemplo: que no votaría por un candidato de izquierda, porque es generar políticas de odio y segregación. No voto por la derecha porque eso significa seguir con procesos corruptos, criminales y de impunidad. Pero vea usted, las calidades publicitarias con el ingenio a flor de piel, nos ponen a bailar, a cantar, a usar colores y a identificarnos con una letra, con un logo o con frases que ocultan los nombres de los dueños del hato. Si, los cerdos, las cabras, las vacas y toros ya están identificadas. Nosotros nos polarizamos, esto hace la diferencia con los borreguitos, pues los animales no pelean entre ellos; simplemente cargan su marca y pasan su vida encerrados; mientras que por estos lados, nos enemistamos con el vecino, con el amigo de toda una vida, con el hermano o cualquier otro pariente. Entre más identidad haya, más acérrimos nos volvemos en ese sentido. Ponemos la letra o el logo en el carro, en la puerta de la casa, la camiseta política y su color se vuelve más importante que la de la selección. La gorra, entre más vistosa mejor, nada ni nadie nos la quita ni en broma; las muñecas brillan con las manillas que casi hablan.

Nos encanta montarnos en el bus de la victoria, a pesar de la cantidad de anomalías en los procesos administrativos y sea cual sea el político o politiquero de turno. La política no es mala, es necesaria; la politiquería es nefasta y hace daño. Los políticos no son malos, son necesarios para aplicar políticas de desarrollo y crecimiento, Los hierros dejémoslos para el campo y la ganadería. Para nosotros asumamos la ideología y los buenos planteamientos programáticos. Solo Eso.

Columnista
12 marzo, 2019

La marca del hierro que te identifica

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Eduardo S. Ortega Vergara

Dentro de las herramientas que utilizan los ganaderos en sus labores de campo, está el hierro, un instrumento que el hacendado o dueño del hato usa para identificar sus ejemplares, esto lo hace a través de un herrete o marca. “Existen dos razones básicas por la cuales se debe marcar el ganado: la primera es […]


Dentro de las herramientas que utilizan los ganaderos en sus labores de campo, está el hierro, un instrumento que el hacendado o dueño del hato usa para identificar sus ejemplares, esto lo hace a través de un herrete o marca. “Existen dos razones básicas por la cuales se debe marcar el ganado: la primera es para que el dueño identifique los animales que le pertenecen y la segunda es controlar la productividad de sus reses”. Los periodos de proselitismo político en el cual se debate nuestro país, nos hace sentir como si hiciéramos parte de un hato; exactamente como un animal marcado con el hierro. Con letras, logos, colores que indican a que hato pertenecemos. A pesar de las permanentes quejas y las diferencias entre unos y otros sectores políticos, las desavenencias que nos mueven a pensar, por ejemplo, que los congresistas son corruptos, que los alcaldes y gobernadores, vaya usted a pensar que no, solo sirven para robarse la plata. Y los concejales y diputados que también escogemos nosotros a través del voto popular son mal vistos en su actuar de control y coadministración

Quejas y mil razones por la cuales no se votaría por “x” o “y” candidato. Escuchamos por ejemplo: que no votaría por un candidato de izquierda, porque es generar políticas de odio y segregación. No voto por la derecha porque eso significa seguir con procesos corruptos, criminales y de impunidad. Pero vea usted, las calidades publicitarias con el ingenio a flor de piel, nos ponen a bailar, a cantar, a usar colores y a identificarnos con una letra, con un logo o con frases que ocultan los nombres de los dueños del hato. Si, los cerdos, las cabras, las vacas y toros ya están identificadas. Nosotros nos polarizamos, esto hace la diferencia con los borreguitos, pues los animales no pelean entre ellos; simplemente cargan su marca y pasan su vida encerrados; mientras que por estos lados, nos enemistamos con el vecino, con el amigo de toda una vida, con el hermano o cualquier otro pariente. Entre más identidad haya, más acérrimos nos volvemos en ese sentido. Ponemos la letra o el logo en el carro, en la puerta de la casa, la camiseta política y su color se vuelve más importante que la de la selección. La gorra, entre más vistosa mejor, nada ni nadie nos la quita ni en broma; las muñecas brillan con las manillas que casi hablan.

Nos encanta montarnos en el bus de la victoria, a pesar de la cantidad de anomalías en los procesos administrativos y sea cual sea el político o politiquero de turno. La política no es mala, es necesaria; la politiquería es nefasta y hace daño. Los políticos no son malos, son necesarios para aplicar políticas de desarrollo y crecimiento, Los hierros dejémoslos para el campo y la ganadería. Para nosotros asumamos la ideología y los buenos planteamientos programáticos. Solo Eso.