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Leer es nuestro cuento - 13 agosto, 2019

La magia de la Navidad

Mas allá de lo que crees y alcanzas a ver, existe un lugar donde lo que imaginas puede suceder, no es un lugar común como lo puedes ver, en el habitan los carlense; ¡asombrosa! Claro lo es, pero la magia comienza cuando la navidad se deja ver.

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Maicol Plaza Orozco

Mas allá de lo que crees y alcanzas a ver, existe un lugar donde lo que imaginas puede suceder, no es un lugar común como lo puedes ver, en el habitan los carlense; ¡asombrosa! Claro lo es, pero la magia comienza cuando la navidad se deja ver.

Los aldeanos de villa clara adoran la navidad, pero Abel la detesta de verdad. Abel detesta la navidad con todo su corazón pues es la época donde hay más felicidad

-Pero que le había pasado Abel que odia tanto la navidad.

Al estar en villa clara vio que de su alrededor la navidad se adueñó, Todo era alegría y por donde veía había árboles de navidad, las casas decoradas, gente cantando y la nieve nunca faltaba. En   villa clara vive una niña, intrépida “Luz” ella vive con su mamá y sus dos hermanos, no tienen papá por lo que a su mamá muy duro le tocaba trabajar. Luz veía que su mamá no descansaba pues trabajaba demasiado para que a ella y a sus hermanos nada jamás les faltara.

Una mañana Luz sale a entregar una carta para santa. Por casualidad con Abel tropezaba. Él le pregunta muy serio

– ¿a dónde vas?

– a llevar una carta para santa; Abel le dice

– ¿Y por qué no se la entregas en persona, con un gesto burlón?

– si, y donde vive; le pregunta Luz

– verdad nadie lo ha visto jamás; le dice Abel

Abel a luz una idea le día. Ella decidió esperar a santa en la noche para entregarle la carta esa. Abel se le ocurre una idea para arruinar la navidad de los aldeanos:

– Me disfrazaré de santa y en la noche su regalo tomare y así la navidad les arruinare.

Cae la tarde. Luz y Abel preparan todo para la media noche, ella alistaba la trampa para atrapar a santa, mientras Abel se disfraza de santa para quitarle a los carlenses su tan alegre navidad. La media noche llegó y luz en un rincón oscuro se escondió esperando con su trampa la llegada de santa.

Abel los regalos de algunas casas ya había tomado, cuando llega a la casa de luz, la trampa activa y una soga de los pies lo cogió colocándolo de cabezas, Luz con mucho cuidado se acerca y le cuenta de su deseo tan anhelado;

– Le pido Santa que mi mamá no trabaje tanto y pueda descansar llorando le dice luz.

Abel en silencio quedo, ella lo suelta y el   aprisa salió corriendo y muy dolido el corazón le quedo.

La mañana se asomó y todos vieron los regalos, se habían ido. En el centro de villa clara los aldeanos se reunieron a ver que Abel los regalos tenia, él les explico por qué a la navidad odio le tenia

– siempre he estado solo pues no tengo padres, crecí en un orfanato y en navidad todos contentos yo veía. Pero ahora entiendo que la navidad alegría es y se para mejor en compañía, perdonen lo que hice, pensé que con quitarle su alegría yo mejor me sentiría, pues ya veo que me equivoque.

Autor: Maicol Andrés Plaza Orozco – Colegio Oswaldo Quintana

Leer es nuestro cuento
13 agosto, 2019

La magia de la Navidad

Mas allá de lo que crees y alcanzas a ver, existe un lugar donde lo que imaginas puede suceder, no es un lugar común como lo puedes ver, en el habitan los carlense; ¡asombrosa! Claro lo es, pero la magia comienza cuando la navidad se deja ver.


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Maicol Plaza Orozco

Mas allá de lo que crees y alcanzas a ver, existe un lugar donde lo que imaginas puede suceder, no es un lugar común como lo puedes ver, en el habitan los carlense; ¡asombrosa! Claro lo es, pero la magia comienza cuando la navidad se deja ver.

Los aldeanos de villa clara adoran la navidad, pero Abel la detesta de verdad. Abel detesta la navidad con todo su corazón pues es la época donde hay más felicidad

-Pero que le había pasado Abel que odia tanto la navidad.

Al estar en villa clara vio que de su alrededor la navidad se adueñó, Todo era alegría y por donde veía había árboles de navidad, las casas decoradas, gente cantando y la nieve nunca faltaba. En   villa clara vive una niña, intrépida “Luz” ella vive con su mamá y sus dos hermanos, no tienen papá por lo que a su mamá muy duro le tocaba trabajar. Luz veía que su mamá no descansaba pues trabajaba demasiado para que a ella y a sus hermanos nada jamás les faltara.

Una mañana Luz sale a entregar una carta para santa. Por casualidad con Abel tropezaba. Él le pregunta muy serio

– ¿a dónde vas?

– a llevar una carta para santa; Abel le dice

– ¿Y por qué no se la entregas en persona, con un gesto burlón?

– si, y donde vive; le pregunta Luz

– verdad nadie lo ha visto jamás; le dice Abel

Abel a luz una idea le día. Ella decidió esperar a santa en la noche para entregarle la carta esa. Abel se le ocurre una idea para arruinar la navidad de los aldeanos:

– Me disfrazaré de santa y en la noche su regalo tomare y así la navidad les arruinare.

Cae la tarde. Luz y Abel preparan todo para la media noche, ella alistaba la trampa para atrapar a santa, mientras Abel se disfraza de santa para quitarle a los carlenses su tan alegre navidad. La media noche llegó y luz en un rincón oscuro se escondió esperando con su trampa la llegada de santa.

Abel los regalos de algunas casas ya había tomado, cuando llega a la casa de luz, la trampa activa y una soga de los pies lo cogió colocándolo de cabezas, Luz con mucho cuidado se acerca y le cuenta de su deseo tan anhelado;

– Le pido Santa que mi mamá no trabaje tanto y pueda descansar llorando le dice luz.

Abel en silencio quedo, ella lo suelta y el   aprisa salió corriendo y muy dolido el corazón le quedo.

La mañana se asomó y todos vieron los regalos, se habían ido. En el centro de villa clara los aldeanos se reunieron a ver que Abel los regalos tenia, él les explico por qué a la navidad odio le tenia

– siempre he estado solo pues no tengo padres, crecí en un orfanato y en navidad todos contentos yo veía. Pero ahora entiendo que la navidad alegría es y se para mejor en compañía, perdonen lo que hice, pensé que con quitarle su alegría yo mejor me sentiría, pues ya veo que me equivoque.

Autor: Maicol Andrés Plaza Orozco – Colegio Oswaldo Quintana