COLUMNISTA

La mafia, un sistema de gobierno supra democrático

Las mafias son capaces de domeñar a cualquier país por poderoso que parezca.

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Los teóricos de la democracia nunca soñaron con el advenimiento de una forma marginal de gobernar al mundo llamada mafia, poderoso sindicato del crimen capaz de doblegar a cualquier país. La primera organización de este tipo es, quizás, la Cosa Nostra de Italia y su primer Don o jefe fue Lucky Luciano quien ejerció en los EE. UU. con el tráfico de heroína; este país ha sido fértil para los mafiosos. Durante la primera mitad del siglo XX, surgieron muchos capos, entre ellos Alfonso Capone, cariñosamente llamado Al Capone o simplemente Al. 

Inicialmente tuvo en Chicago redes de juegos, prostitución y contrabando, en especial licores; su oficina se llamaba Chicago outfit, algo así como Oficina de Envigado; a Pablo Escobar también le decían Don. Curiosamente uno de sus aliados fue un alcalde de nombre William Hale, una especie de Cherif del oeste. Funcionarios como este siempre los ha tenido los EE. UU. Y no es como muchos creen que la justicia y autoridades de ese país son un paradigma, el oeste está vigente. “Al”, después de tantos crímenes y de echarse al bolsillo al estado norteamericano, solo fue juzgado por evasión de impuestos, la parte baja del delito; aquí sucede lo mismo. 

Las mafias son capaces de domeñar a cualquier país por poderoso que parezca. Hoy, las mafias están en todo el mundo, con mayor capacidad para ejercer sus actividades de frente a las autoridades y en contubernio con ellas, los carteles togados son universales. Para nadie es un secreto que tienen su estado mayor en Dubái codeándose con los moralistas jeques y conspirando contra quien se interponga en sus planes, su capacidad de soborno e intimidación es ilimitada. 

¿Por qué creen ustedes que Portugal no extraditó al “papá Pitufo” y España lo dejó en libertad? Es de suponer que las evidencias presentadas por el gobierno colombiano contra el mayor contrabandista del país son sólidas. La conducta de la llamada “comunidad internacional” es de doble moral; dicen luchar contra el narcotráfico, pero allende sus fronteras, nunca hay decomisos frontera adentro. ¿Será que la distribuyen por las redes del acueducto? Pretenden que todos los esfuerzos los hagan los países productores, incluso, que pongan los presos y muertos y envenenen sus aguas; cada vez son más grandes las presiones y amenazas, el cuento de la “desertificación” es una espada de Damocles que hace temblar a nuestros gobernantes. 

Pueden llevarse a Maduro, incluso a Petro, pero mientras no toquen la oficina de Dubái donde está el cartel de las estrellas, el negocio seguirá, la culebra se mata por la cabeza, EE. UU. debe saberlo. La ubicación de tres barcos de guerra en el caribe para reprimir el narcotráfico no pasa de ser un aspaviento; sería más efectivo colocarlos en las fronteras de los EE. UU. cerrándole todas las entradas de cocaína a ese país, más que a los migrantes. El narcotráfico es un negocio consentido y protegido.

Por: Luis Napoleón de Armas P.

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