El joven, natural de Venezuela, llevaba cuatro años viviendo en el corregimiento de Aguas Blancas.
Luego de haber pasado hace varios años el trago amargo del auge del conflicto armado, el pasado fin de semana los habitantes del corregimiento de Aguas Blancas, área rural de Valledupar, nuevamente recordaron el horror desmedido de la violencia.
Lee también: En el Cesar han exhumado 472 restos de posibles víctimas del conflicto armado
En el patio de una vivienda abandonada, ubicada en el barrio San Martín, los habitantes encontraron enterrado un tronco de un ser humano, que estaba medio descubierto por la lluvia que arreciaba en el pueblo.
Todo fue terror. Y, aun así, algunos miembros de la comunidad decidieron buscar una pala y desenterrar el tronco humano que lo único que tenía era una pantaloneta. Su identidad era un misterio, puesto que carecía de cabeza, brazos y piernas.
Hasta que una mujer se acercó al lugar. Se trata de Norelbis Osorio, quien buscaba a su compañero sentimental, Fray Hernández Primera, de 21 años, desaparecido desde el pasado miércoles.
“Yo lo reconocí por la ropa porque lo vi saliendo de la casa, lo identifiqué ahí en el hueco”, manifestó Osorio.
Fray Hernández Primera había salido el pasado 24 de mayo de su casa localizada en cercanía de ese sector y nunca más volvió.
“Ya él había llegado de trabajar, llegó a la casa, me imagino que se bañó y se fue como a las 6 p.m. De ahí me llamó de un número y me dijo que se sentía mal, que le dolía la cabeza y tenía fatiga”, agregó Osorio.
Te puede interesar: Confirman que cuerpos hallados en sacos en La Guajira son de sucreños desaparecidos
El joven llevaba tres días desaparecido cuando la mujer lo reconoció. No obstante, las autoridades al haber encontrado solamente el tronco de su cuerpo lo trasladaron como persona no identificada a Medicina Legal. En la entidad el procedimiento ha sido más extenso y especializado para dar el reconocimiento formal.
Sin embargo, el reciente lunes encontraron las demás partes del cuerpo de la víctima como la cabeza, las dos manos y los pies. Así la mujer tuvo ahora la certeza de que se trataba del cuerpo sin vida de Fray Hernández Primera.
Norelbis Osorio espera que las autoridades hagan su trabajo y den con el responsable de los hechos. Al parecer, Fray Hernández tras ser asesinado fue descuartizado y enterrado en el patio abierto de la casa abandonada que está en cercanía de la vía que comunica al corregimiento de Mariangola, exactamente detrás de una estación de servicio.
El joven, natural de Venezuela, hace cuatro años residía en Aguas Blancas, donde se ganaba la vida realizando varios oficios.
La escabrosa historia del ciudadano extranjero se sumó a una serie de episodios de violencia en la que se ha visto sumergida el casco urbano y rural de Valledupar.
Te puede interesar: “Es nuestra vocación tratar con respeto los cuerpos”: delegado episcopal responde a denuncia de Medicina Legal
En lo corrido del año, la prensa ha registrado en la ciudad 59 muertes violentas por arma de fuego, arma blanca y elemento contundente.
“Aquí lo que hay es un incremento de la violencia generalizada. Precisamente, la alerta temprana que emitimos en el municipio de Codazzi fue por eso, por ese incremento de homicidios selectivos y los que estaban ocurriendo durante el año en Pailitas, que ha conllevado a que nosotros solicitemos una comisión interinstitucional”, dijo José Hernández, defensor del pueblo del departamento del Cesar.
POR: REDACCIÓN JUDICIALES/ EL PILÓN.
El joven, natural de Venezuela, llevaba cuatro años viviendo en el corregimiento de Aguas Blancas.
Luego de haber pasado hace varios años el trago amargo del auge del conflicto armado, el pasado fin de semana los habitantes del corregimiento de Aguas Blancas, área rural de Valledupar, nuevamente recordaron el horror desmedido de la violencia.
Lee también: En el Cesar han exhumado 472 restos de posibles víctimas del conflicto armado
En el patio de una vivienda abandonada, ubicada en el barrio San Martín, los habitantes encontraron enterrado un tronco de un ser humano, que estaba medio descubierto por la lluvia que arreciaba en el pueblo.
Todo fue terror. Y, aun así, algunos miembros de la comunidad decidieron buscar una pala y desenterrar el tronco humano que lo único que tenía era una pantaloneta. Su identidad era un misterio, puesto que carecía de cabeza, brazos y piernas.
Hasta que una mujer se acercó al lugar. Se trata de Norelbis Osorio, quien buscaba a su compañero sentimental, Fray Hernández Primera, de 21 años, desaparecido desde el pasado miércoles.
“Yo lo reconocí por la ropa porque lo vi saliendo de la casa, lo identifiqué ahí en el hueco”, manifestó Osorio.
Fray Hernández Primera había salido el pasado 24 de mayo de su casa localizada en cercanía de ese sector y nunca más volvió.
“Ya él había llegado de trabajar, llegó a la casa, me imagino que se bañó y se fue como a las 6 p.m. De ahí me llamó de un número y me dijo que se sentía mal, que le dolía la cabeza y tenía fatiga”, agregó Osorio.
Te puede interesar: Confirman que cuerpos hallados en sacos en La Guajira son de sucreños desaparecidos
El joven llevaba tres días desaparecido cuando la mujer lo reconoció. No obstante, las autoridades al haber encontrado solamente el tronco de su cuerpo lo trasladaron como persona no identificada a Medicina Legal. En la entidad el procedimiento ha sido más extenso y especializado para dar el reconocimiento formal.
Sin embargo, el reciente lunes encontraron las demás partes del cuerpo de la víctima como la cabeza, las dos manos y los pies. Así la mujer tuvo ahora la certeza de que se trataba del cuerpo sin vida de Fray Hernández Primera.
Norelbis Osorio espera que las autoridades hagan su trabajo y den con el responsable de los hechos. Al parecer, Fray Hernández tras ser asesinado fue descuartizado y enterrado en el patio abierto de la casa abandonada que está en cercanía de la vía que comunica al corregimiento de Mariangola, exactamente detrás de una estación de servicio.
El joven, natural de Venezuela, hace cuatro años residía en Aguas Blancas, donde se ganaba la vida realizando varios oficios.
La escabrosa historia del ciudadano extranjero se sumó a una serie de episodios de violencia en la que se ha visto sumergida el casco urbano y rural de Valledupar.
Te puede interesar: “Es nuestra vocación tratar con respeto los cuerpos”: delegado episcopal responde a denuncia de Medicina Legal
En lo corrido del año, la prensa ha registrado en la ciudad 59 muertes violentas por arma de fuego, arma blanca y elemento contundente.
“Aquí lo que hay es un incremento de la violencia generalizada. Precisamente, la alerta temprana que emitimos en el municipio de Codazzi fue por eso, por ese incremento de homicidios selectivos y los que estaban ocurriendo durante el año en Pailitas, que ha conllevado a que nosotros solicitemos una comisión interinstitucional”, dijo José Hernández, defensor del pueblo del departamento del Cesar.
POR: REDACCIÓN JUDICIALES/ EL PILÓN.