COLUMNISTA

La grandeza del artista se refleja en los aplausos del público

A raíz del estreno del video de la canción ‘El malcriao’, y tras haber vivido, una vez más, una de las mejores experiencias en vivo de lo que va del año, puedo afirmar que vestir de rojo a toda una ciudad, hacerla vibrar con emoción y música es un privilegio que solo le pertenece a un verdadero artista. 

La grandeza del artista se refleja en los aplausos del público

La grandeza del artista se refleja en los aplausos del público

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A raíz del estreno del video de la canción ‘El malcriao’, y tras haber vivido, una vez más, una de las mejores experiencias en vivo de lo que va del año, puedo afirmar que vestir de rojo a toda una ciudad, hacerla vibrar con emoción y música es un privilegio que solo le pertenece a un verdadero artista. 

Mientras reproduzco una y otra vez la canción ‘El malcriao’, de la autoría de Silvestre Dangond, junto al acordeonero Juancho de la Espriella, en su más reciente álbum llamado “El último baile”, es inevitable recordar lo que ocasionó su lanzamiento: fueron cuatro días del Festival Silvestrista, una ciudad vestida de rojo, tres fechas consecutivas de “Sold out” en el parque de la Leyenda Vallenata y la confirmación innegable de que el vallenato tiene el poder de mover a todo un país. 

A su vez, logré afirmar el momento de reflexión que tuve cuando lo oí cantar: Un artista solo comprende la magnitud de su poder cuando se ve reflejado en la emoción de su público”. La adecuación de la escenografía, su equipo musical ganador, su forma única y peculiar de bailar el vallenato, y la elegancia de sus vestuarios hicieron que su show en Valledupar vibrara y se convirtiera en el escenario espejo para los demás, alrededor de Colombia y del mundo entero. 

Haber soñado, cantado, bailado y esperado el momento justo del éxito, es lo que hace a Silvestre Dangond un artista inigualable. Más allá de un concierto, se vive una experiencia. La capacidad humana, intelectual, creativa y musical que debe tener un artista para mantener a un público dinámico, despierto, emocionado, es, sin duda, un gran reto que se logró superar. 

Además, utilizar sus canciones y el escenario para apreciar a su público y regalarle palabras llenas de amor y reflexión, invitándonos a recordar la importancia de saber aprovechar las oportunidades que nos da la vida, lo lindo de seguir las pasiones y saber ejecutarlas para tener un presente seguro, y no solo un futuro con desaciertos; transmite mucho sobre su carisma y empeño por su carrera musical.

Entregando su corazón silvestrista y evocando pasión, amor y derroche de felicidad, este artista logró un hito significativo en Valledupar y en el folclor Vallenato. 

Por Ana María Santos Murgas.

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