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La estrategia de Afinia

El apagón del pasado martes 19 de agosto y el anuncio de un próximo, golpea con fuerza a nuestra región; no son simples eventualidades pasajeras, sino hechos que comienzan a volverse frecuentes.

La estrategia de Afinia

La estrategia de Afinia

Por: Ricardo

@el_pilon

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El apagón del pasado martes 19 de agosto y el anuncio de un próximo, golpea con fuerza a nuestra región; no son simples eventualidades pasajeras, sino hechos que comienzan a volverse frecuentes. Cada interrupción del servicio eléctrico desorganiza la vida diaria, afecta la seguridad en las calles, paraliza pequeños negocios y afecta la confianza de los ciudadanos en un servicio esencial.

Mayor aún es el impacto sobre el sector productivo. En las empresas —en especial la industria y el comercio—, los costos ocultos se acumulan, pérdida de inventarios por ruptura de la cadena de frio, afectación de equipos, suspensión de cadenas de producción, en consecuencia, pérdida de competitividad. Un apagón que se extiende por horas equivale, en términos económicos, a un golpe directo sobre la productividad y sobre la confianza inversionista de la región.

Esta situación desnuda de manera cruda una verdad, la debilidad estructural de nuestra infraestructura energética. Si hoy la energía se ha vuelto intermitente, es porque las inversiones en modernización y robustecimiento de las redes no han sido suficientes ni oportunas. Lo que se presenta como un mantenimiento técnico es, en realidad, el síntoma de un problema mayor, un rezago histórico que ahora nos pasa factura.

Y es en medio de esta crisis donde aparece un nuevo movimiento empresarial, la creación por parte de Afinia de la compañía Atenea. Una sociedad con un patrimonio muy reducido frente a las grandes responsabilidades que exige atender a una región entera, con su alta demanda energética y sus enormes desafíos en cobertura y calidad. La pregunta que surge es: ¿estamos frente a una solución seria y estructural o frente a una estrategia para fragmentar y blindarse financieramente, con el fin de eludir las verdaderas obligaciones de inversión que la región necesita con urgencia?

Ojalá no se repita en el sector eléctrico lo que en la memoria cultural nos recuerda la célebre película ‘La estrategia del caracol’, fórmulas ingeniosas para deshacerse de responsabilidades sin resolver de fondo los problemas. Lo que hoy está en juego no es una jugadita contable, sino la sostenibilidad energética de toda una región.

Frente a esta realidad, es importante que la clase dirigente, el sector productivo y la ciudadanía unan esfuerzos para exigir soluciones de fondo y compromisos verificables. El futuro de nuestra competitividad, de nuestra economía y de nuestra calidad de vida depende de que estas estrategias empresariales no se conviertan en excusas para mantener a nuestra región atrapada en la oscuridad.

Por: Ricardo Reyes.

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