El miedo y los mitos que circulan alrededor de la vacuna contra el coronavirus no han sido un obstáculo para que decaiga la confianza de los jóvenes por el biológico. Actualmente las personas mayores de 20 años celebran la apertura de vacunación de esa etapa.
El covid-19 ha provocado millones de muertes en todo el mundo y en Valledupar supera los 1.300 decesos; es por eso que los gobiernos han apostado por la vacunación como forma de frenar lo más rápido posible la propagación de este virus. Sin embargo existe desconfianza por una parte de la población debido a los posibles efectos secundarios y los mitos que circulan alrededor del biológico.
El pasado 14 de agosto el ministro de Salud, Fernando Ruíz, autorizó la apertura del quinquenio que comprende las edades de 20 a 24 años para que estas personas reciban su dosis contra el coronavirus y de esta forma ir retomando la normalidad.
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Aunque en la capital del Cesar aún no se ha dado inicio a esta nueva etapa por la falta de vacunas, son muchos los jóvenes que tienen puestas sus esperanzas en estas, sin importar el laboratorio del que procedan. Algunas personas de 20 años en adelante han optado por trasladarse a otros municipios del Cesar, incluso de La Guajira para recibir su biológico contra el virus.
Esta parte de la población señala que no existe una ‘solución mágica’ para salir de la pandemia, por tanto, hacen un llamado a la ciudadanía para que se apliquen la vacuna en los tiempos correspondientes. “Es irresponsabilidad tener la posibilidad de vacunarse y no hacerlo, aun cuando viven con niños pequeños o adultos mayores”, indicó un ciudadano.
Algunos jóvenes han mostrado aceptación y confianza en los biológicos contra el covid-19, considerando que las personas que retrasan o rechazan la vacunación representan un desafío creciente para el Cesar, que busca cerrar las brechas en materia de inmunización; sin embargo, el porcentaje de quienes no desean inmunizarse ha ido disminuyendo con el pasar del tiempo.
Elsy Baquero, nativa del municipio de La Paz, quien tiene 22 años, manifestó que ya se aplicó la primera dosis de Moderna y está a la espera de la segunda, pero pese a esto expresó que le genera desconfianza, pero “prefiero ponérmela y por lo menos estar 60 % segura de que si me da coronavirus sus síntomas serían menos fuertes”, acotó.
En tiempos pasados a los niños se les vacunaba contra de la fiebre amarilla, sarampión, viruela y demás enfermedades que se consideraban mortales. Los jóvenes de Valledupar indican que la vacuna contra el coronavirus es igual. “Las vacunas son necesarias y como todo medicamento tienen efectos secundarios. Apenas me toque el turno me vacuno, es un mal necesario. Prefiero tener cualquier malestar producido por la vacuna como dolor en el brazo y debilidad corporal y no que me de covid-19”, indicó Adiela Jiménez, joven residente del corregimiento Los Venados.
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El coronavirus ha restringido los abrazos, besos y visitas debido a su propagación, por ende, los biológicos en su contra se han convertido en la única esperanza para volver a ese tipo de socialización de manera rápida y segura y, sobre todo, después de un tiempo considerable, retirar las mascarillas de nuestros rostros.
“Debemos vacunarnos si algún día pretendemos volver la normalidad o por lo menos a quitarnos estas máscaras que tanta comunicación nos acorta. Claro que volveremos a la normalidad fruto de las vacunas, aunque debe pasar un tiempo prudente para volver a quitarnos esas máscaras y con confianza nos demos un abrazo. Porque lo más difícil de la pandemia es el reto que quedó latente en la vida de cada uno de nosotros: volver a conectar”, acotó Armando Pitre, joven ciudadano de Valledupar. Por su parte, Óscar Ruíz, un curumanilense de 21 años, concluyó: “Creo que los jóvenes somos los que más hemos sufrido en esta pandemia, sobre todo en el área emocional, dejándonos en un espiral de desesperación, angustia e incertidumbre, lo cual nos lleva a depositar toda nuestra confianza en la vacuna para que esta sea el vehículo que nos lleve de regreso a la normalidad”.
Por: Ketty Gutiérrez Maestre/EL PILÓN
El miedo y los mitos que circulan alrededor de la vacuna contra el coronavirus no han sido un obstáculo para que decaiga la confianza de los jóvenes por el biológico. Actualmente las personas mayores de 20 años celebran la apertura de vacunación de esa etapa.
El covid-19 ha provocado millones de muertes en todo el mundo y en Valledupar supera los 1.300 decesos; es por eso que los gobiernos han apostado por la vacunación como forma de frenar lo más rápido posible la propagación de este virus. Sin embargo existe desconfianza por una parte de la población debido a los posibles efectos secundarios y los mitos que circulan alrededor del biológico.
El pasado 14 de agosto el ministro de Salud, Fernando Ruíz, autorizó la apertura del quinquenio que comprende las edades de 20 a 24 años para que estas personas reciban su dosis contra el coronavirus y de esta forma ir retomando la normalidad.
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Aunque en la capital del Cesar aún no se ha dado inicio a esta nueva etapa por la falta de vacunas, son muchos los jóvenes que tienen puestas sus esperanzas en estas, sin importar el laboratorio del que procedan. Algunas personas de 20 años en adelante han optado por trasladarse a otros municipios del Cesar, incluso de La Guajira para recibir su biológico contra el virus.
Esta parte de la población señala que no existe una ‘solución mágica’ para salir de la pandemia, por tanto, hacen un llamado a la ciudadanía para que se apliquen la vacuna en los tiempos correspondientes. “Es irresponsabilidad tener la posibilidad de vacunarse y no hacerlo, aun cuando viven con niños pequeños o adultos mayores”, indicó un ciudadano.
Algunos jóvenes han mostrado aceptación y confianza en los biológicos contra el covid-19, considerando que las personas que retrasan o rechazan la vacunación representan un desafío creciente para el Cesar, que busca cerrar las brechas en materia de inmunización; sin embargo, el porcentaje de quienes no desean inmunizarse ha ido disminuyendo con el pasar del tiempo.
Elsy Baquero, nativa del municipio de La Paz, quien tiene 22 años, manifestó que ya se aplicó la primera dosis de Moderna y está a la espera de la segunda, pero pese a esto expresó que le genera desconfianza, pero “prefiero ponérmela y por lo menos estar 60 % segura de que si me da coronavirus sus síntomas serían menos fuertes”, acotó.
En tiempos pasados a los niños se les vacunaba contra de la fiebre amarilla, sarampión, viruela y demás enfermedades que se consideraban mortales. Los jóvenes de Valledupar indican que la vacuna contra el coronavirus es igual. “Las vacunas son necesarias y como todo medicamento tienen efectos secundarios. Apenas me toque el turno me vacuno, es un mal necesario. Prefiero tener cualquier malestar producido por la vacuna como dolor en el brazo y debilidad corporal y no que me de covid-19”, indicó Adiela Jiménez, joven residente del corregimiento Los Venados.
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El coronavirus ha restringido los abrazos, besos y visitas debido a su propagación, por ende, los biológicos en su contra se han convertido en la única esperanza para volver a ese tipo de socialización de manera rápida y segura y, sobre todo, después de un tiempo considerable, retirar las mascarillas de nuestros rostros.
“Debemos vacunarnos si algún día pretendemos volver la normalidad o por lo menos a quitarnos estas máscaras que tanta comunicación nos acorta. Claro que volveremos a la normalidad fruto de las vacunas, aunque debe pasar un tiempo prudente para volver a quitarnos esas máscaras y con confianza nos demos un abrazo. Porque lo más difícil de la pandemia es el reto que quedó latente en la vida de cada uno de nosotros: volver a conectar”, acotó Armando Pitre, joven ciudadano de Valledupar. Por su parte, Óscar Ruíz, un curumanilense de 21 años, concluyó: “Creo que los jóvenes somos los que más hemos sufrido en esta pandemia, sobre todo en el área emocional, dejándonos en un espiral de desesperación, angustia e incertidumbre, lo cual nos lleva a depositar toda nuestra confianza en la vacuna para que esta sea el vehículo que nos lleve de regreso a la normalidad”.
Por: Ketty Gutiérrez Maestre/EL PILÓN