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Editorial - 26 agosto, 2011

La creación de la Red de Reservas Naturales

Uno de los problemas más complejos que tiene el departamento del Cesar, es el relacionado con el tema ambiental. A pesar de ser un departamento joven, que inició su vida institucional con una riqueza de biodiversidad inconmensurable, consideradas por algunos un verdadero paraíso, hoy afronta una situación calamitosa, cuya magnitud consideramos que no ha sido […]

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Uno de los problemas más complejos que tiene el departamento del Cesar, es el relacionado con el tema ambiental. A pesar de ser un departamento joven, que inició su vida institucional con una riqueza de biodiversidad inconmensurable, consideradas por algunos un verdadero paraíso, hoy afronta una situación calamitosa, cuya magnitud consideramos que no ha sido bien comprendida por sus habitantes.
Sin que obedezca a un orden cronológico, ni a una jerarquía de importancia, el cultivo del algodón, los cultivos ilícitos, la colonización arbitraria, la ganadería extensiva y ahora la minería, entre otras explotaciones económicas, han generado ese panorama desolador que presenta el Cesar, en materia ambiental.
Para los ambientalistas, amantes del tema y expertos en el mismo, como también para algunas comunidades indígenas, se trata de una situación de violencia del cesarense con la madre naturaleza. En parte por desconocimiento, en parte por subsistencia, pero también por desidia, sin lugar a dudas.
Las cifras son elocuentes. En el Cesar se destinaron más de ciento veinte mil hectáreas al cultivo del algodón, acompañada del uso de agroquímicos que le hicieron un gran daño a nuestros suelos. Luego se desmontaron miles de hectáreas para dedicarlas a la ganadería extensiva; no existen cifras sobre las áreas que se desmontaron para sembrarlas de marihuana y otros narcóticos y se estima que el pasivo por reforestar por parte de las empresas mineras supera las 40 mil hectáreas.
En medio de ese panorama, surge un proyecto positivo, de largo alcance y con una misión encomiable: la Red de Reservas Naturales, presentada ayer a la sociedad cesarense en un sobrio y sencillo acto en el Auditorio de la Fundación Carboandes. La Red será presidida por el destacado abogado, folclorista y ambientalista, Tomás Darío Gutiérrez.
La Red de Reservas tiene como propósito contribuir a la conservación de los recursos naturales del Cesar, mediante la protección de las fuentes hídricas; la fauna, la flora, los bosques, el aire, los suelos; el fortalecimiento organizacional, la educación ambiental, comunicación, la promoción de sistemas productivos sustentables, entre otros componentes.
La  Red está integrada por la Fundación Carboandes, la Fundación Escuela Ambiental del Cesar, la Fundación Reserva Natural Los Tananeos, la Fundación Ecológica Los Besotes, y por Ernesto Altahona Suárez, Ernesto Altahona Castro, Carmen Rivera Ávila, José del Carmen Ropero y Manuel Montaño Taborda. Es una organización constituida de manera formal, mediante acta, que se regirá por una Asamblea General, un Consejo Directivo y un Director Ejecutivo, en cuyo cargo fue escogido como presidente del Consejo Directivo y a su vez Director Ejecutivo al ambientalista Tomás Darío Gutiérrez.
Es de destacar la presencia del director de Patrimonio Natural, Fondo para la Fondo para la Biodiversidad y Áreas Protegidas, Francisco Galán Sarmiento, durante al acto de presentación de la Red, y la gestión del Presidente de la Junta Directiva de la Fundación Carboandes, Rodolfo Quintero Romero.
Consideramos que la Red de Reservas Naturales del Cesar que acaba de constituirse requiere todo el apoyo del sector público, comenzando por las autoridades ambientales, del sector privado, del sector académico y de la misma comunidad organizada, para extenderla de manera efectiva a todos los 25 municipios del departamento del Cesar, e iniciar por medio de ella a resarcir parte del daño ambiental que ha sufrido nuestro territorio, y comenzar en serio la tarea de conocerlo, cuidarlo y conservarlo.
A pesar de todo lo ocurrido, todavía estamos a tiempo y es perentorio hacerlo, ahora con mayor razón ante el auge de la explotación minera que tomó de sorpresa país y ante la cual hemos sido inferior. Los cesarenses estamos llamados a contribuir a hacer realidad una explotación minera responsable en materia ambiental, fiscal y social.

Editorial
26 agosto, 2011

La creación de la Red de Reservas Naturales

Uno de los problemas más complejos que tiene el departamento del Cesar, es el relacionado con el tema ambiental. A pesar de ser un departamento joven, que inició su vida institucional con una riqueza de biodiversidad inconmensurable, consideradas por algunos un verdadero paraíso, hoy afronta una situación calamitosa, cuya magnitud consideramos que no ha sido […]


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Uno de los problemas más complejos que tiene el departamento del Cesar, es el relacionado con el tema ambiental. A pesar de ser un departamento joven, que inició su vida institucional con una riqueza de biodiversidad inconmensurable, consideradas por algunos un verdadero paraíso, hoy afronta una situación calamitosa, cuya magnitud consideramos que no ha sido bien comprendida por sus habitantes.
Sin que obedezca a un orden cronológico, ni a una jerarquía de importancia, el cultivo del algodón, los cultivos ilícitos, la colonización arbitraria, la ganadería extensiva y ahora la minería, entre otras explotaciones económicas, han generado ese panorama desolador que presenta el Cesar, en materia ambiental.
Para los ambientalistas, amantes del tema y expertos en el mismo, como también para algunas comunidades indígenas, se trata de una situación de violencia del cesarense con la madre naturaleza. En parte por desconocimiento, en parte por subsistencia, pero también por desidia, sin lugar a dudas.
Las cifras son elocuentes. En el Cesar se destinaron más de ciento veinte mil hectáreas al cultivo del algodón, acompañada del uso de agroquímicos que le hicieron un gran daño a nuestros suelos. Luego se desmontaron miles de hectáreas para dedicarlas a la ganadería extensiva; no existen cifras sobre las áreas que se desmontaron para sembrarlas de marihuana y otros narcóticos y se estima que el pasivo por reforestar por parte de las empresas mineras supera las 40 mil hectáreas.
En medio de ese panorama, surge un proyecto positivo, de largo alcance y con una misión encomiable: la Red de Reservas Naturales, presentada ayer a la sociedad cesarense en un sobrio y sencillo acto en el Auditorio de la Fundación Carboandes. La Red será presidida por el destacado abogado, folclorista y ambientalista, Tomás Darío Gutiérrez.
La Red de Reservas tiene como propósito contribuir a la conservación de los recursos naturales del Cesar, mediante la protección de las fuentes hídricas; la fauna, la flora, los bosques, el aire, los suelos; el fortalecimiento organizacional, la educación ambiental, comunicación, la promoción de sistemas productivos sustentables, entre otros componentes.
La  Red está integrada por la Fundación Carboandes, la Fundación Escuela Ambiental del Cesar, la Fundación Reserva Natural Los Tananeos, la Fundación Ecológica Los Besotes, y por Ernesto Altahona Suárez, Ernesto Altahona Castro, Carmen Rivera Ávila, José del Carmen Ropero y Manuel Montaño Taborda. Es una organización constituida de manera formal, mediante acta, que se regirá por una Asamblea General, un Consejo Directivo y un Director Ejecutivo, en cuyo cargo fue escogido como presidente del Consejo Directivo y a su vez Director Ejecutivo al ambientalista Tomás Darío Gutiérrez.
Es de destacar la presencia del director de Patrimonio Natural, Fondo para la Fondo para la Biodiversidad y Áreas Protegidas, Francisco Galán Sarmiento, durante al acto de presentación de la Red, y la gestión del Presidente de la Junta Directiva de la Fundación Carboandes, Rodolfo Quintero Romero.
Consideramos que la Red de Reservas Naturales del Cesar que acaba de constituirse requiere todo el apoyo del sector público, comenzando por las autoridades ambientales, del sector privado, del sector académico y de la misma comunidad organizada, para extenderla de manera efectiva a todos los 25 municipios del departamento del Cesar, e iniciar por medio de ella a resarcir parte del daño ambiental que ha sufrido nuestro territorio, y comenzar en serio la tarea de conocerlo, cuidarlo y conservarlo.
A pesar de todo lo ocurrido, todavía estamos a tiempo y es perentorio hacerlo, ahora con mayor razón ante el auge de la explotación minera que tomó de sorpresa país y ante la cual hemos sido inferior. Los cesarenses estamos llamados a contribuir a hacer realidad una explotación minera responsable en materia ambiental, fiscal y social.