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Historias - 23 marzo, 2022

La ‘comadre Sagrario’, la mujer de las parrandas con ‘frunas’ en Valledupar

El pasado 16 de marzo una enfermedad se llevó a la eternidad a María del Sagrario Cabarcas, una mujer que gozó de buena estima entre los artistas de la música vallenata por las parrandas que hacía en el patio de una vivienda. Esta es su historia.   

María del Sagrario Cabarcas con ‘Poncho’ Zuleta.
María del Sagrario Cabarcas con ‘Poncho’ Zuleta.
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Si no fuera por los tradicionales saludos en la música vallenata María Del Sagrario Cabarcas Macías habría quedado en el olvido en Valledupar. Fue el cantante ‘Poncho’ Zuleta quien, incentivado por el afecto que le tenía, la catapultó a la fama popular mediante las parrandas y canciones donde la nombraba como ‘La comadre Sagrario’.      

Uno de esos reconocimientos surgió en un disco publicado en 1984 donde dijo: “Bonito que estoy yo ahora, de a’onde mi comadre Tirsa a donde mi comadre Sagrario y viceversa”. Si algún foráneo hubiera escuchado la estrofa muy seguramente no le habría dado importancia, pero los amantes del vallenato sí; terminan aprendiéndosela y repitiéndola a todo pulmón al son que cantan los clásicos de la región.   

De ahí que María del Sagrario Cabarcas, de 69 años de edad, se convirtiera en una insignia del zuletismo, a tal punto que el ‘pulmón de oro’ le bautizó su hijo, Edinson Pinto Cabarcas. 

“Era una señora buena gente y muy conocida, hasta hice negocios con ella. Participé en varios eventos que hacían en el ‘Pakistán’ de la 23 donde participaba ‘Poncho’ Zuleta y ella asistía porque era muy amiga de él”, comentó el organizador de eventos conocido como ‘El Negro’ Solís.

EL OFICIO  

Pero la fama a la mujer, nacida en Plato, Magdalena, le llegó acompañada de otros oficios que le endilgaron como el de ser dueña de una casa de cita en Valledupar y de las parrandas que hacía en un inmueble ubicado en la transversal 24ª con diagonal 16B de la ciudad.  

Así lo recordaron varios personajes que se codeaban entre los artistas de la música vallenata y que con cautela mencionaron el tema. De hecho, esa misma prudencia manejaba María Del Sagrario Cabarcas Macías a la hora de hablar en la prensa, pese a que era reconocida por ser alegre, jocosa y muy conversadora.  

En el mes de abril del año 2016, Sagrario accedió a una entrevista con el entonces periodista de la sección de cultura de este medio de comunicación, Carlos Mario Jiménez, en la que dijo que ella a lo largo de su vida había tenido negocios de tienda, restaurante y estadero.  

Este último negocio fue el que se convirtió en el escenario predilecto del cantante ‘Poncho’ Zuleta para descansar de las largas giras musicales, además de otros artistas de la música vallenata y destacados profesionales.  

Es ‘vox populi’ en la tradición popular vallenata que el escenario era una especie de paraíso donde había trago, buena atención, inmuebles para descansar y hasta mujeres bonitas.

“En ese tiempo se hacía mucha parranda en los patios de las casas y ella predominó en esa época. La bulla de ‘Sagrario’ fue a partir de eso porque ella patrocinaba las parrandas de los músicos de antes que bebían en patios con mujeres y hacían sancocho”, comentó Joaco Guillén, exmanager de Diomedes Díaz.  

Sagrario se autodenominó como un puente de amoríos entre los que llegaban de visita a su negocio. Confesó que en una libreta anotaba números telefónicos de secretarias, enfermeras, estudiantes, ejecutivas y profesionales de la capital del Cesar que se le acercaban a pedirle que las tuviera en cuenta para conocer amigos.

“En la libreta guardaba el nombre de los amigos y amigas que llegaban a parrandear a la casa porque era un abrigo para todos, las parrandas eran normales y quienes quisieran enamorarse bueno; era un punto para que se conocieran y lo que pasaba de ahí en adelante era responsabilidad de ellos”, aseguró. 

A vox populi dicen que las féminas  que se le acercaban a Sagrario eran jóvenes, bonitas y fiesteras, algo así como las ‘frunas’, una denominación que recientemente dio el zuletismo para describir a las mujeres con estas características, estereotipo que ha sido rechazado por un sector de mujeres feministas.    

A las parrandas de Sagrario iban cantantes, políticos y ganaderos reconocidos.

LA PARTIDA 

Lo cierto es que la ‘comadre Sagrario’ gozó de buena  estima y reputación en Valledupar donde se le vio no solo con Poncho Zuleta sino también con reconocidos políticos, ganaderos y artistas del país tales como ‘Chichi’ Quintero, Rafael Escalona Martínez, Andrés Cepeda, entre otros. 

Sin embargo, los años pasaron y Sagrario se vio obligada por problemas personales a residenciarse con la familia en la ciudad de Barranquilla donde el pasado 16 de marzo falleció por una enfermedad terminal que tenía.  El primero en lamentar su muerte fue el máximo gestor de su reconocimiento y acogida, ‘Poncho’ Zuleta.   

Por Marllelys Salinas

[email protected]

Historias
23 marzo, 2022

La ‘comadre Sagrario’, la mujer de las parrandas con ‘frunas’ en Valledupar

El pasado 16 de marzo una enfermedad se llevó a la eternidad a María del Sagrario Cabarcas, una mujer que gozó de buena estima entre los artistas de la música vallenata por las parrandas que hacía en el patio de una vivienda. Esta es su historia.   


María del Sagrario Cabarcas con ‘Poncho’ Zuleta.
María del Sagrario Cabarcas con ‘Poncho’ Zuleta.
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Si no fuera por los tradicionales saludos en la música vallenata María Del Sagrario Cabarcas Macías habría quedado en el olvido en Valledupar. Fue el cantante ‘Poncho’ Zuleta quien, incentivado por el afecto que le tenía, la catapultó a la fama popular mediante las parrandas y canciones donde la nombraba como ‘La comadre Sagrario’.      

Uno de esos reconocimientos surgió en un disco publicado en 1984 donde dijo: “Bonito que estoy yo ahora, de a’onde mi comadre Tirsa a donde mi comadre Sagrario y viceversa”. Si algún foráneo hubiera escuchado la estrofa muy seguramente no le habría dado importancia, pero los amantes del vallenato sí; terminan aprendiéndosela y repitiéndola a todo pulmón al son que cantan los clásicos de la región.   

De ahí que María del Sagrario Cabarcas, de 69 años de edad, se convirtiera en una insignia del zuletismo, a tal punto que el ‘pulmón de oro’ le bautizó su hijo, Edinson Pinto Cabarcas. 

“Era una señora buena gente y muy conocida, hasta hice negocios con ella. Participé en varios eventos que hacían en el ‘Pakistán’ de la 23 donde participaba ‘Poncho’ Zuleta y ella asistía porque era muy amiga de él”, comentó el organizador de eventos conocido como ‘El Negro’ Solís.

EL OFICIO  

Pero la fama a la mujer, nacida en Plato, Magdalena, le llegó acompañada de otros oficios que le endilgaron como el de ser dueña de una casa de cita en Valledupar y de las parrandas que hacía en un inmueble ubicado en la transversal 24ª con diagonal 16B de la ciudad.  

Así lo recordaron varios personajes que se codeaban entre los artistas de la música vallenata y que con cautela mencionaron el tema. De hecho, esa misma prudencia manejaba María Del Sagrario Cabarcas Macías a la hora de hablar en la prensa, pese a que era reconocida por ser alegre, jocosa y muy conversadora.  

En el mes de abril del año 2016, Sagrario accedió a una entrevista con el entonces periodista de la sección de cultura de este medio de comunicación, Carlos Mario Jiménez, en la que dijo que ella a lo largo de su vida había tenido negocios de tienda, restaurante y estadero.  

Este último negocio fue el que se convirtió en el escenario predilecto del cantante ‘Poncho’ Zuleta para descansar de las largas giras musicales, además de otros artistas de la música vallenata y destacados profesionales.  

Es ‘vox populi’ en la tradición popular vallenata que el escenario era una especie de paraíso donde había trago, buena atención, inmuebles para descansar y hasta mujeres bonitas.

“En ese tiempo se hacía mucha parranda en los patios de las casas y ella predominó en esa época. La bulla de ‘Sagrario’ fue a partir de eso porque ella patrocinaba las parrandas de los músicos de antes que bebían en patios con mujeres y hacían sancocho”, comentó Joaco Guillén, exmanager de Diomedes Díaz.  

Sagrario se autodenominó como un puente de amoríos entre los que llegaban de visita a su negocio. Confesó que en una libreta anotaba números telefónicos de secretarias, enfermeras, estudiantes, ejecutivas y profesionales de la capital del Cesar que se le acercaban a pedirle que las tuviera en cuenta para conocer amigos.

“En la libreta guardaba el nombre de los amigos y amigas que llegaban a parrandear a la casa porque era un abrigo para todos, las parrandas eran normales y quienes quisieran enamorarse bueno; era un punto para que se conocieran y lo que pasaba de ahí en adelante era responsabilidad de ellos”, aseguró. 

A vox populi dicen que las féminas  que se le acercaban a Sagrario eran jóvenes, bonitas y fiesteras, algo así como las ‘frunas’, una denominación que recientemente dio el zuletismo para describir a las mujeres con estas características, estereotipo que ha sido rechazado por un sector de mujeres feministas.    

A las parrandas de Sagrario iban cantantes, políticos y ganaderos reconocidos.

LA PARTIDA 

Lo cierto es que la ‘comadre Sagrario’ gozó de buena  estima y reputación en Valledupar donde se le vio no solo con Poncho Zuleta sino también con reconocidos políticos, ganaderos y artistas del país tales como ‘Chichi’ Quintero, Rafael Escalona Martínez, Andrés Cepeda, entre otros. 

Sin embargo, los años pasaron y Sagrario se vio obligada por problemas personales a residenciarse con la familia en la ciudad de Barranquilla donde el pasado 16 de marzo falleció por una enfermedad terminal que tenía.  El primero en lamentar su muerte fue el máximo gestor de su reconocimiento y acogida, ‘Poncho’ Zuleta.   

Por Marllelys Salinas

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