La incultura, en medio de un evento cultural (mampana contradicción), es producto del empirismo que ya está quedando obsoleto; porque el empirismo fue muy bueno para nuestros juglares y su arte: ellos pusieron a fondo su talento natural para gestar esta cultura musical.
El músico empírico de hoy en día es hijo de la radio y de otros productos musicales, por lo que termina siendo mal acabado.
Para completar el desastre, los organizadores de los festivales tienen escasa comprensión para ver con claridad que los compositores somos la materia prima de la música vallenata. Y, a veces, las alcaldías de algunos pueblos, para no quedarse atrás en el rol de la incultura, si tienen 100 millones de pesos para fomentar la cultura en el municipio, contratan a conjuntos y se lo regalan al festival.
Hay organizadores plenamente convencidos de que los compositores no merecemos vivir dignamente de nuestro talento musical. Pero, ¿a qué van los artistas famosos a un festival? A facturar con las canciones de los compositores. Entonces, las juntas directivas de un festival, la alcaldía y los intérpretes conspiran para que el compositor no solo sea invisible, sino que tampoco se gane un peso en un evento en donde, sin las canciones, no habría festival.
En mi pueblo hay un lema que dice: “El folclor es cultura y Villanueva es la cuna”. Pero, créame, es una clara y palmaria falta de cultura no reconocer al creador de los éxitos.
Yo, como coordinador general del primer Festival Cuna de Acordeones, hice posible la realización de ese magno evento, pues a sus fundadores no les creían porque se cerraron a que debía llamarse “El Festival de la Piedra”. Gracias al doctor Román Gómez, al difunto ‘Pájaro’ Pareja, a Julio de la Rosa Insignares y a la jovencita Faride Socarrás, logramos el cambio de nombre. Pero nunca he podido ganarme algo honroso en el festival. Tampoco logré que se creara la Noche de los Nuestros, ni que se incluyera a dos o tres compositores en la parrilla de presentaciones.
El Festival Francisco El Hombre me invitó junto a tres compositores al lado de Carlos Vives. Con eso dijo: ¡Aquí los compositores valen! ¡Viva el Festival Francisco El Hombre!
En mi pueblo, de nada me sirve ser El Poeta de Villanueva.
La verdad es que ya casi no queda pueblo de la Costa en donde yo no haya estado. Todo me lo he ganado con el talento que Dios me dio. Algún día un alcalde de mi pueblo me lo reconocerá con una nueva directiva.
Por: Rosendo Romero Ospino.












