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Columnista - 8 mayo, 2024

La alegría de los ‘petristes’

Un buen amigo, cada vez que puede, me pregunta burlescamente que para cuándo mi nombramiento como ministro, por un lado, apaciguando con sarcasmos lafrustración electoral de los poderosos a quienes endiosa con su tributo político y por otro, restringiendo el alcance real de la eficacia del voto a la simplista consecución de un empleo.  En un escenario más general, algunos se duelen de las olvidadas bases populares, que como febriles misioneros enarbolamos el mensaje progresista de la reivindicación de los derechos, logrando la épica victoria electoral después de 200 años de […]

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Un buen amigo, cada vez que puede, me pregunta burlescamente que para cuándo mi nombramiento como ministro, por un lado, apaciguando con sarcasmos lafrustración electoral de los poderosos a quienes endiosa con su tributo político y por otro, restringiendo el alcance real de la eficacia del voto a la simplista consecución de un empleo. 

En un escenario más general, algunos se duelen de las olvidadas bases populares, que como febriles misioneros enarbolamos el mensaje progresista de la reivindicación de los derechos, logrando la épica victoria electoral después de 200 años de sometimiento.

Todo porque quienes hoy saborean las mieles del poder salen a marchar contra el gobierno y los funcionarios de alto nivel que visitan las regiones, lo hacen acompañados de quienes jamás votarán por un proyecto político progresista,así hoy habilidosamente les hagan caritas amables que solo persigue extraer la savia de su supervivencia política, a expensas de nuestro aniquilamiento electoral.  

Lapidariamente dicen que “los funcionarios del gobierno nacional están cavando la fosa de todos con nuestros propios enterradores”.

Frente a este paisaje se ha generalizado el despectivo remoquete de ‘petristes’ para referirse a los seguidores del presidente Gustavo Petro. Nos etiquetan como esa gran masaamorfa que desilusionada, ve cómo su atrevimiento políticose pierde en las fauces contrarias.

Lo que no tienen en cuenta al momento de nivelar nuestra convicción política con el clientelista esquema de repartir un botín colectivo al mejor estilo bucanero, es que la ambición económica a expensas de los recursos públicos, no hace parte del ideario político de quienes soñamos con las oportunidades para todos y preferimos estar al lado de quienes defienden sus derechos y no sus privilegios.

Nuestro criterio ideológico va un poco más allá de llenar individualmente nuestra barriga. Sí reclamamos los espacios políticos que permitan aterrizar en los territorios la propuesta programática por la que todos luchamos. Sí castigamos a quienes naufragan en el fango de la corrupción. Sí queremos ayudar a estructurar el cambio que nos haga un país mejor.

Pero nuestra alegría supera lo circunstancial, preferimos sentirla cuando el periódico El Tiempo dice que la pobreza multidimensional en Colombia cayó al 12,1 % por intervención del actual gobierno o que el pasado fin de semana se entregaron 6.000 hectáreas de tierra a los campesinos o que en nuestro departamento se firmarán 50 convenios para mejorar vías terciarias o que en La Guajira se redujo la mortalidad infantil en un 56 % y la materna en un 20 % o que en los últimos seis meses se incautaron 120 toneladas de cocaína, en contra del narco Estado que con dineros calientes le quita oportunidades a la inteligencia y la sensibilidad social.

Así que mis amigos, no se preocupen que nuestra permanencia en el progresismo es independiente a lo que publique la revista Semana o RCN. No nos empalagamoscon las sobras de la mesa de los poderosos, ni jamás seremos sus bufones, alardeando una inexistente superioridad. En algún momento la historia otorgará a cada quien lo que realmente merece. Fuerte abrazo.

Por ANTONIO MARÍA ARAÚJO CALDERÓN

@antoniomariaA

[email protected]

Columnista
8 mayo, 2024

La alegría de los ‘petristes’

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Antonio María Araujo

Un buen amigo, cada vez que puede, me pregunta burlescamente que para cuándo mi nombramiento como ministro, por un lado, apaciguando con sarcasmos lafrustración electoral de los poderosos a quienes endiosa con su tributo político y por otro, restringiendo el alcance real de la eficacia del voto a la simplista consecución de un empleo.  En un escenario más general, algunos se duelen de las olvidadas bases populares, que como febriles misioneros enarbolamos el mensaje progresista de la reivindicación de los derechos, logrando la épica victoria electoral después de 200 años de […]


Un buen amigo, cada vez que puede, me pregunta burlescamente que para cuándo mi nombramiento como ministro, por un lado, apaciguando con sarcasmos lafrustración electoral de los poderosos a quienes endiosa con su tributo político y por otro, restringiendo el alcance real de la eficacia del voto a la simplista consecución de un empleo. 

En un escenario más general, algunos se duelen de las olvidadas bases populares, que como febriles misioneros enarbolamos el mensaje progresista de la reivindicación de los derechos, logrando la épica victoria electoral después de 200 años de sometimiento.

Todo porque quienes hoy saborean las mieles del poder salen a marchar contra el gobierno y los funcionarios de alto nivel que visitan las regiones, lo hacen acompañados de quienes jamás votarán por un proyecto político progresista,así hoy habilidosamente les hagan caritas amables que solo persigue extraer la savia de su supervivencia política, a expensas de nuestro aniquilamiento electoral.  

Lapidariamente dicen que “los funcionarios del gobierno nacional están cavando la fosa de todos con nuestros propios enterradores”.

Frente a este paisaje se ha generalizado el despectivo remoquete de ‘petristes’ para referirse a los seguidores del presidente Gustavo Petro. Nos etiquetan como esa gran masaamorfa que desilusionada, ve cómo su atrevimiento políticose pierde en las fauces contrarias.

Lo que no tienen en cuenta al momento de nivelar nuestra convicción política con el clientelista esquema de repartir un botín colectivo al mejor estilo bucanero, es que la ambición económica a expensas de los recursos públicos, no hace parte del ideario político de quienes soñamos con las oportunidades para todos y preferimos estar al lado de quienes defienden sus derechos y no sus privilegios.

Nuestro criterio ideológico va un poco más allá de llenar individualmente nuestra barriga. Sí reclamamos los espacios políticos que permitan aterrizar en los territorios la propuesta programática por la que todos luchamos. Sí castigamos a quienes naufragan en el fango de la corrupción. Sí queremos ayudar a estructurar el cambio que nos haga un país mejor.

Pero nuestra alegría supera lo circunstancial, preferimos sentirla cuando el periódico El Tiempo dice que la pobreza multidimensional en Colombia cayó al 12,1 % por intervención del actual gobierno o que el pasado fin de semana se entregaron 6.000 hectáreas de tierra a los campesinos o que en nuestro departamento se firmarán 50 convenios para mejorar vías terciarias o que en La Guajira se redujo la mortalidad infantil en un 56 % y la materna en un 20 % o que en los últimos seis meses se incautaron 120 toneladas de cocaína, en contra del narco Estado que con dineros calientes le quita oportunidades a la inteligencia y la sensibilidad social.

Así que mis amigos, no se preocupen que nuestra permanencia en el progresismo es independiente a lo que publique la revista Semana o RCN. No nos empalagamoscon las sobras de la mesa de los poderosos, ni jamás seremos sus bufones, alardeando una inexistente superioridad. En algún momento la historia otorgará a cada quien lo que realmente merece. Fuerte abrazo.

Por ANTONIO MARÍA ARAÚJO CALDERÓN

@antoniomariaA

[email protected]