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Columnista - 24 marzo, 2013

La agenda legislativa del agro

Definitivamente Colombia es un país de contradicciones. Aunque la Constitución Política establece en su artículo 114, que es al Congreso a quien le corresponde hacer las leyes y ejercer el control político sobre el gobierno

Boton Wpp

Por: Indalecio Dangond

 

Definitivamente Colombia es un país de contradicciones. Aunque la Constitución Política establece en su artículo 114, que es al Congreso a quien le corresponde hacer las leyes y ejercer el control político sobre el gobierno, pareciera que fueran las FARC las que estuviera ejerciendo esa función. Ni siquiera el paro cafetero logró que los 13 senadores y 19 representantes que integran las Comisiones Quinta de Cámara y Senado, se conmovieran y anunciaran una revisión a los programas e instrumentos de ayuda al sector agropecuario, además de un control a la gestión del ministro del ramo y los directores de las entidades adscritas y vinculadas al ministerio.

 

La Comision Quinta del Congreso, no debiera destacarse unicamente por los debates de control politico que juiciosamente realiza el Senador Jorge Enrique Robledo. Así como los congresistas Roy Barreras e Ivan Cepeda -sin tener conocimientos sobre el agro- andan socializando una reforma agraria propuesta por la guerrilla de las FARC en el marco del proceso de paz en Cuba, los congresistas de las Comisiones Quinta de Senado y Camara, debieran liderar con los gremios de la producción y los empresarios del campo –actores legítimos-, el diseño de unos instrumentos estatales que fomenten la productividad, la competitividad y la eficiencia en la gestión.

Serían medidas que otorgen confianza y seguridad a los productores y crearían una adecuada institucionalidad que permita corregir oportunamente las distorsiones de los mercados internos y externos, con el fin de generar reales condiciones de igualdad y oportunidades a nuestros campesinos.

 

Durante las últimas dos décadas, los actuales programas de fomento al agro, han tenido una sucesion de frustraciones y un descomunal derroche de recursos públicos que han servido más para alimentar el clientelismo político y el aparato burocratico, que para solucionar los problemas concretos de los productores del campo.

 

Es tiempo que los congresistas estudien la implementacion de un nuevo sistema de adjudicación de tierras que introduzca a la titulacion del predio, un paquete tecnológico para el cultivo a desarrollar, el credito pre-aprobado y una capacitación en buenas practicas agrícolas y ganaderas al beneficiario. Bajo estos criterios, los campesinos estarán en condiciones anímicas, materiales y financieras de producir alimentos suficientes para sus familias y el mercado local, incrementando sus ingresos y rompiendo el círculo vicioso de la pobreza.

 

Es hora de remplazar el obsoleto Servicio de Asistencia Tecnica Rural prestado por las alcaldias municipales, por uno de extensión agrícola a través del SENA, apoyado en un 100% con fondos provistos por el Gobierno Nacional, estableciendo centros de atención en las escuelas agropecuarias de los municipios. Con ello, reducimos costos, logramos mayor cobertura y calidad del servicio.

 

Para lograr importantes avances en los proyectos de riego, es imperioso sacar del Incoder el fracasado manejo de los distritos de riego y plantear la creación de un sistema nacional de presas y canales de irrigación que proporcione agua a precios subsidiados a los agricultores. Con este esquema, en los Estados Unidos se cosecha el 18% del algodón, el 14% de su cebada, el 12% del arroz y el 3% del trigo.

 

Otros temas de gran relevancia en la agenda legislativa, son la modificacion del marco regulatorio de los organismos vivos modificados –OVM-, para facilitar el acceso oportuno de semillas genéticamente modificadas resistentes a plagas. El problema de los altos costos de los insumos agrícolas, que está suplicando un sistema regulatorio de precios que proteja al productor. La urgencia de fusionar los escasos incentivos del ICR y CIF en un incentivo que reduzca la tasa de interés del credito rural y la liberación de las importaciones de maquinaria agrícola usada.

 

Señores Congresistas ustedes tienen una responsabilidad con sus constituyentes. Ojalá sean conscientes de que si adoptamos las anteriores medidas, podríamos reducir en por lo menos un 35% los costos de producción e incrementar en un porcentaje igual, los ingresos de los productores del campo. La agenda legislativa del agro está servida, sólo necesitamos voluntad politica y un poco más de trabajo.

 

 

Columnista
24 marzo, 2013

La agenda legislativa del agro

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Indalecio Dangond Baquero

Definitivamente Colombia es un país de contradicciones. Aunque la Constitución Política establece en su artículo 114, que es al Congreso a quien le corresponde hacer las leyes y ejercer el control político sobre el gobierno


Por: Indalecio Dangond

 

Definitivamente Colombia es un país de contradicciones. Aunque la Constitución Política establece en su artículo 114, que es al Congreso a quien le corresponde hacer las leyes y ejercer el control político sobre el gobierno, pareciera que fueran las FARC las que estuviera ejerciendo esa función. Ni siquiera el paro cafetero logró que los 13 senadores y 19 representantes que integran las Comisiones Quinta de Cámara y Senado, se conmovieran y anunciaran una revisión a los programas e instrumentos de ayuda al sector agropecuario, además de un control a la gestión del ministro del ramo y los directores de las entidades adscritas y vinculadas al ministerio.

 

La Comision Quinta del Congreso, no debiera destacarse unicamente por los debates de control politico que juiciosamente realiza el Senador Jorge Enrique Robledo. Así como los congresistas Roy Barreras e Ivan Cepeda -sin tener conocimientos sobre el agro- andan socializando una reforma agraria propuesta por la guerrilla de las FARC en el marco del proceso de paz en Cuba, los congresistas de las Comisiones Quinta de Senado y Camara, debieran liderar con los gremios de la producción y los empresarios del campo –actores legítimos-, el diseño de unos instrumentos estatales que fomenten la productividad, la competitividad y la eficiencia en la gestión.

Serían medidas que otorgen confianza y seguridad a los productores y crearían una adecuada institucionalidad que permita corregir oportunamente las distorsiones de los mercados internos y externos, con el fin de generar reales condiciones de igualdad y oportunidades a nuestros campesinos.

 

Durante las últimas dos décadas, los actuales programas de fomento al agro, han tenido una sucesion de frustraciones y un descomunal derroche de recursos públicos que han servido más para alimentar el clientelismo político y el aparato burocratico, que para solucionar los problemas concretos de los productores del campo.

 

Es tiempo que los congresistas estudien la implementacion de un nuevo sistema de adjudicación de tierras que introduzca a la titulacion del predio, un paquete tecnológico para el cultivo a desarrollar, el credito pre-aprobado y una capacitación en buenas practicas agrícolas y ganaderas al beneficiario. Bajo estos criterios, los campesinos estarán en condiciones anímicas, materiales y financieras de producir alimentos suficientes para sus familias y el mercado local, incrementando sus ingresos y rompiendo el círculo vicioso de la pobreza.

 

Es hora de remplazar el obsoleto Servicio de Asistencia Tecnica Rural prestado por las alcaldias municipales, por uno de extensión agrícola a través del SENA, apoyado en un 100% con fondos provistos por el Gobierno Nacional, estableciendo centros de atención en las escuelas agropecuarias de los municipios. Con ello, reducimos costos, logramos mayor cobertura y calidad del servicio.

 

Para lograr importantes avances en los proyectos de riego, es imperioso sacar del Incoder el fracasado manejo de los distritos de riego y plantear la creación de un sistema nacional de presas y canales de irrigación que proporcione agua a precios subsidiados a los agricultores. Con este esquema, en los Estados Unidos se cosecha el 18% del algodón, el 14% de su cebada, el 12% del arroz y el 3% del trigo.

 

Otros temas de gran relevancia en la agenda legislativa, son la modificacion del marco regulatorio de los organismos vivos modificados –OVM-, para facilitar el acceso oportuno de semillas genéticamente modificadas resistentes a plagas. El problema de los altos costos de los insumos agrícolas, que está suplicando un sistema regulatorio de precios que proteja al productor. La urgencia de fusionar los escasos incentivos del ICR y CIF en un incentivo que reduzca la tasa de interés del credito rural y la liberación de las importaciones de maquinaria agrícola usada.

 

Señores Congresistas ustedes tienen una responsabilidad con sus constituyentes. Ojalá sean conscientes de que si adoptamos las anteriores medidas, podríamos reducir en por lo menos un 35% los costos de producción e incrementar en un porcentaje igual, los ingresos de los productores del campo. La agenda legislativa del agro está servida, sólo necesitamos voluntad politica y un poco más de trabajo.