Desde Valledupar, el asesor para la política de humanización en salud de la cartera nacional explicó cómo lograr este objetivo desde dos racionalidades: la moral y la instrumental.
Durante el V Congreso Nacional de Humanización en Salud que tuvo sede en Valledupar este lunes, el asesor para la política de humanización en salud y de la Oficina de Calidad del Ministerio de Salud y Protección Social, Carlos Antonio Botero, dictó una conferencia titulada ‘Filosofía contemporánea de la humanización en salud para los retos de una política pública’ desde el auditorio Macondo de la Fundación Universitaria del Área Andina.
El funcionario explicó que cada persona trata la humanización de una manera distinta, pero humanizar tiene que ver con mejorar las condiciones de la especie humana y eso requiere acción, y en el caso de construir una política de ese tipo es necesario comprender dos conceptos.
El primero es la racionalidad de la moral universal, es decir, “la moral es la intuición acerca del daño, del daño que podemos recibir, que podemos que podemos hacer y del año que podemos evitar”, expresó Botero. El otro concepto es el de la racionalidad instrumental, el cual involucra a las instituciones como tal, sus normas y compromisos.
Según el doctor en Medicina, ambas racionalidades se pueden juntar si los profesionales de la salud tienen disposición y acción solidaria porque las virtudes humanas no se pueden imponer.
“La disposición y acción solidaria es de naturaleza humana, no hay un ser humano que no se haya dado cuenta que solo no vale la pena existir, que yo no soy, ‘yo somos’”, expresó. Esa acción solidaria derivaría en que las personas sean capaces de identificar que las personas tienen necesidades, y eso se logra, de acuerdo con el experto, “desde esa bondad natural de quien intuye el daño” y brinda los cuidados.
“Aquellos tiempos en los que el médico era el que atendía y la enfermera o la tatarabuela la que cuidaba, tiene que pasar a la prehistoria, aquí tenemos que cuidarnos todos, incluso el paciente a su médico lo cuida, o nos empezamos a cuidar todos o se nos perdió el tiempo”, reflexionó el conferencista de temas éticos, anotando que los cuidados son beneficiosos en la medida en que permiten una vida saludable.
Desde Valledupar, el asesor para la política de humanización en salud de la cartera nacional explicó cómo lograr este objetivo desde dos racionalidades: la moral y la instrumental.
Durante el V Congreso Nacional de Humanización en Salud que tuvo sede en Valledupar este lunes, el asesor para la política de humanización en salud y de la Oficina de Calidad del Ministerio de Salud y Protección Social, Carlos Antonio Botero, dictó una conferencia titulada ‘Filosofía contemporánea de la humanización en salud para los retos de una política pública’ desde el auditorio Macondo de la Fundación Universitaria del Área Andina.
El funcionario explicó que cada persona trata la humanización de una manera distinta, pero humanizar tiene que ver con mejorar las condiciones de la especie humana y eso requiere acción, y en el caso de construir una política de ese tipo es necesario comprender dos conceptos.
El primero es la racionalidad de la moral universal, es decir, “la moral es la intuición acerca del daño, del daño que podemos recibir, que podemos que podemos hacer y del año que podemos evitar”, expresó Botero. El otro concepto es el de la racionalidad instrumental, el cual involucra a las instituciones como tal, sus normas y compromisos.
Según el doctor en Medicina, ambas racionalidades se pueden juntar si los profesionales de la salud tienen disposición y acción solidaria porque las virtudes humanas no se pueden imponer.
“La disposición y acción solidaria es de naturaleza humana, no hay un ser humano que no se haya dado cuenta que solo no vale la pena existir, que yo no soy, ‘yo somos’”, expresó. Esa acción solidaria derivaría en que las personas sean capaces de identificar que las personas tienen necesidades, y eso se logra, de acuerdo con el experto, “desde esa bondad natural de quien intuye el daño” y brinda los cuidados.
“Aquellos tiempos en los que el médico era el que atendía y la enfermera o la tatarabuela la que cuidaba, tiene que pasar a la prehistoria, aquí tenemos que cuidarnos todos, incluso el paciente a su médico lo cuida, o nos empezamos a cuidar todos o se nos perdió el tiempo”, reflexionó el conferencista de temas éticos, anotando que los cuidados son beneficiosos en la medida en que permiten una vida saludable.