MEDIO AMBIENTE Por: Hernán Maestre Martínez Valledupar, Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar. Hagamos causa común para que el Embalse de Besotes sea una realidad, es agua para la vida, en Valledupar, La Paz y San Diego. Se ha comprobado que las actividades humanas están causando […]
MEDIO AMBIENTE
Por: Hernán Maestre Martínez
Valledupar, Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar. Hagamos causa común para que el Embalse de Besotes sea una realidad, es agua para la vida, en Valledupar, La Paz y San Diego.
Se ha comprobado que las actividades humanas están causando el cambio climático. Acudiendo a la historia, en 1988 la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), dos organizaciones de las Naciones Unidas con la aprobación de los gobiernos de todo el mundo, crearon el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Tras la fundación de este grupo, más de 160 países firmaron la Convención Marco sobre el Cambio Climático en 1992, en Río de Janeiro, durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), la cual tenía la función de consolidar los acuerdos internacionales sobre cuestiones atinentes al cambio climático. Desde entonces, IPCC ha celebrado la Conferencia Anual de las Partes (COP), REUNIONES QUE EVALÚAN LA RESPONSABILIDAD DE LOS SERES HUMANOS EN EL CAMBIO DEL CLIMA y que, en el supuesto de que las actividades de calentamiento global continúen, proponen acciones de mitigación y adaptación que limiten los impactos del cambio climático.
Dado que los gobiernos son las partes en las reuniones del COP, son los responsables de forjar y ratificar los acuerdos, el IPCC puede exigirles el fomento de la investigación del clima en un intento por lograr cierta coherencia entre la evidencia histórica y el grado en que los modelos pueden analizar con precisión las condiciones actuales a partir de los datos del pasado. La misión más importante del IPCC es la de examinar la labor de los científicos de todo el mundo incluyendo a climatólogos, meteorólogos, químicos atmosféricos y oceanógrafos, y publicar periódicamente sus conclusiones en los informes de evaluación; el último de estos, se publicó en 2007.
El Protocolo de Kioto nació como resultado de una Conferencia de las Partes (COP), celebrada en Japón, en diciembre de 1997; en esa época, el proceso se centró en los Estados Unidos, entonces, mayor emisor mundial de gases de efecto invernadero, país que estuvo de acuerdo en firmar. Dos años después, en la reunión de la COP, en Buenos Aires en 1999, los países participantes cedieron después de muchas deliberaciones, que los países desarrollados, entre ellos los Estados Unidos, Australia y Japón, deberían comprometerse a una reducción del 5,2% en sus emisiones de gases de efecto invernadero, en comparación con un inventario de misiones que se realizó en cada país, tomando 1990 como línea de base. Los países participantes tenían que cumplir su compromiso, a más tardar, para el año 2012.
Sin embargo, el Protocolo sólo podría ser obligatorio cuando una cantidad de países industrializados, equivalente al 55% del total mundial de las emisiones generadas por el hombre, hubiesen ratificado. Lo peor ocurrió cuatro años después del nacimiento del Protocolo, cuando EE. UU. y Australia se retractaron; parecía poco probable que el Protocolo de Kioto pudiese sobrevivir al menos lo suficiente como para volverse obligatorio para sus signatarios. Rusia fue la clave para la resolución del problema. Debido a la grave disminución de su economía después del año de la referencia 1990, así como al cierre de viejas e ineficientes fábricas y centrales eléctricas. En consecuencia, la ratificación del Protocolo, le permitió a Rusia participar legalmente en el convenio de carbono y obtener los créditos mencionados simplemente con la diferencia entre sus emisiones reales y las permitidas.
A pesar de la insistencia de EE. UU., en no ratificar el Protocolo y a la presión de la Unión Europea para que lo hiciera, Rusia con el 17% de las emisiones mundiales finalmente logró ratificar el acuerdo en el 2005, al completar el 55% del total de los países comprometidos. 90 días después, el Tratado entró en rigor correctamente y los firmantes se comprometieron a reducir las emisiones de 6 gases de efectos invernaderos claves, para un promedio de 5,2% por debajo de los niveles de 1990, antes del año 2012. Los países que no cumplan con los objetivos se enfrentarán a sanciones y tendrán la obligación de hacer recortes más profundos en el futuro.
(En la próxima columna continuaremos tratando este tema).
NOTAS BREVES:
* Los cambios en el clima que estamos observando son una manifestación poderosa de que los seres humanos de todo el planeta vivimos cada vez más allá de nuestros medios y podemos llevarlo al colapso.
MEDIO AMBIENTE Por: Hernán Maestre Martínez Valledupar, Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar. Hagamos causa común para que el Embalse de Besotes sea una realidad, es agua para la vida, en Valledupar, La Paz y San Diego. Se ha comprobado que las actividades humanas están causando […]
MEDIO AMBIENTE
Por: Hernán Maestre Martínez
Valledupar, Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar. Hagamos causa común para que el Embalse de Besotes sea una realidad, es agua para la vida, en Valledupar, La Paz y San Diego.
Se ha comprobado que las actividades humanas están causando el cambio climático. Acudiendo a la historia, en 1988 la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), dos organizaciones de las Naciones Unidas con la aprobación de los gobiernos de todo el mundo, crearon el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Tras la fundación de este grupo, más de 160 países firmaron la Convención Marco sobre el Cambio Climático en 1992, en Río de Janeiro, durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), la cual tenía la función de consolidar los acuerdos internacionales sobre cuestiones atinentes al cambio climático. Desde entonces, IPCC ha celebrado la Conferencia Anual de las Partes (COP), REUNIONES QUE EVALÚAN LA RESPONSABILIDAD DE LOS SERES HUMANOS EN EL CAMBIO DEL CLIMA y que, en el supuesto de que las actividades de calentamiento global continúen, proponen acciones de mitigación y adaptación que limiten los impactos del cambio climático.
Dado que los gobiernos son las partes en las reuniones del COP, son los responsables de forjar y ratificar los acuerdos, el IPCC puede exigirles el fomento de la investigación del clima en un intento por lograr cierta coherencia entre la evidencia histórica y el grado en que los modelos pueden analizar con precisión las condiciones actuales a partir de los datos del pasado. La misión más importante del IPCC es la de examinar la labor de los científicos de todo el mundo incluyendo a climatólogos, meteorólogos, químicos atmosféricos y oceanógrafos, y publicar periódicamente sus conclusiones en los informes de evaluación; el último de estos, se publicó en 2007.
El Protocolo de Kioto nació como resultado de una Conferencia de las Partes (COP), celebrada en Japón, en diciembre de 1997; en esa época, el proceso se centró en los Estados Unidos, entonces, mayor emisor mundial de gases de efecto invernadero, país que estuvo de acuerdo en firmar. Dos años después, en la reunión de la COP, en Buenos Aires en 1999, los países participantes cedieron después de muchas deliberaciones, que los países desarrollados, entre ellos los Estados Unidos, Australia y Japón, deberían comprometerse a una reducción del 5,2% en sus emisiones de gases de efecto invernadero, en comparación con un inventario de misiones que se realizó en cada país, tomando 1990 como línea de base. Los países participantes tenían que cumplir su compromiso, a más tardar, para el año 2012.
Sin embargo, el Protocolo sólo podría ser obligatorio cuando una cantidad de países industrializados, equivalente al 55% del total mundial de las emisiones generadas por el hombre, hubiesen ratificado. Lo peor ocurrió cuatro años después del nacimiento del Protocolo, cuando EE. UU. y Australia se retractaron; parecía poco probable que el Protocolo de Kioto pudiese sobrevivir al menos lo suficiente como para volverse obligatorio para sus signatarios. Rusia fue la clave para la resolución del problema. Debido a la grave disminución de su economía después del año de la referencia 1990, así como al cierre de viejas e ineficientes fábricas y centrales eléctricas. En consecuencia, la ratificación del Protocolo, le permitió a Rusia participar legalmente en el convenio de carbono y obtener los créditos mencionados simplemente con la diferencia entre sus emisiones reales y las permitidas.
A pesar de la insistencia de EE. UU., en no ratificar el Protocolo y a la presión de la Unión Europea para que lo hiciera, Rusia con el 17% de las emisiones mundiales finalmente logró ratificar el acuerdo en el 2005, al completar el 55% del total de los países comprometidos. 90 días después, el Tratado entró en rigor correctamente y los firmantes se comprometieron a reducir las emisiones de 6 gases de efectos invernaderos claves, para un promedio de 5,2% por debajo de los niveles de 1990, antes del año 2012. Los países que no cumplan con los objetivos se enfrentarán a sanciones y tendrán la obligación de hacer recortes más profundos en el futuro.
(En la próxima columna continuaremos tratando este tema).
NOTAS BREVES:
* Los cambios en el clima que estamos observando son una manifestación poderosa de que los seres humanos de todo el planeta vivimos cada vez más allá de nuestros medios y podemos llevarlo al colapso.