Colombia es un país lleno de burocracia inútil e inoficiosa. Aquí se habla de reformas de todo tipo: reforma tributaria, reforma laboral, reforma a la salud, reforma pensional, reforma a la justicia, entre otras. Históricamente ha pasado de agache una reforma necesaria y vital para la sostenibilidad fiscal del país: la reforma al gasto público. […]
Colombia es un país lleno de burocracia inútil e inoficiosa. Aquí se habla de reformas de todo tipo: reforma tributaria, reforma laboral, reforma a la salud, reforma pensional, reforma a la justicia, entre otras.
Históricamente ha pasado de agache una reforma necesaria y vital para la sostenibilidad fiscal del país: la reforma al gasto público. Se necesita recortar nómina estatal que se dedica a parasitar con los recursos de todos los contribuyentes. Así de simple.
La situación económica actual y la clase política han obligado a muchos actores económicos a recortar su capacidad de contratación: empresarios, trabajadores, clase medias, pensionados, comerciantes, entre otros, se han visto en la necesidad de recortar procesos de contratación mientras el Estado se dedica a parasitar, a incrementar nóminas y a despilfarrar con la plata ajena.
Hay mucho parásito en el Estado sin carrera administrativa, sin haber pasado por concurso de méritos y sin suficientes criterios académicos y trayectoria para estar devengando plata de los contribuyentes. ¡Hay que acabar con ellos!
Contratistas que solo sirven para pasar cuentas de cobro, dueños de corbatas de libre nombramiento y remoción sin funciones relevantes, parásitos que se dedican únicamente a estorbar y a cobrar sueldo hasta llegar a la edad de pensión, y, en fin, todo un grupo de sanguijuelas que están desangrando las finanzas del país. ¡Con esos no hay reforma tributaria que valga!
Ninguna reforma tributaria, laboral o pensional será suficiente si no se controla el gasto público, ya basta de rifar puestos y contratos como si fueran meriendas. Esto se tiene que acabar.
En países con verdadera vocación capitalista se respeta y se mantiene al límite el Crowding Out o Efecto Expulsión. Ahora bien, mis estimados lectores, ¿qué es eso del Crowding Out o Efecto Expulsión? Lo explicaré sencillo porque, a diferencia de otros que vienen a estos espacios a posar de eruditos ininteligibles, a mí me gusta escribir claro para que todos me entiendan.
El Crowding Out o Efecto Expulsión es un fenómeno económico que sostiene que el empleo público y el empleo privado son sustitutos, no complementarios. De tal forma que los incrementos inoficiosos y desproporcionados en las nóminas del gobierno reflejan una fuerte caída en las nóminas del sector privado. El efecto Crowding Out está respaldado por la ciencia económica y por la realidad que más fuerte golpea: el bolsillo de la ciudadanía.
Aquí hay muchos ingenuos que hablan de capitalismo y los he visto parasitando siempre con puestos y contratos públicos a dedo: podrían vivir perfectamente en Cuba, Argentina o Venezuela con esos mismos beneficios que tienen los enchufados a esos gobiernos.
El gobierno de Colombia está desangrando las finanzas de la ciudadanía con tanta burocracia estatal. Les pongo el vivo ejemplo de la estúpida burocracia del Ministerio de Cultura, organismo cuya extensa nómina cuenta con dos viceministros y un ejército de flojos contratistas puestos a dedo con favores políticos. Así no hay plata que alcance.
Por último, les dejo esta reflexión: ¿ustedes quieren diferenciar la fuerza laboral de un lugar con riqueza y la de un lugar pobre? Es muy sencillo, observen la extensión de las nóminas públicas con relación a las nóminas privadas, si las nóminas del sector público son más grandes que las nóminas del sector privado, ese pueblo es pobre. Compruébenlo ustedes mismos y me cuentan qué tal les va con el análisis. Hasta la próxima.
Colombia es un país lleno de burocracia inútil e inoficiosa. Aquí se habla de reformas de todo tipo: reforma tributaria, reforma laboral, reforma a la salud, reforma pensional, reforma a la justicia, entre otras. Históricamente ha pasado de agache una reforma necesaria y vital para la sostenibilidad fiscal del país: la reforma al gasto público. […]
Colombia es un país lleno de burocracia inútil e inoficiosa. Aquí se habla de reformas de todo tipo: reforma tributaria, reforma laboral, reforma a la salud, reforma pensional, reforma a la justicia, entre otras.
Históricamente ha pasado de agache una reforma necesaria y vital para la sostenibilidad fiscal del país: la reforma al gasto público. Se necesita recortar nómina estatal que se dedica a parasitar con los recursos de todos los contribuyentes. Así de simple.
La situación económica actual y la clase política han obligado a muchos actores económicos a recortar su capacidad de contratación: empresarios, trabajadores, clase medias, pensionados, comerciantes, entre otros, se han visto en la necesidad de recortar procesos de contratación mientras el Estado se dedica a parasitar, a incrementar nóminas y a despilfarrar con la plata ajena.
Hay mucho parásito en el Estado sin carrera administrativa, sin haber pasado por concurso de méritos y sin suficientes criterios académicos y trayectoria para estar devengando plata de los contribuyentes. ¡Hay que acabar con ellos!
Contratistas que solo sirven para pasar cuentas de cobro, dueños de corbatas de libre nombramiento y remoción sin funciones relevantes, parásitos que se dedican únicamente a estorbar y a cobrar sueldo hasta llegar a la edad de pensión, y, en fin, todo un grupo de sanguijuelas que están desangrando las finanzas del país. ¡Con esos no hay reforma tributaria que valga!
Ninguna reforma tributaria, laboral o pensional será suficiente si no se controla el gasto público, ya basta de rifar puestos y contratos como si fueran meriendas. Esto se tiene que acabar.
En países con verdadera vocación capitalista se respeta y se mantiene al límite el Crowding Out o Efecto Expulsión. Ahora bien, mis estimados lectores, ¿qué es eso del Crowding Out o Efecto Expulsión? Lo explicaré sencillo porque, a diferencia de otros que vienen a estos espacios a posar de eruditos ininteligibles, a mí me gusta escribir claro para que todos me entiendan.
El Crowding Out o Efecto Expulsión es un fenómeno económico que sostiene que el empleo público y el empleo privado son sustitutos, no complementarios. De tal forma que los incrementos inoficiosos y desproporcionados en las nóminas del gobierno reflejan una fuerte caída en las nóminas del sector privado. El efecto Crowding Out está respaldado por la ciencia económica y por la realidad que más fuerte golpea: el bolsillo de la ciudadanía.
Aquí hay muchos ingenuos que hablan de capitalismo y los he visto parasitando siempre con puestos y contratos públicos a dedo: podrían vivir perfectamente en Cuba, Argentina o Venezuela con esos mismos beneficios que tienen los enchufados a esos gobiernos.
El gobierno de Colombia está desangrando las finanzas de la ciudadanía con tanta burocracia estatal. Les pongo el vivo ejemplo de la estúpida burocracia del Ministerio de Cultura, organismo cuya extensa nómina cuenta con dos viceministros y un ejército de flojos contratistas puestos a dedo con favores políticos. Así no hay plata que alcance.
Por último, les dejo esta reflexión: ¿ustedes quieren diferenciar la fuerza laboral de un lugar con riqueza y la de un lugar pobre? Es muy sencillo, observen la extensión de las nóminas públicas con relación a las nóminas privadas, si las nóminas del sector público son más grandes que las nóminas del sector privado, ese pueblo es pobre. Compruébenlo ustedes mismos y me cuentan qué tal les va con el análisis. Hasta la próxima.