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Columnista - 7 noviembre, 2023

Hernando José Marín Lacouture y su ‘Guaireñita’

Hablar de Hernando Marín, es hablar de este excelente compositor de música vallenata, el cual de cada anécdota, historia o suceso que le sucedía en su vida lo llevaban a inspirarse, y en compañía de su guitarra, las plasmaba en cada una de sus composiciones, es así como cuenta la historia de la canción ‘La Guaireñita’.

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Hablar de Hernando Marín, es hablar de este excelente compositor de música vallenata, el cual de cada anécdota, historia o suceso que le sucedía en su vida lo llevaban a inspirarse, y en compañía de su guitarra, las plasmaba en cada una de sus composiciones, es así como cuenta la historia de la canción ‘La Guaireñita’.

Esa canción fue grabada por Peter Manjarrez y Sergio Luis Rodríguez en el álbum ‘Solo Clásicos’, cuando él estaba muchacho, andaba montado en un burrito llamado ‘Placeres Tengo’, que le regaló el viejo Nicolás Ariza y en él se recorría todas las fincas o rosas(cultivos) ubicadas en los alrededores de ‘El Tablazo’. 

Una de esas fincas tenía un cultivo de caña de azúcar, era custodiada por Pedro Soto, finca llamada ‘La Sorpresa’, de propiedad de Francisco Daza, el padre de René Daza, Jorge, Nectalina, Norberto, Adíela, Marlene, Elisabeth, Eduardo, ‘Joseito’, Leonardo, entre otros, cuenta Marín, que él se metía a esta hacienda y se tumbaba las cañas, luego se iba en ‘Placeres Tengo’ a comérselas a ‘El Tablazo’, corregimiento del municipio de San Juan del Cesar, La Guajira.

También expresa que Pedro Soto era como su sombra, lo tenía vigilado, fiscalizándolo las 24 horas del día y fue así como una tarde que Marín estaba “banqueteado”, donde la señora Luisa Rumbo en la plaza de ‘El Tablazo’ y Soto le observó una de las guaireñitas y observó que esta tenía unas letricas que decían Good Year, y le dijo: “esas letricas las vi pintada en el barro en ‘La Sorpresa’, tú eres quien se está robando las cañas de aquella finca, y en callejón sin salida por Soto quedó atrapado.

Hernando Marín nació el primero de septiembre de 1944, en ‘El Tablazo’ y falleció el 5 de septiembre de 1999, en el sitio llamado ‘El Bongo’, Los Palmitos, Sucre, fue un compositor colombiano de música vallenata, autor de muchas composiciones como ‘La Creciente’, grabada por Rafael Orozco e Israel Romero, ‘El Binomio de Oro’, ‘Villanueva mía’, canción que, en 1992, ganó el concurso de la Canción Inédita en el Festival Vallenato con el tema Valledupar del alma, ‘La bola e’ candela’, campesino parrandero, que fue perpetuada en la voz de Jorge Oñate González; ‘Los Maestros’, que se convirtió en la insignia de los docentes llevada al acetato por la agrupación de ‘Los Hermanos Zuleta Díaz’, ‘Sanjuanerita’, ‘El ángel del camino’, ‘Bebiendo yo’, ‘Mis muchachitas’, ‘Lluvia de verano’, ‘La primera piedra’, ‘Canta conmigo’, ‘El gavilán mayor’, ‘El invencible’, grabada por ‘El cacique de La Junta’ Diomedes Díaz; ‘El arbolito’, ‘La vecina de Chavita’, ‘El cantante del pueblo’ y ‘La ley de embudo’, entre otras.

Por Alcibiades Nuñez.

Columnista
7 noviembre, 2023

Hernando José Marín Lacouture y su ‘Guaireñita’

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Alcibíades Núñez Manjarres

Hablar de Hernando Marín, es hablar de este excelente compositor de música vallenata, el cual de cada anécdota, historia o suceso que le sucedía en su vida lo llevaban a inspirarse, y en compañía de su guitarra, las plasmaba en cada una de sus composiciones, es así como cuenta la historia de la canción ‘La Guaireñita’.


Hablar de Hernando Marín, es hablar de este excelente compositor de música vallenata, el cual de cada anécdota, historia o suceso que le sucedía en su vida lo llevaban a inspirarse, y en compañía de su guitarra, las plasmaba en cada una de sus composiciones, es así como cuenta la historia de la canción ‘La Guaireñita’.

Esa canción fue grabada por Peter Manjarrez y Sergio Luis Rodríguez en el álbum ‘Solo Clásicos’, cuando él estaba muchacho, andaba montado en un burrito llamado ‘Placeres Tengo’, que le regaló el viejo Nicolás Ariza y en él se recorría todas las fincas o rosas(cultivos) ubicadas en los alrededores de ‘El Tablazo’. 

Una de esas fincas tenía un cultivo de caña de azúcar, era custodiada por Pedro Soto, finca llamada ‘La Sorpresa’, de propiedad de Francisco Daza, el padre de René Daza, Jorge, Nectalina, Norberto, Adíela, Marlene, Elisabeth, Eduardo, ‘Joseito’, Leonardo, entre otros, cuenta Marín, que él se metía a esta hacienda y se tumbaba las cañas, luego se iba en ‘Placeres Tengo’ a comérselas a ‘El Tablazo’, corregimiento del municipio de San Juan del Cesar, La Guajira.

También expresa que Pedro Soto era como su sombra, lo tenía vigilado, fiscalizándolo las 24 horas del día y fue así como una tarde que Marín estaba “banqueteado”, donde la señora Luisa Rumbo en la plaza de ‘El Tablazo’ y Soto le observó una de las guaireñitas y observó que esta tenía unas letricas que decían Good Year, y le dijo: “esas letricas las vi pintada en el barro en ‘La Sorpresa’, tú eres quien se está robando las cañas de aquella finca, y en callejón sin salida por Soto quedó atrapado.

Hernando Marín nació el primero de septiembre de 1944, en ‘El Tablazo’ y falleció el 5 de septiembre de 1999, en el sitio llamado ‘El Bongo’, Los Palmitos, Sucre, fue un compositor colombiano de música vallenata, autor de muchas composiciones como ‘La Creciente’, grabada por Rafael Orozco e Israel Romero, ‘El Binomio de Oro’, ‘Villanueva mía’, canción que, en 1992, ganó el concurso de la Canción Inédita en el Festival Vallenato con el tema Valledupar del alma, ‘La bola e’ candela’, campesino parrandero, que fue perpetuada en la voz de Jorge Oñate González; ‘Los Maestros’, que se convirtió en la insignia de los docentes llevada al acetato por la agrupación de ‘Los Hermanos Zuleta Díaz’, ‘Sanjuanerita’, ‘El ángel del camino’, ‘Bebiendo yo’, ‘Mis muchachitas’, ‘Lluvia de verano’, ‘La primera piedra’, ‘Canta conmigo’, ‘El gavilán mayor’, ‘El invencible’, grabada por ‘El cacique de La Junta’ Diomedes Díaz; ‘El arbolito’, ‘La vecina de Chavita’, ‘El cantante del pueblo’ y ‘La ley de embudo’, entre otras.

Por Alcibiades Nuñez.