Esta vereda del sur de Valledupar tiene problemas sanitarios, económicos y de convivencia tras las inundaciones provocadas por las recientes lluvias.
Sumidos en el agua y el lodo se encuentran las 150 familias que habitan en la vereda El Cielo, jurisdicción del corregimiento de Valencia de Jesús, en el sur de Valledupar.
El paso del huracán Matthew por el caribe colombiano causó destrozos en las áreas rurales del Cesar y El Cielo no estuvo exento de las afectaciones que provocaron las lluvias y el desbordamiento de ríos y quebradas, que causaron inundaciones.
Esta vereda es habitada por cerca de 700 personas dedicadas a la elaboración de ladrillos, único medio de trabajo para las familias que hoy viven un verdadero calvario por cuenta de las lluvias.
Wilson Tapia, hace más de 15 años se dedica a la alfarería y dice que mensualmente produce cerca de seis mil ladrillos, que al venderlos le generan dos millones de pesos, aproximadamente, pero desde hace 15 días, cuando se inundaron las viviendas del pueblo y las zona para la fabricación de ladrillos, las pérdidas han sido millonarias para él y todos los alfareros en El Cielo.
“No podemos producir, el trabajo y el capital se nos fue a pique, estas inundaciones nos afectan en todo porque no se produce nada y lo que hace uno es endeudarse”, contó Wilson Tapia.
Los hornos para fundir los ladrillos fueron arrasados por las corrientes de agua y para reconstruirlo tienen un costo de construcción que va desde uno a tres millones de pesos, cada uno.
“Cuando llueve lo que pasa es que del otro lado de la carretera nacional, los pequeños arroceros que están en ese sector hicieron una represa cuando hubo el fuerte verano por el Fenómeno del Niño, entonces del río Callao hicieron unos dragados que conducía hacia la represa y al momento de las lluvias por el huracán la represa se llenó y el agua represada se abrió camino y fue la que inundó el caserío y la parte de zona de explotación de la mina, dejándola totalmente destrozada y la gente no tiene donde trabajar”, precisó Arístides Hernández, presidente de la Junta de Acción Comunal de El Cielo.
El líder comunal explicó que las pérdidas ascienden a alrededor de 40 millones de pesos y sumado a eso los alfareros están padeciendo de infecciones en la piel y enfermedades respiratorias como consecuencia de las inundaciones.
“No tenemos agua potable, el Ejército Nacional es el que nos regala con un carro tanque cada 15 días para esta población tan grande, no tenemos letrinas y las heces hay que hacerlas en cualquier lado, ya se podrán la contaminación cuando esto se llueve”, María Lobo, habitante de El Cielo.
La administración municipal está al tanto de la situación y programó para la próxima semana una intervención con grupos interdisciplinarios.
“Vamos a llevar ayudas para unas 50 familias que censamos, consiste en kits de alimentos no perecederos y aseo, además llevaremos la unidad móvil para fumigación con el fin de evitar la proliferación de mosquitos”, explicó la secretaria de Gobierno Municipal, Sandra Luz Cujia.
Además anunció que la Secretaría de Obras Públicas tiene listo un proyecto para comenzar la rehabilitación de un pozo profundo, con el fin de suministrarles agua a los habitantes de esta vereda.
Por Mohamed Osman Díaz
[email protected]
Esta vereda del sur de Valledupar tiene problemas sanitarios, económicos y de convivencia tras las inundaciones provocadas por las recientes lluvias.
Sumidos en el agua y el lodo se encuentran las 150 familias que habitan en la vereda El Cielo, jurisdicción del corregimiento de Valencia de Jesús, en el sur de Valledupar.
El paso del huracán Matthew por el caribe colombiano causó destrozos en las áreas rurales del Cesar y El Cielo no estuvo exento de las afectaciones que provocaron las lluvias y el desbordamiento de ríos y quebradas, que causaron inundaciones.
Esta vereda es habitada por cerca de 700 personas dedicadas a la elaboración de ladrillos, único medio de trabajo para las familias que hoy viven un verdadero calvario por cuenta de las lluvias.
Wilson Tapia, hace más de 15 años se dedica a la alfarería y dice que mensualmente produce cerca de seis mil ladrillos, que al venderlos le generan dos millones de pesos, aproximadamente, pero desde hace 15 días, cuando se inundaron las viviendas del pueblo y las zona para la fabricación de ladrillos, las pérdidas han sido millonarias para él y todos los alfareros en El Cielo.
“No podemos producir, el trabajo y el capital se nos fue a pique, estas inundaciones nos afectan en todo porque no se produce nada y lo que hace uno es endeudarse”, contó Wilson Tapia.
Los hornos para fundir los ladrillos fueron arrasados por las corrientes de agua y para reconstruirlo tienen un costo de construcción que va desde uno a tres millones de pesos, cada uno.
“Cuando llueve lo que pasa es que del otro lado de la carretera nacional, los pequeños arroceros que están en ese sector hicieron una represa cuando hubo el fuerte verano por el Fenómeno del Niño, entonces del río Callao hicieron unos dragados que conducía hacia la represa y al momento de las lluvias por el huracán la represa se llenó y el agua represada se abrió camino y fue la que inundó el caserío y la parte de zona de explotación de la mina, dejándola totalmente destrozada y la gente no tiene donde trabajar”, precisó Arístides Hernández, presidente de la Junta de Acción Comunal de El Cielo.
El líder comunal explicó que las pérdidas ascienden a alrededor de 40 millones de pesos y sumado a eso los alfareros están padeciendo de infecciones en la piel y enfermedades respiratorias como consecuencia de las inundaciones.
“No tenemos agua potable, el Ejército Nacional es el que nos regala con un carro tanque cada 15 días para esta población tan grande, no tenemos letrinas y las heces hay que hacerlas en cualquier lado, ya se podrán la contaminación cuando esto se llueve”, María Lobo, habitante de El Cielo.
La administración municipal está al tanto de la situación y programó para la próxima semana una intervención con grupos interdisciplinarios.
“Vamos a llevar ayudas para unas 50 familias que censamos, consiste en kits de alimentos no perecederos y aseo, además llevaremos la unidad móvil para fumigación con el fin de evitar la proliferación de mosquitos”, explicó la secretaria de Gobierno Municipal, Sandra Luz Cujia.
Además anunció que la Secretaría de Obras Públicas tiene listo un proyecto para comenzar la rehabilitación de un pozo profundo, con el fin de suministrarles agua a los habitantes de esta vereda.
Por Mohamed Osman Díaz
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