Décimas del escritor y compositor José Atuesta Mindiola.
I
Del piano una sinfonía
en las manos de Evaristo,
con Teotiste había previsto
que Gustavo nacería;
doce de septiembre el día
regocijo de oraciones,
también muchas bendiciones
del cielo cae una flor,
que siempre muestra el cantor
cuando canta sus canciones.
II
El romántico cantor
con estilo y elegancia
que desborda la fragancia
en sentimientos de amor.
La nostalgia y el dolor,
la amistad y la quimera
son edén de primavera
en sonora epifanía;
es el rey de la poesía,
el lirismo es su bandera.
III
En el viento cabalgando
rumores viejas de voces,
en la tarde con sus goces
guitarras llegan sonando;
el corazón recordando
noches de largos senderos,
el susurro de un te quiero
bellos instantes floridos;
para vencer el olvido
sigue cantando el trovero.
IV
Su música está en el viento,
en las aves y en las flores,
en los ensueños de amores
y en la luz del pensamiento.
Su melodía es un portento
y muy pensativo comenta:
son cinco después de ochenta
y Dios siempre me bendijo.
Feliz estoy con mis hijos
y mi esposa Jenny Armenta.
Por: José Atuesta Mindiola.
Décimas del escritor y compositor José Atuesta Mindiola.
I
Del piano una sinfonía
en las manos de Evaristo,
con Teotiste había previsto
que Gustavo nacería;
doce de septiembre el día
regocijo de oraciones,
también muchas bendiciones
del cielo cae una flor,
que siempre muestra el cantor
cuando canta sus canciones.
II
El romántico cantor
con estilo y elegancia
que desborda la fragancia
en sentimientos de amor.
La nostalgia y el dolor,
la amistad y la quimera
son edén de primavera
en sonora epifanía;
es el rey de la poesía,
el lirismo es su bandera.
III
En el viento cabalgando
rumores viejas de voces,
en la tarde con sus goces
guitarras llegan sonando;
el corazón recordando
noches de largos senderos,
el susurro de un te quiero
bellos instantes floridos;
para vencer el olvido
sigue cantando el trovero.
IV
Su música está en el viento,
en las aves y en las flores,
en los ensueños de amores
y en la luz del pensamiento.
Su melodía es un portento
y muy pensativo comenta:
son cinco después de ochenta
y Dios siempre me bendijo.
Feliz estoy con mis hijos
y mi esposa Jenny Armenta.
Por: José Atuesta Mindiola.