Se encuentra en paro la segunda minera más importante del país y las ventas se han bajado entre un 20 y 60% en La Jagua de Ibirico y La Loma, áreas de mayor influencia.
Desde que comenzó el paro en la Drummond, a María Riascos se le queda la sopa y cuando son las tres de la tarde, empieza a ver a quien se la regala. Con la donación que hace del alimento se va la inversión, las ganancias y también las ilusiones de tener recursos para su sustento.
Para María la huelga en la multinacional se ve y se siente en La Loma, jurisdicción de El Paso, en donde se encuentran los proyectos carboníferos, “mire como está esto solo, es una soledad terrible, porque uno vive es de los mineros”, asegura la mujer, quien dice que hasta los fritos que hace para venderlos a los estudiantes del colegio Benito Ramos Trespalacios, ubicado frente a su negocio, se le quedan, “porque al haber paro, los pelaos tampoco traen plata para comprar”.
De preparar cuatro kilos de harina para hacer los fritos, María quedó haciendo dos y aún así no logra venderlos.
Pero ella no es la única con esta situación, Adolfo García, un hombre con acento paisa, es también afectado con esta situación. Él administra un hotel, de los mejores que tiene La Loma, pero desde que empezó la huelga, las empresas contratistas de la Drummond mandaron a vacaciones a su personal, por lo que el hospedaje se quedó sin sus mejores huéspedes.
“Se fue la gente de Gecolsa y la de Kummis, solo me queda la de Macering, pero me afecta mucho porque aquí llega todo el tiempo gente de empresas que vienen a visitar la Drummond y esa es la que ha dejado de llegar al hotel, se nos han bajado las ventas un 50%”, aseguró el comerciante.
Su estrategia está en ponerle una 'vela a los santos' para que la situación se mejore y a todo trabajador de la minera que ve, siempre le hace la misma pregunta ¿cuándo se levanta el paro?, pero las cosas no son tan fáciles, puntos neurálgicos en cuanto a salud, seguridad industrial, pago de honorarios, entre otros no permiten que se levante la huelga.
El pliego de 70 peticiones presentado por los trabajadores a Drummond tiene un costo cercano a los 30 millones de dólares y en este hay puntos que son fundamentales, en especial el relacionado con que los obreros quieren que la compañía que tiene sede en el Cesar y puertos en Ciénaga y Santa Marta, Magdalena; les dejen de pagar por horas, modalidad que aseguran es americana y en cambio le apliquen la legislación colombiana.
“La empresa nos paga por hora, estilo americano y lo que queremos es un salario básico, como lo estipula la ley colombiana, porque cada vez que hay un paro externo, nos afectan, porque no nos pagan las horas completas”, afirmó el vicepresidente de Sintramienergética, seccional Chiriguaná, Libardo Ledesma Fernández.
Y es que en los últimos meses ha habido paros de diferente índole en la zona y el golpe lo sienten ellos, debido a que por cada hora que pierden cuando por una protesta no logran ingresar a la mina, la empresa no les reconoce ese tiempo perdido.
Debido a esa forma de pago, algunos trabajadores reciben quincenas de 800 y 900 mil pesos, lo que no compensa, ni tampoco alcanza para suplir las necesidades que tienen con sus familias, por lo que deben vivir endeudados y buscándole créditos a las cooperativas.
La póliza blanca de salud es otro de los puntos que no permiten llegar a un acuerdo con Drummond, según los trabajadores esta se ha desmejorado mucho, debido a que desde el año 2008 no le han hecho ningún incremento.
La seguridad industrial es otra de las exigencias que le hacen a la compañía, debido a que desde la creación del proyecto se han registrado 19 fatalidades, explicó el Vicepresidente de Sintramienergética, seccional El Paso, Wilson Daníes.
“Otra de nuestras peticiones tiene que ver con 400 compañeros que van a quedar en el limbo con la puesta en marcha en enero del otro año el cargue directo en el puerto. Nosotros estamos proponiendo que la empresa los capacite y los reubique, pero ella lo que dice es que va a reubicar el 60% y el otro 40% lo va a arreglar y lo va desvincular”, explicó Daníes.
En total son 70 puntos los que pueden ser negociables con la empresa, para lo cual ellos tienen todo su interés según dicen, “prueba de ello, es que le dimos una prórroga de 20 días a la compañía, pero aún así no se llegó a un acuerdo”, precisó Ledesma.
Custodian la mina
Desde que comenzó el paro, las minas de Drummond están custodiadas por los trabajadores, no se les escapa nada. Su organización va desde tener baños portátiles hasta el agua para lavar las ollas que utilizan para cocinar.
Son 450 trabajadores, los mismos que la multinacional utiliza por turno, quienes se han dividido en las dos entradas a las explotaciones de El Descanso y Pribbenow.
Los de Pribbenow cuentan con dos carpas y un kiosco hecho con palma, este último es el más grande, allí tienen televisor y equipo de sonido, allí ven películas, escuchan música y se mantienen informados de cómo avanza la huelga. En las mañanas un compañero les habla de las sagradas escrituras y a través de la palabra los anima a seguir en la lucha sindical.
En otra de las carpas juegan dominó, ajedrez y otros juegos recreativos para distraerse mientras avanza el día. En la tercera carpa están las provisiones y mujeres del Sindicato Nacional del Trabajadores Agroalimentario, Sinaltrainal, quienes le ayudan a preparar los alimentos para las cerca de 200 personas que hay en ese punto.
Todo es organizado, apenas terminan de desayunar, en una hoja anotan el nombre de cada una de las personas para organizar el menú del almuerzo y luego por celular informan al compañero que se encuentra en La Loma para que desde la bodega de alimentos, envíe las provisiones.
En la carpa de cocina cuentan con agua, gaseosa y otro tipo de alimentos para soportar la espera, mientras se da un arreglo.
En El Descanso la situación es similar, allí también tienen carpas y letreros en donde hablan de la huelga que mantienen en búsqueda de mejorar sus condiciones laborales.
En La Jagua
El paro que estalló el martes de la semana pasada también se siente en La Jagua de Ibirico. Al igual que en La Loma, el comercio ha bajado sus ventas entre el 20 y 60% y el temor es que en la medida que avancen los días, empeore la situación.
A Julio Martínez, las ventas de carne en el negocio que tiene sobre la vía principal se le han bajado un 50% “y a medida que avance el paro se pondrán las cosas peores. Está demostrado que cuando aquí hay paro en las mineras, todo se paraliza”.
En los billares, sitio de distracción de muchos de los trabajadores de la Drummond, también bajaron las ventas, en los restaurantes es la misma cosa, por lo que la mayoría de habitantes de La Jagua asegura que con la parálisis de la minera el comercio también se 'congela'.
Sin embargo, hay otros como Álvaro Díaz, un administrador de un taller y almacén de repuestos para quien el paro de la Drummond no lo afecta en nada, “ellos aquí no le dejan nada a uno, porque tienen sus propios almacenes y traen las cosas de otras partes, esos son otras minas que compran desde un bombillo”.
Lo cierto es que a la fecha, el paro se siente en La Jagua y La Loma y prueba de ello, es que los negocios lucen solos, las empresas transportadoras de los trabajadores tienen los vehículos estacionados, las calles están vacías y el comercio deprimido.
Plan de contingencia
En las minas de la Drummond no todos están en paro. En común acuerdo con la empresa 84 trabajadores ejecutan el plan de contingencia, que consiste en mantener encendida una maquinaria que no se puede apagar como la planta eléctrica, cuartos fríos para los alimentos, bombas con las que sacan el agua del proyecto, movimiento y reparación de maquinaria, entre otros.
Cifras
A diario la Drummond explota 90 mil toneladas de carbón, cuyo valor es de 7.500 millones de dólares, de los cuales entre un 35 y 37% se van en impuesto al Estado (regalías, impuestos, tarifa férrea, sobretasa, entre otros).
En la huelga no solo pierde la empresa, sino el país, los trabajadores, la región, el comercio, entre otros.
Con el paro, los trabajadores tampoco reciben el bono de siete millones de pesos que ofreció la compañía para firmar la convención colectiva.
Denuncia
En rueda de prensa realizada en Valledupar, directivos de Sintramienergética, denunciaron que directivos de la empresa citan a través de correos a los trabajadores al centro comercial de esta ciudad para que firmen un documento que tiene como propósito tumbar la huelga.
El sindicato hizo un llamado a las autoridades para que investiguen esto, debido a que no se está respetando el derecho a la huelga.
Sin embargo, para levantar una huelga se requiere de la voluntad del 51% del total de trabajadores, por lo que no es posible romper una huelga arreglando de manera individual.
Se conoció de manera extraoficial, que la empresa respeta el derecho constitucional que tienen los trabajadores a la huelga y que no es cierto que estén llamando a arreglar con cada uno de ellos.
Sandra Santiago B.
[email protected]
Se encuentra en paro la segunda minera más importante del país y las ventas se han bajado entre un 20 y 60% en La Jagua de Ibirico y La Loma, áreas de mayor influencia.
Desde que comenzó el paro en la Drummond, a María Riascos se le queda la sopa y cuando son las tres de la tarde, empieza a ver a quien se la regala. Con la donación que hace del alimento se va la inversión, las ganancias y también las ilusiones de tener recursos para su sustento.
Para María la huelga en la multinacional se ve y se siente en La Loma, jurisdicción de El Paso, en donde se encuentran los proyectos carboníferos, “mire como está esto solo, es una soledad terrible, porque uno vive es de los mineros”, asegura la mujer, quien dice que hasta los fritos que hace para venderlos a los estudiantes del colegio Benito Ramos Trespalacios, ubicado frente a su negocio, se le quedan, “porque al haber paro, los pelaos tampoco traen plata para comprar”.
De preparar cuatro kilos de harina para hacer los fritos, María quedó haciendo dos y aún así no logra venderlos.
Pero ella no es la única con esta situación, Adolfo García, un hombre con acento paisa, es también afectado con esta situación. Él administra un hotel, de los mejores que tiene La Loma, pero desde que empezó la huelga, las empresas contratistas de la Drummond mandaron a vacaciones a su personal, por lo que el hospedaje se quedó sin sus mejores huéspedes.
“Se fue la gente de Gecolsa y la de Kummis, solo me queda la de Macering, pero me afecta mucho porque aquí llega todo el tiempo gente de empresas que vienen a visitar la Drummond y esa es la que ha dejado de llegar al hotel, se nos han bajado las ventas un 50%”, aseguró el comerciante.
Su estrategia está en ponerle una 'vela a los santos' para que la situación se mejore y a todo trabajador de la minera que ve, siempre le hace la misma pregunta ¿cuándo se levanta el paro?, pero las cosas no son tan fáciles, puntos neurálgicos en cuanto a salud, seguridad industrial, pago de honorarios, entre otros no permiten que se levante la huelga.
El pliego de 70 peticiones presentado por los trabajadores a Drummond tiene un costo cercano a los 30 millones de dólares y en este hay puntos que son fundamentales, en especial el relacionado con que los obreros quieren que la compañía que tiene sede en el Cesar y puertos en Ciénaga y Santa Marta, Magdalena; les dejen de pagar por horas, modalidad que aseguran es americana y en cambio le apliquen la legislación colombiana.
“La empresa nos paga por hora, estilo americano y lo que queremos es un salario básico, como lo estipula la ley colombiana, porque cada vez que hay un paro externo, nos afectan, porque no nos pagan las horas completas”, afirmó el vicepresidente de Sintramienergética, seccional Chiriguaná, Libardo Ledesma Fernández.
Y es que en los últimos meses ha habido paros de diferente índole en la zona y el golpe lo sienten ellos, debido a que por cada hora que pierden cuando por una protesta no logran ingresar a la mina, la empresa no les reconoce ese tiempo perdido.
Debido a esa forma de pago, algunos trabajadores reciben quincenas de 800 y 900 mil pesos, lo que no compensa, ni tampoco alcanza para suplir las necesidades que tienen con sus familias, por lo que deben vivir endeudados y buscándole créditos a las cooperativas.
La póliza blanca de salud es otro de los puntos que no permiten llegar a un acuerdo con Drummond, según los trabajadores esta se ha desmejorado mucho, debido a que desde el año 2008 no le han hecho ningún incremento.
La seguridad industrial es otra de las exigencias que le hacen a la compañía, debido a que desde la creación del proyecto se han registrado 19 fatalidades, explicó el Vicepresidente de Sintramienergética, seccional El Paso, Wilson Daníes.
“Otra de nuestras peticiones tiene que ver con 400 compañeros que van a quedar en el limbo con la puesta en marcha en enero del otro año el cargue directo en el puerto. Nosotros estamos proponiendo que la empresa los capacite y los reubique, pero ella lo que dice es que va a reubicar el 60% y el otro 40% lo va a arreglar y lo va desvincular”, explicó Daníes.
En total son 70 puntos los que pueden ser negociables con la empresa, para lo cual ellos tienen todo su interés según dicen, “prueba de ello, es que le dimos una prórroga de 20 días a la compañía, pero aún así no se llegó a un acuerdo”, precisó Ledesma.
Custodian la mina
Desde que comenzó el paro, las minas de Drummond están custodiadas por los trabajadores, no se les escapa nada. Su organización va desde tener baños portátiles hasta el agua para lavar las ollas que utilizan para cocinar.
Son 450 trabajadores, los mismos que la multinacional utiliza por turno, quienes se han dividido en las dos entradas a las explotaciones de El Descanso y Pribbenow.
Los de Pribbenow cuentan con dos carpas y un kiosco hecho con palma, este último es el más grande, allí tienen televisor y equipo de sonido, allí ven películas, escuchan música y se mantienen informados de cómo avanza la huelga. En las mañanas un compañero les habla de las sagradas escrituras y a través de la palabra los anima a seguir en la lucha sindical.
En otra de las carpas juegan dominó, ajedrez y otros juegos recreativos para distraerse mientras avanza el día. En la tercera carpa están las provisiones y mujeres del Sindicato Nacional del Trabajadores Agroalimentario, Sinaltrainal, quienes le ayudan a preparar los alimentos para las cerca de 200 personas que hay en ese punto.
Todo es organizado, apenas terminan de desayunar, en una hoja anotan el nombre de cada una de las personas para organizar el menú del almuerzo y luego por celular informan al compañero que se encuentra en La Loma para que desde la bodega de alimentos, envíe las provisiones.
En la carpa de cocina cuentan con agua, gaseosa y otro tipo de alimentos para soportar la espera, mientras se da un arreglo.
En El Descanso la situación es similar, allí también tienen carpas y letreros en donde hablan de la huelga que mantienen en búsqueda de mejorar sus condiciones laborales.
En La Jagua
El paro que estalló el martes de la semana pasada también se siente en La Jagua de Ibirico. Al igual que en La Loma, el comercio ha bajado sus ventas entre el 20 y 60% y el temor es que en la medida que avancen los días, empeore la situación.
A Julio Martínez, las ventas de carne en el negocio que tiene sobre la vía principal se le han bajado un 50% “y a medida que avance el paro se pondrán las cosas peores. Está demostrado que cuando aquí hay paro en las mineras, todo se paraliza”.
En los billares, sitio de distracción de muchos de los trabajadores de la Drummond, también bajaron las ventas, en los restaurantes es la misma cosa, por lo que la mayoría de habitantes de La Jagua asegura que con la parálisis de la minera el comercio también se 'congela'.
Sin embargo, hay otros como Álvaro Díaz, un administrador de un taller y almacén de repuestos para quien el paro de la Drummond no lo afecta en nada, “ellos aquí no le dejan nada a uno, porque tienen sus propios almacenes y traen las cosas de otras partes, esos son otras minas que compran desde un bombillo”.
Lo cierto es que a la fecha, el paro se siente en La Jagua y La Loma y prueba de ello, es que los negocios lucen solos, las empresas transportadoras de los trabajadores tienen los vehículos estacionados, las calles están vacías y el comercio deprimido.
Plan de contingencia
En las minas de la Drummond no todos están en paro. En común acuerdo con la empresa 84 trabajadores ejecutan el plan de contingencia, que consiste en mantener encendida una maquinaria que no se puede apagar como la planta eléctrica, cuartos fríos para los alimentos, bombas con las que sacan el agua del proyecto, movimiento y reparación de maquinaria, entre otros.
Cifras
A diario la Drummond explota 90 mil toneladas de carbón, cuyo valor es de 7.500 millones de dólares, de los cuales entre un 35 y 37% se van en impuesto al Estado (regalías, impuestos, tarifa férrea, sobretasa, entre otros).
En la huelga no solo pierde la empresa, sino el país, los trabajadores, la región, el comercio, entre otros.
Con el paro, los trabajadores tampoco reciben el bono de siete millones de pesos que ofreció la compañía para firmar la convención colectiva.
Denuncia
En rueda de prensa realizada en Valledupar, directivos de Sintramienergética, denunciaron que directivos de la empresa citan a través de correos a los trabajadores al centro comercial de esta ciudad para que firmen un documento que tiene como propósito tumbar la huelga.
El sindicato hizo un llamado a las autoridades para que investiguen esto, debido a que no se está respetando el derecho a la huelga.
Sin embargo, para levantar una huelga se requiere de la voluntad del 51% del total de trabajadores, por lo que no es posible romper una huelga arreglando de manera individual.
Se conoció de manera extraoficial, que la empresa respeta el derecho constitucional que tienen los trabajadores a la huelga y que no es cierto que estén llamando a arreglar con cada uno de ellos.
Sandra Santiago B.
[email protected]