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Columnista - 3 enero, 2024

Gobernar para un futuro mejor

En Valledupar, el primero de enero de 2024, Elvia Milena Sanjuán Dávila se posesionó como nueva gobernadora del departamento del Cesar y Ernesto Orozco Durán, como nuevo alcalde del municipio de Valledupar.

Por: José Romero Churio.

En Valledupar, el primero de enero de 2024, Elvia Milena Sanjuán Dávila se posesionó como nueva gobernadora del departamento del Cesar y Ernesto Orozco Durán, como nuevo alcalde del municipio de Valledupar. A Ernesto Orozco Durán la banda de gobernante municipal se la colocó la nueva mandataria regional, a quien previamente, el presidente de la duma departamental le había impuesto la banda pertinente; es decir, simbólica de la honorabilidad otorgada por elección popular. 

Así lo describo como loable reconocimiento, por ser la primera mujer elegida por votación popular en el departamento del Cesar. El ferviente deseo de muchos cesarenses es que gobierne con altura, coherente con el histórico logro obtenido, especialmente los de la población de su terruño natal, el municipio de San Diego, donde fue alcalde por elección popular. 

El discurso de posesión de Ernesto Orozco Durán fue somero y esperanzador, consecuente con el anhelo de la mayoría de los valduparenses, cuyos deseos son acciones rápidas con resultados convenientes para todos. De su gabinete guardo amistad con la secretaria de Salud, Jaide Medina Calderón, con quien trabajé en el ejercicio de mi profesión médica hospitalaria. 

Mi otra amiga es la secretaria de Hacienda, Lily Mendoza Vargas. Su padre, César Pompeyo Mendoza Hinojosa, fue mi profesor de bachillerato en el Colegio Loperena, de mucha grata recordación para mí y mis compañeros de estudio de entonces. También soy amigo del secretario de Talento Humano, Gabriel Pineda Arregocés, sus progenitores me guardaron mucho aprecio, igual sus hermanos. 

Mi colega y amigo, Guillermo Girón Quintana, es tío de Edwin Girón Rumie, quien es asesor de Despacho del nuevo alcalde. El padre de dicho asesor es hermano de mi colega amigo, compartí varios momentos con él cuando fue presidente de la asociación de padres de familia del Colegio Santa Fe, donde estudió Edwin. El resto de los miembros del gabinete de Ernesto Orozco Durán, a varios los conozco; por ejemplo, con Sandra Cujia, la gerente de Fonvisocial, nos saludamos cada vez que nos encontramos. A otros los conozco por referencias noticiosas y algunos ni siquiera los he visto. En todo caso, si el alcalde los nombró sus colaboradores inmediatos es porque son expertos de las responsabilidades encomendadas. 

El municipio de Valledupar es extenso con numerosas potencialidades y las mayorías de ellas no han sido aprovechadas por sus gobernantes, asimismo se desperdician las diversas riquezas y lugares que la naturaleza ha concedido a sus diferentes territorios. Por ejemplo, disponen de muchos sitios para destinos turísticos, los cuales no tienen accesos adecuados, tampoco infraestructuras cómodas   para disfrutarlos, pues muchas de las vías terciarias son peligrosas, no solo para sufrir accidentes, sino por falta de seguridad; es decir, propensas a que atraquen y roben a los turistas.

Los gobernantes, demás autoridades y el sector privado, deben ser transparentes. Al ojímetro se observa que con las cantidades de millones invertidas se pueden construir más y mejores obras. Muchas infraestructuras quedan o se convierten en elefantes blancos. Nefastos detrimentos patrimoniales. 

El alto índice de trabajo informal es funesto para el progreso en todos los aspectos. Por la falta de empleo formal los reducidores proliferan por doquier. Las ciudades se convierten en tragedias para sus habitantes. La deforestación y la minería ilegal son letales para los ríos. Las mafias del narcotráfico se han adueñado de todo el país. Por ende, no cesa la violencia. 

El caos vehicular y el mal estado de las vías urbanas se han vuelto incontrolables, mejor no hablar de los servicios públicos, cuyos costos cada día aumentan sin notorio mejoramiento. Tal como está la situación de Valledupar, Ernesto Orozco Durán y sus colaboradores tienen que trabajar fuertemente para arreglarlo. Claro es, toda la ciudadanía deberíamos ayudar, de lo contrario no hay autoridad ni gobernantes que sirvan. 

Columnista
3 enero, 2024

Gobernar para un futuro mejor

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Romero Churio

En Valledupar, el primero de enero de 2024, Elvia Milena Sanjuán Dávila se posesionó como nueva gobernadora del departamento del Cesar y Ernesto Orozco Durán, como nuevo alcalde del municipio de Valledupar.


Por: José Romero Churio.

En Valledupar, el primero de enero de 2024, Elvia Milena Sanjuán Dávila se posesionó como nueva gobernadora del departamento del Cesar y Ernesto Orozco Durán, como nuevo alcalde del municipio de Valledupar. A Ernesto Orozco Durán la banda de gobernante municipal se la colocó la nueva mandataria regional, a quien previamente, el presidente de la duma departamental le había impuesto la banda pertinente; es decir, simbólica de la honorabilidad otorgada por elección popular. 

Así lo describo como loable reconocimiento, por ser la primera mujer elegida por votación popular en el departamento del Cesar. El ferviente deseo de muchos cesarenses es que gobierne con altura, coherente con el histórico logro obtenido, especialmente los de la población de su terruño natal, el municipio de San Diego, donde fue alcalde por elección popular. 

El discurso de posesión de Ernesto Orozco Durán fue somero y esperanzador, consecuente con el anhelo de la mayoría de los valduparenses, cuyos deseos son acciones rápidas con resultados convenientes para todos. De su gabinete guardo amistad con la secretaria de Salud, Jaide Medina Calderón, con quien trabajé en el ejercicio de mi profesión médica hospitalaria. 

Mi otra amiga es la secretaria de Hacienda, Lily Mendoza Vargas. Su padre, César Pompeyo Mendoza Hinojosa, fue mi profesor de bachillerato en el Colegio Loperena, de mucha grata recordación para mí y mis compañeros de estudio de entonces. También soy amigo del secretario de Talento Humano, Gabriel Pineda Arregocés, sus progenitores me guardaron mucho aprecio, igual sus hermanos. 

Mi colega y amigo, Guillermo Girón Quintana, es tío de Edwin Girón Rumie, quien es asesor de Despacho del nuevo alcalde. El padre de dicho asesor es hermano de mi colega amigo, compartí varios momentos con él cuando fue presidente de la asociación de padres de familia del Colegio Santa Fe, donde estudió Edwin. El resto de los miembros del gabinete de Ernesto Orozco Durán, a varios los conozco; por ejemplo, con Sandra Cujia, la gerente de Fonvisocial, nos saludamos cada vez que nos encontramos. A otros los conozco por referencias noticiosas y algunos ni siquiera los he visto. En todo caso, si el alcalde los nombró sus colaboradores inmediatos es porque son expertos de las responsabilidades encomendadas. 

El municipio de Valledupar es extenso con numerosas potencialidades y las mayorías de ellas no han sido aprovechadas por sus gobernantes, asimismo se desperdician las diversas riquezas y lugares que la naturaleza ha concedido a sus diferentes territorios. Por ejemplo, disponen de muchos sitios para destinos turísticos, los cuales no tienen accesos adecuados, tampoco infraestructuras cómodas   para disfrutarlos, pues muchas de las vías terciarias son peligrosas, no solo para sufrir accidentes, sino por falta de seguridad; es decir, propensas a que atraquen y roben a los turistas.

Los gobernantes, demás autoridades y el sector privado, deben ser transparentes. Al ojímetro se observa que con las cantidades de millones invertidas se pueden construir más y mejores obras. Muchas infraestructuras quedan o se convierten en elefantes blancos. Nefastos detrimentos patrimoniales. 

El alto índice de trabajo informal es funesto para el progreso en todos los aspectos. Por la falta de empleo formal los reducidores proliferan por doquier. Las ciudades se convierten en tragedias para sus habitantes. La deforestación y la minería ilegal son letales para los ríos. Las mafias del narcotráfico se han adueñado de todo el país. Por ende, no cesa la violencia. 

El caos vehicular y el mal estado de las vías urbanas se han vuelto incontrolables, mejor no hablar de los servicios públicos, cuyos costos cada día aumentan sin notorio mejoramiento. Tal como está la situación de Valledupar, Ernesto Orozco Durán y sus colaboradores tienen que trabajar fuertemente para arreglarlo. Claro es, toda la ciudadanía deberíamos ayudar, de lo contrario no hay autoridad ni gobernantes que sirvan.