En el Plan Nacional de Desarrollo recién aprobado por el Congreso nos ha llamado la atención el proyectado puente sobre el río Magdalena entre los municipios de La Gloria, Cesar y Regidor, Bolívar. De hacerse esta obra, el impacto del gobierno Petro sería trascendental para una región fluvial, esa que el sociólogo Fals Borda llamó 'la Costa anfibia'.
En el Plan Nacional de Desarrollo recién aprobado por el Congreso nos ha llamado la atención el proyectado puente sobre el río Magdalena entre los municipios de La Gloria, Cesar y Regidor, Bolívar. De hacerse esta obra, el impacto del gobierno Petro sería trascendental para una región fluvial, esa que el sociólogo Fals Borda llamó ‘la Costa anfibia’.
El puente que, según nos informó anoche el concejal de La Gloria Alex Villazón, podría tener una luz de kilómetro y medio (lo que hay entre regidor y La Gloria, sector navegable en el ferry) o lo que arrojen los diseños hoy inexistentes, hace parte de la llamada Transversal del Sur de Bolívar que conectará hacia el occidente: Regidor – Rioviejo – Arenal – Norosí – Tiquisio – puente Guaranda; uniendo las autopistas de la Ruta del Sol y la vía del Viajano- Guaranda, en Sucre.
La Gloria, entonces, se ha de convertir en la otra gran ‘puerta del Cesar’, como lo son La Paz, San Alberto o Bosconia (o El Copey), pero también en la oportunidad de unir a los departamentos del occidente costeño con los santanderes.
Ir en carro de Regidor hasta Cartagena toma hoy hasta unas 7 horas, 6 y más a Montería. Con el puente, arribar a Valledupar tomaría lo que es la ruta desde La Gloria, algo más de 3 horas al concluirse la doble calzada.
Esa es una región de tierras feraces, de aguas de potencial productivo, de gente buena y emprendedora, de cultivos como la palma y el arroz, de ganaderías avanzadas; de olvido de los gobiernos nacionales y de conocidos conflictos sociales; que podrá ver en el firmamento erigirse un nuevo puente transformador sobre el río Grande de La Magdalena, de interés estratégico nacional.
Estaremos atentos a que en desarrollo del Plan Plurianual de Inversiones, PPI, se destinen los recursos presupuestales para adelantar con prontitud los estudios y diseños de ingeniería, así como del progreso de esa transversal que con la obra debe unir en primer lugar a Bolívar y Cesar.
Cuando se daba por muerto el proyecto de almacenar grandes volúmenes de agua en los inviernos de lluvia, para usarla en el verano para garantizarle el abastecimiento a las nuevas generaciones de moradores de Valledupar, La Paz y San Diego, y darle riego al campo, se ha revivido la ruta del embalse reservorio de Besotes.
Una tarea en que ha sido importante la receptividad del alto gobierno que preside Gustavo Petro a una justa aspiración regional de décadas y a la persistencia de congresistas ponentes como el cesarense Eliécer Salazar.
El plan, que es una ley prevalente sobre las demás para el objeto de su eficacia y ejecución, lo presentó el gobierno para que en los primeros días de mayo, después de extensas discusiones, lo aprobara el Congreso y en ese trámite de aprobación, al haber acuerdos, transacciones entre el ejecutivo y el legislativo, que también hace proposiciones. De modo que el Plan es del gobierno, fruto de la concertación y la impronta de las cámaras, y el gobierno al hacer los acuerdos de los proyectos se compromete a ejecutarlos.
En el Plan Nacional de Desarrollo recién aprobado por el Congreso nos ha llamado la atención el proyectado puente sobre el río Magdalena entre los municipios de La Gloria, Cesar y Regidor, Bolívar. De hacerse esta obra, el impacto del gobierno Petro sería trascendental para una región fluvial, esa que el sociólogo Fals Borda llamó 'la Costa anfibia'.
En el Plan Nacional de Desarrollo recién aprobado por el Congreso nos ha llamado la atención el proyectado puente sobre el río Magdalena entre los municipios de La Gloria, Cesar y Regidor, Bolívar. De hacerse esta obra, el impacto del gobierno Petro sería trascendental para una región fluvial, esa que el sociólogo Fals Borda llamó ‘la Costa anfibia’.
El puente que, según nos informó anoche el concejal de La Gloria Alex Villazón, podría tener una luz de kilómetro y medio (lo que hay entre regidor y La Gloria, sector navegable en el ferry) o lo que arrojen los diseños hoy inexistentes, hace parte de la llamada Transversal del Sur de Bolívar que conectará hacia el occidente: Regidor – Rioviejo – Arenal – Norosí – Tiquisio – puente Guaranda; uniendo las autopistas de la Ruta del Sol y la vía del Viajano- Guaranda, en Sucre.
La Gloria, entonces, se ha de convertir en la otra gran ‘puerta del Cesar’, como lo son La Paz, San Alberto o Bosconia (o El Copey), pero también en la oportunidad de unir a los departamentos del occidente costeño con los santanderes.
Ir en carro de Regidor hasta Cartagena toma hoy hasta unas 7 horas, 6 y más a Montería. Con el puente, arribar a Valledupar tomaría lo que es la ruta desde La Gloria, algo más de 3 horas al concluirse la doble calzada.
Esa es una región de tierras feraces, de aguas de potencial productivo, de gente buena y emprendedora, de cultivos como la palma y el arroz, de ganaderías avanzadas; de olvido de los gobiernos nacionales y de conocidos conflictos sociales; que podrá ver en el firmamento erigirse un nuevo puente transformador sobre el río Grande de La Magdalena, de interés estratégico nacional.
Estaremos atentos a que en desarrollo del Plan Plurianual de Inversiones, PPI, se destinen los recursos presupuestales para adelantar con prontitud los estudios y diseños de ingeniería, así como del progreso de esa transversal que con la obra debe unir en primer lugar a Bolívar y Cesar.
Cuando se daba por muerto el proyecto de almacenar grandes volúmenes de agua en los inviernos de lluvia, para usarla en el verano para garantizarle el abastecimiento a las nuevas generaciones de moradores de Valledupar, La Paz y San Diego, y darle riego al campo, se ha revivido la ruta del embalse reservorio de Besotes.
Una tarea en que ha sido importante la receptividad del alto gobierno que preside Gustavo Petro a una justa aspiración regional de décadas y a la persistencia de congresistas ponentes como el cesarense Eliécer Salazar.
El plan, que es una ley prevalente sobre las demás para el objeto de su eficacia y ejecución, lo presentó el gobierno para que en los primeros días de mayo, después de extensas discusiones, lo aprobara el Congreso y en ese trámite de aprobación, al haber acuerdos, transacciones entre el ejecutivo y el legislativo, que también hace proposiciones. De modo que el Plan es del gobierno, fruto de la concertación y la impronta de las cámaras, y el gobierno al hacer los acuerdos de los proyectos se compromete a ejecutarlos.