Para el Ministerio Público todos los contratistas o interesados en contratar con el Estado tienen el deber constitucional y legal el obrar de buena fe, con toda lealtad y probidad, en cada una de sus actuaciones.
La Procuraduría General de la Nación solicitará la extinción del dominio para todos los contratistas, que como personas naturales o jurídicas, nacionales o extranjeras, hayan pagado u ofrecido dádivas a servidores públicos para obtener información privilegiada, lograr la adjudicación de contratos o evitar la imposición de sanciones.
El Ministerio Púbico solicitará que la medida se aplique en todos los casos de corrupción donde la justicia haya probado pago de dineros; ofrecimiento o entrega de dádivas, favores u obsequios a servidores públicos con el propósito de obtener la adjudicación de contratos, conocer información privilegiada; el favorecimiento o un tratamiento indebido o desigual frente a otros proponentes o interesados; la no imposición de sanciones contractuales; la obtención de prórroga o adiciones de contratos; el recibo de bienes o servicios por parte de las autoridades; la aprobación de la ejecución contractual, sea esta defectuosa, imperfecta o no; la inactividad, retardo u omisión en la vigilancia de la contratación estatal, entre otras.
Teniendo en cuenta que la justicia condenó a servidores públicos de Ibagué que cometieron actos de corrupción en la celebración de contratos relacionados con el proyecto de los XX Juegos Nacionales y IV Para Nacionales, el Procurador General de la Nación, Fernando Carrillo, solicitó a la Fiscalía General de la Nación adelantar los trámites de extinción de dominio en contra de la sociedad Técnica y Proyectos S.A. (Typsa).
En las sentencias quedó comprobado que los representantes de esa firma española pagaron sumas de dinero a servidores públicos de la administración de Ibagué para obtener la adjudicación de un contrato.
Para el Ministerio Público todos los contratistas o interesados en contratar con el Estado tienen el deber constitucional y legal el obrar de buena fe, con toda lealtad y probidad, en cada una de sus actuaciones.
Para el Ministerio Público todos los contratistas o interesados en contratar con el Estado tienen el deber constitucional y legal el obrar de buena fe, con toda lealtad y probidad, en cada una de sus actuaciones.
La Procuraduría General de la Nación solicitará la extinción del dominio para todos los contratistas, que como personas naturales o jurídicas, nacionales o extranjeras, hayan pagado u ofrecido dádivas a servidores públicos para obtener información privilegiada, lograr la adjudicación de contratos o evitar la imposición de sanciones.
El Ministerio Púbico solicitará que la medida se aplique en todos los casos de corrupción donde la justicia haya probado pago de dineros; ofrecimiento o entrega de dádivas, favores u obsequios a servidores públicos con el propósito de obtener la adjudicación de contratos, conocer información privilegiada; el favorecimiento o un tratamiento indebido o desigual frente a otros proponentes o interesados; la no imposición de sanciones contractuales; la obtención de prórroga o adiciones de contratos; el recibo de bienes o servicios por parte de las autoridades; la aprobación de la ejecución contractual, sea esta defectuosa, imperfecta o no; la inactividad, retardo u omisión en la vigilancia de la contratación estatal, entre otras.
Teniendo en cuenta que la justicia condenó a servidores públicos de Ibagué que cometieron actos de corrupción en la celebración de contratos relacionados con el proyecto de los XX Juegos Nacionales y IV Para Nacionales, el Procurador General de la Nación, Fernando Carrillo, solicitó a la Fiscalía General de la Nación adelantar los trámites de extinción de dominio en contra de la sociedad Técnica y Proyectos S.A. (Typsa).
En las sentencias quedó comprobado que los representantes de esa firma española pagaron sumas de dinero a servidores públicos de la administración de Ibagué para obtener la adjudicación de un contrato.
Para el Ministerio Público todos los contratistas o interesados en contratar con el Estado tienen el deber constitucional y legal el obrar de buena fe, con toda lealtad y probidad, en cada una de sus actuaciones.